La sombra de Vox se cierne sobre la celebración del Día de Castilla y León, que se lleva celebrando en Villalar de los Comuneros desde 1976, primero de forma popular y luego, en 1983 de manera oficial -una vez formada la autonomía e incluida en el Estatuto-. Este lunes, la Fundación Castilla y León, cuyo patronato ostenta el presidente de la Cortes, Carlos Pollán, de Vox, ha informado al Ayuntamiento de Villalar su intención de no continuar pagando por los terrenos y edificios necesarios que albergan los actos y actividades para el festejo.
Así lo ha trasladado el alcalde del municipio vallisoletano, Luis Alonso Laguna, quien ha desvelado que la entidad “da por extinguido el convenio que ambas instituciones” para el arrendamiento de la Campa, el aparcamiento de autobuses y autocaravanas y la casa de Cultura, por el que el consistorio recibía 35.000 euros. El contrato, que expira en mayo de este año, no afecta a la presente edición aunque sí obligará a que ambas partes tengan que sentarse a hablar de cara a próximos años.
La propuesta que va llevar la Fundación Castilla y León a la reunión del patronato de este 1 de febrero es que el Ayuntamiento “no nos cobre por ese espacio” y disponga de las instalaciones y terrenos de forma gratuita, como ha apuntado en declaraciones a este diario el presidente de la entidad, Juan Zapatero. Asimismo, ha recordado que la jornada está pensada para que a un pueblo de 400 habitantes vayan unas 20.000 personas, lo que repercute en la economía local.
El motivo de suprimir este acuerdo tiene que ver con la partida presupuestaria dedicada a la Fundación Castilla y León, como ha justificado Zapatero. Para 2023 el aporte económico se ha reducido de 1.195.000 a 750.000. Esta entidad, que cuenta con las Cortes como principal aportador, también va a tener que recortar en la celebración de este año.
Disminuye la partida para celebrar el Día de la Comunidad
A falta de que se apruebe en la reunión de este miércoles, varias fuentes consultadas apuntan que la fiesta en Villalar pasa de 180.000 euros a 100.000 euros, una cuantía destina a sufragar las infraestructuras necesarias para la celebración.
Preguntado por un posible fin de la fiesta y de la propia Fundación, Zapatero ha trasladado su tranquilidad para que ambas continúen. “No tengo nada que me haga pensar así”. A lo que ha añadido que la entidad “sigue trabajando durante todo el año” en actividades y programas, muchas de ellas con una planificación a largo tiempo, y que, además, se van a ir presentando nuevas también con vista a un futuro.
Desde el Ayuntamiento, el regidor ha señalado su sorpresa por el anuncio y ha recordado que “esta compensación” por el uso en exclusiva de estos terrenos les ha privado de poder arrendarlo durante el año por más dinero para otras cuestiones.
Para Laguna, la fiesta de Villalar continuará con o sin el apoyo institucional, ya que como ha recordado este tipo de medidas “provocan el efecto contrario” al que buscan conseguir y “provocan la reacción de la gente”.
Vox, en contra del único festivo autonómico
Con esta no renovación del contrato y la reducción de la partida para la Fundación Castilla y León, Vox da un nuevo paso para secar una jornada con un fuerte poso reivindicativo y sentimiento regionalista. A esta nueva afrenta contra la memoria de los Padilla, Bravo y Maldonado -que en Villalar se ponían fin a sus aspiraciones y a su vida-, hay que sumar la modificación del calendario laboral por parte de la Consejería de Empleo, en manos de Vox, para suprimir el festivo del día 24 abril, que al caer el 23 en domingo se hubiera pasado al lunes, por el día el día 25 de julio, martes, y festejar al Apóstol Santiago, patrón de España.
Pero la fiesta en Villalar, desde la llegada de Vox al frente de la instituciones de Castilla y León, no ha estado exenta de polémica. Al presidente de las Cortes se le considera tradicionalmente como anfitrión de la celebración, si bien, con la llegada de la formación de extrema derecha al frente del Parlamento autonómico, Pollán decidió “por motivos personales” no ejercer como convidante. “Mis decisiones aquí, como presidente de las Cortes, son personales” y no es “de vital importancia” mi presencia, aseguró días antes.
El leonés, al poco de llegar a su cargo, apuntó que es necesario “reorientar” la fiesta de Villalar para sacarla a todas las provincias y “racionalizar” los gastos de la Fundación.
El vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, no se andaba con rodeos y explicaba lo que a su juicio es la fiesta de Villalar: “No es una fiesta de todos”, aseveró, para añadir que “todo el mundo sabe el nivel de afluencia que tiene la campa, la adscripción ideológica y quien viene de fuera para tratar de ideologizarla más”.
El entonces recién estrenado número dos del Ejecutivo autonómico aseguraba que “no es la fiesta de Castilla y León” y defendía que “es una fiesta que ha sido secuestrada por la izquierda”. “Yo reivindicó el espíritu genuino de los comuneros”, representado, en su opinión, en quienes rechazaron la subida de impuestos y se alzaron contra las élites.
