Recurrida ante la Audiencia de Valladolid la absolución de Igea por amenazas al responsable de redes de Ciudadanos de Valladolid

EUROPA PRESS

La Audiencia de Valladolid será la que ponga el punto final a la polémica judicial entre el vicepresidente de la Junta, el político de Ciudadanos Francisco Igea, y un miembro de su misma formación que denunció al primero por un delito leve de supuestas amenazas durante las primarias celebradas en la formación naranja.

Aunque el Juzgado e Instrucción número 5 de Valladolid dictó sentencia absolutoria, fallo conocido el pasado día 10 de diciembre, el denunciante, Borja Collantes, responsable de Redes en Valladolid, ha optado por presentar recurso de apelación ante la Audiencia vallisoletana.

Y es que la acusación particular, que había solicitado una multa de 1.200 euros por delito leve de amenazas, no comparte la decisión de la juez del caso que absolvió a Igea por considerar que “no ha quedado debidamente acreditado que el investigado amenazara al denunciante con las expresiones recogidas en la denuncia”.

La jueza entendía perfectamente verosímil y, por tanto creíble, que el investigado, de forma enfadada y quizá poco apropiada, reprochara al denunciante, durante el encuentro fortuito de ambos el día 8 de marzo en la Plaza de la Rinconada, en la parte trasera del Ayuntamiento, el contenido de unos tuits cuya autoría le atribuía.

Incluso no descartaba que el acusado advirtiera a Collantes sobre la posibilidad de que, de seguir por esa vía, intentando desprestigiar a los candidatos que se presentaban a las primarias, realizando imputaciones delictivas a sus familiares, se pudiera reventar el partido, si bien tras el análisis de las diligencias de prueba practicadas la magistrada no veía debidamente acreditado que el político amenazara al denunciante con reventarle la cabeza, ni con destrozarle a él ni al partido, del que ambos forman parte.

Durante el juicio, el número dos del Gobierno autonómica insistió en que en momento alguno el día de los hechos, sobre las 12.00 horas del 8 de marzo, se dirigió al denunciante en términos de “¡la próxima vez que hables de mi familia te reviento la cabeza!”

Sí reconoció que esa mañana se encontró a Collantes y a otro miembro del partido, Mario Pulido, responsable de Redes en el Ayuntamiento, cuando ambos se encontraban ante la puerta trasera del Consistorio y, sin mediar otra palabra que un “buenos días” que le dirigió el segundo de ellos, se puso firme ante el primero para llamarle la atención por una serie de mensajes en redes “muy desagradables” que había visto la noche anterior.

“Iba muy enfadado, había sido una semana muy dura aguantando infundios contra mi persona y mi familia y me encontraba muy preocupado y por eso le dije que no iba a tolerar que siguieran esos tuits ni que se hiciera trampas en el partido para torcer la voluntad de los militantes en la votación de primarias”, incidió Igea, que atribuyó esos mensajes a Collantes porque éstos habían cesado poco después de que elevara sus quejas al responsable de Redes de Cs a nivel nacional.

Aunque también reconoce que advirtió que el partido “reventaría por dentro” si las cosas seguían así, el vicepresidente de la Junta aseguró no recordar haber amenazado también a su oponente con “reventarle la cabeza” si no paraba.

“No recuerdo haberlo hecho, ¡pero sí le dije que dejara a mi familia de una puta vez!”, apostilla Igea, quien entiende que quizá fue un tanto “desagradable”, dado que es una persona “con carácter y que puede hablar en tono elevado”, pero de ningún modo que sus palabras fueran entendidas como una amenaza física real.

“Pensé al principio que me iba a agredir”

En el lado opuesto, el denunciante y el único testigo de lo ocurrido, Borja Collantes y Mario Pulido, respectivamente, comparecieron para, de forma coincidente, relatar que esa mañana se hallaban en la calle cuando vieron que se dirigía hacia ellos un Igea con cara de pocos amigos.

“Mario le dijo buenos días y no respondió. Entonces puso su dedo índice entre mis cejas, a poca distancia, y muy nervioso, alterado y con los ojos muy salidos me dijo: ”La próxima vez que hables de mi familia te reviento la cabeza!“, amenaza que, según Collantes, repitió una vez más para añadir una tercera en la que también advertía de que iba a reventar el partido por dentro porque tenía documentos comprometedores en su casa.

Collantes aseguró que incluso en un primer momento llegó a temer por su integridad. “Pensé al principio que me iba a agredir”, indicó el denunciante, quien añadió que poco a poco Igea su fue calmando cuando le negó estar detrás de estos tuits a través de la cuenta 'troll' 'palmerovalladolid', hasta el punto de que echaron un cigarro con el que se puso fin al encuentro.

“Le juré por mi hija que yo no había sido y, además, había puesto en manos del partido todos mis dispositivos móviles y mi CPU para demostrarlo. También coincidí con él en que me parecía muy feo utilizar familiares de los candidatos para difundir ese tipo de tuists”, añadió Collantes, quien reconoció que en el proceso de primarias se había puesto del lado “de la candidata oficial, Silvia Clemente”.

Para perjudicar la carrera de Igea

Precisamente, a esta circunstancia, un posible fin político, se refirió la defensa de Igea para situar el origen de una denuncia que curiosamente, según el letrado, fue interpuesta el día 11 de marzo, tres días después de los hechos, cuando el entonces precandidato de Cs en el proceso de primarias había impugnado la votación por irregularidades y el nombramiento de Clemente como candidata oficial estaba en suspenso y a expensas del dictamen del Comité Nacional de Garantías.

El defensor también puso el énfasis en que el contenido de la denuncia fue difundido ese mismo día a través de 'Palmero Valladolid' en medios nacionales y locales, lo que podría haber motivado ya ese mismo día la expulsión del partido de Igea, según contempla el artículo 12 de los estatutos en cuanto a medidas disciplinarias.

El representante del denunciado, por ello, había pedido una sentencia absolutoria, como así ocurrió, teniendo en cuenta también que “no hay prueba suficiente para enervar la presunción de inocencia” y porque los únicos hechos ciertos es que “había gran tensión entre las partes debido al proceso de primarias, el denunciante era partidario de Clemente y había retuiteado tuits ofensivos hacia Igea y que hubo una discusión acalorada por una pasión política álgida en el marco de una campaña que pudo no ser modélica”.

Pese a ello, el letrado consideró que la conducta de su cliente “no merece reproche penal, aunque pudo ser poco educada”, a lo que añadió la “incoherencia” de la parte contraria, que pese a hablar de partir la cabeza a alguien no califican los hechos como un delito grave de amenazas sino leve.