El PP de Aznar cambió Villalar por una celebración “rotatoria”
La derrota en la batalla de Villalar supuso el gran declive en la Revuelta de las Comunidades de Castilla. Este movimiento, que tuvo lugar entre 1520 y 1521 en las ciudades del interior de la Corona de Castilla contra un recién llegado Carlos I, se hizo en contra de las élites y los privilegios de éstas. Para los académicos, esta guerra es una bisagra entre las revueltas antiseñoriales medievales y las primeras revoluciones burguesas de la Era Moderna.
Vox no es el primer partido en tratar de acabar con la fiesta en Villalar. El Partido Popular trató de hacer lo propio en los tiempos en los que José María Aznar estaba al frente de la Junta. Fue entre 1988 y 2000 el tiempo que estuvo vigente la decisión del que sería posteriormente presidente del Gobierno y que sus sucesores, Jesús Posada y Juan José Lucas, mantuvieron para separar las celebraciones institucionales de la celebración popular en la campa de Villalar. Por un lado las gentes, con Villalar como epicentro de su sentimiento y reclamaciones y, por otro, los políticos llevando por la Comunidad de “forma rotatoria” -como por aquel entonces se decía al igual que Vox ahora- una fiesta que según a quién se le pregunte no es tal cosa.
Tudanca acusa al PP de querer “volver a los tiempos de Aznar”
El secretario general del PSCyL, Luis Tudanca, ha acusado a Vox de “colonizar” las instituciones y al PP de querer “volver a los tiempos de Aznar” para “acabar” con el Día de Castilla y León.
“Vivimos en una tierra en la que tenemos un Gobierno que no cree en la violencia de género, que no cree en el derecho al aborto, que no cree en el diálogo social, que no cree en las Cortes y que ya no cree en el Estado autonómico”, ha argumentado el dirigente socialista después de presidir el Plenario de la Comisión Ejecutiva Autonómica (CEA), en declaraciones recogidas por Europa Press.
“Es un nuevo ataque. A mi no deja de hacerme gracia que precisamente aquellos que siempre acusan a los demás partidos de tomar decisiones en base a criterios ideológicos estén colonizando con su ideología de extrema derecha todas las instituciones de esta comunidad con el consentimiento del señor Mañueco”, ha continuado.
Para el socialista, Vox “dinamita desde el propio Gobierno” las instituciones y ha hecho suyas las reflexiones del exvicepresidente de la Junta, José Antonio de Santiago-Juárez al respecto. “Me preocupa enormemente que el número dos del Partido Popular haya dejado caer en sus declaraciones que el PP quiere volver a los tiempos de Aznar, cuando la Junta no celebraba el Día de la Comunidad, cuando trataba de boicotearlo, y cuando los actos institucionales oficiales de la Junta se dedicaban precisamente a tratar de hacer saltar por los aires la celebración del Día de la Comunidad”, ha ahondado.
Para Tudanca, el Gobierno autonómico está haciendo un “flaco favor” a la cohesión de Castilla y León. “Pero claro, si no la cohesionan desde el punto de vista territorial, sino la cohesionan desde el punto de vista económico, sino la cohesionan desde el punto de vista social, va a ser muy difícil que tengan voluntad de cohesionar la desde el punto de vista institucional”, ha apostillado.
Una fundación en el punto de mira durante años
La antigua Fundación Villalar, que cambió su nombre al actual, lleva varios años en el punto de mira de la Presidencia de las Cortes. El antecesor de Pollán, Luis Fuentes (Ciudadanos), intentó disolver esta entidad dependiente de las Cortes, pero al final ni la cerró ni redujo su presupuesto. De hecho, en 2022 se ha incrementado su partida anual a 1,1 millones de euros, que hasta el quinto centenario de la batalla rondaba los 900.000 euros.
Luis Fuentes tuvo que conformarse con cambiar el nombre de la fundación, que pasó de llamarse Fundación Villalar-Castilla y León a Fundación Castilla y León: se pretendía “englobar” el sentimiento de todos los ciudadanos de la Comunidad, algunos de los cuales “no se sentían partícipes ni representados”, en referencia a las críticas provenientes fundamentalmente desde León. Solo se opuso a esta decisión el alcalde de Villalar de los Comuneros, Luis Alonso Laguna.
Además, cambiaron dos artículos de los estatutos de la fundación, que dejó de tener como objetivo “acrecentar el sentimiento de pertenencia” de los castellanos y leoneses para centrarse más en la “consolidación y desarrollo de la convivencia democrática y progreso social”. También se modificaron las actividades de la fundación, aunque los propios estatutos desechaban la obligatoriedad hacerlas todas o limitarlas a las que figuraban. ¿En esencia? Ningún cambio práctico, porque las actividades de la fundación se podían englobar en cualquiera de los dos estatutos, informan fuentes del patronato.