Castilla y León ultima un plan para reintroducir el lince ibérico tras de 40 años de extinción en la comunidad
Castilla y León aspira a volver a tener linces ibéricos después de 40 años desde que el último ejemplar se extinguiese debido a la mortalidad no natural y el descenso de las poblaciones de conejo silvestre. A finales de los años 80 las poblaciones de estos felinos se concentraban principalmente en el sur de la Comunidad, en el Sistema Central.
La Junta de Castilla y León ha planteado recuperar al lince ibérico como especie de los montes comunidad y está preparando el terreno para la introducir de ejemplares a partir de 2025. Desde 2022, la Consejería de Medio Ambiente está delimitando las potenciales áreas con elevada densidad de conejos en zonas con hábitat adecuado para el felino. Se muestrearon 13 áreas de hábitat óptimo y se escogieron aquellas que alcanzaron los valores mínimos establecidos en el protocolo de selección de áreas de reintroducción: Cañones del Duero en Zamora y el Cerrato Palentino.
A lo largo de este año se ha ampliado la zona de trabajo en el Cerrato Palentino, del Cerrato sur al Cerrato norte, incluyendo nuevas zonas de hábitat óptimo previamente identificadas en los modelos desarrollados, muestreándose nuevamente tanto las zonas identificadas en 2023 como el área localizada al norte de la autovía Palencia-Burgos.
Entre los meses de agosto y septiembre de este año está previsto finalizar la ejecución del resto de trabajos preparatorios centrados en determinar la valoración de la actitud social ante el proyecto de reintroducción, el establecimiento de acuerdos de colaboración con propietarios de fincas, la evaluación del riesgo de atropellos en las carreteras y de otras posibles causas de mortalidad no natural, y la recogida de datos sanitarios sobre prevalencia de enfermedades en las especies de fauna que puedan convivir con el lince.
Para el desarrollo de estas actuaciones de mejora de hábitats en las zonas donde finalmente se produzca la reintroducción del lince, la Junta tiene ya planificada una inversión de 1 millón de euros, que se destinará a mejoras de hábitats en los cotos, fincas y montes de utilidad pública. Otras actuaciones que se están estudiando en estos momentos son las relacionadas con la reducción de la mortalidad no natural por atropellos o ahogamientos en canales de riego.
De forma complementaria a estas actuaciones de mejora de hábitats y reducción de mortalidad, la Junta está avanzando en la redacción de proyectos de infraestructuras y suministros necesarios para que la reintroducción del lince en Castilla y León sea una realidad. Tales como trampas, jaulas, material veterinario, collares para seguimiento GPS de los ejemplares a reintroducir.
También se está preparando recintos de aclimatación o presuelta ya qie las primeras liberaciones de los ejemplares de lince procedente de los centros de cría no se suelen realizar directamente en el medio natural, sino que se construyen unos recintos en el monte, en las zonas de mejora de calidad de hábitat, con vigilancia 24 horas, donde permanecen aproximadamente un mes hasta su liberación en el medio natural mejorando así el éxito de las liberaciones. La Junta tiene en una fase avanzada de redacción la construcción de dos recintos, uno por área.
También se trabaja en mudas de cuarentena, que son infraestructuras complementarias para el desarrollo del proyecto de reintroducción que permitirán la realización de los chequeos sanitarios a los ejemplares a liberar o a los ejemplares reintroducidos si se les detectara alguna enfermedad en los trabajos de seguimiento en campo. Actualmente, la Junta se encuentra en la redacción del proyecto de construcción de 8 mudas de cuarentena en las instalaciones del CRAS de Valladolid.
En total, la inversión prevista para el desarrollo del proyecto de reintroducción del lince en Castilla y León hasta junio de 2026 alcanza 1,9 millones de euros entre la financiación de equipos técnicos, materiales, infraestructuras y proyectos de mejoras de hábitat a implantar en terrenos públicos y privados con acuerdos de colaboración con la Administración.
Próximos pasos
La propuesta final de áreas de reintroducción que realice la Junta al Grupo de Trabajo nacional, en el que están todas las comunidades autónomas, se corresponderá con aquellos territorios, tanto de Cañones del Duero, en Zamora, como del Cerrato – en las zonas norte y/o sur -, en Palencia, que presenten mejor calidad de hábitat, mayores densidades de conejo y una mayor aceptación social.
Esta propuesta técnica se realizará a finales del próximo mes de septiembre, una vez se encuentren finalizados todos los trabajos técnicos que marcan los protocolos aprobados a nivel nacional.
Una vez analizados por el Grupo de Trabajo los informes presentados por las diferentes comunidades autónomas respecto a las áreas candidatas a la reintroducción del lince ibérico, es bajo este marco donde se adoptan las decisiones de forma colegiada, en base a una estrategia nacional de conservación de la especie, de las nuevas áreas que finalmente van a ser aprobadas y de las liberaciones que se vayan a realizar anualmente de linces ibéricos en las áreas de reintroducción.
El lince, amenazado
El lince es uno de los felinos más amenazados del planeta. Los atropellos, el furtivismo y el declive de las poblaciones de conejo llevaron a esta especie al borde de la extinción a finales del siglo XX. En los últimos 20 años la situación ha mejorado notablemente gracias a la unión de esfuerzos de administraciones, propietarios, conservacionistas, cazadores y población local, y con el apoyo económico de la UE.
En el último censo en la península Ibérica de 2024, se estima una población de algo más de 2.000 ejemplares, cifra muy alentadora si se retrocede al año 2002, cuando solo quedaban 94 ejemplares repartidos entre Doñana (Huelva) y Andújar (Jaén).
Estudios recientes han determinado que la viabilidad genética a largo plazo del lince ibérico necesitaría, al menos, un incremento del tamaño de las subpoblaciones de entre el 50 % y el 200 %, además de la creación de ocho nuevas subpoblaciones en áreas que muestren un alto potencial de crecimiento, algunas de ellas en el norte de la península ibérica, de ahí la importante contribución de Castilla y León en el seno de la Estrategia nacional de conservación del lince ibérico.
Beneficios de la población de lince
En este sentido cabe destacar que el lince ibérico es un eficaz controlador de otros depredadores más generalistas como el zorro o el meloncillo, dando como resultado que en aquellos territorios donde se establecen poblaciones de lince ibérico disminuye notablemente la densidad de otros depredadores, beneficiando de este modo el equilibrio de los ecosistemas.
Igualmente, el lince no afecta significativamente a la ganadería extensiva al estar su dieta constituida de forma mayoritaria por el conejo, lo que además lo convierte en un aliado de los agricultores, ayudando a controlar de forma natural las sobrepoblaciones que causan importantes daños a los cultivos agrícolas.
También potencia la caza menor por la realización de actuaciones y por el propio lince, que elimina mustélidos, hurones, comadrejas, garduñas y otros competidores. Además, allí donde el lince tiene presencia, mejoran las poblaciones de perdiz
Asimismo, en muchas de las zonas donde se ha reintroducido esta especie supone un importante motor económico derivado de las inversiones asociadas en mejoras del hábitat y del auge del turismo de naturaleza.
15.000 hectáreas en el Cerrato palentino
El Cerrato aspira a albergar en 2025 los primeros ejemplares de lince ibérico en Castilla y León desde que desaparecieron de la comunidad a finales de la década de los 80 del siglo pasado. En este caso, los planes de la Consejería de Medio Ambiente son 15.000 hectáreas para la comarca tal y como lo ha confirmado el titular de este área, Juan Carlos Suárez-Quiñones, tras una reunión con diferentes agentes afectados por el proyecto LIFE LynxConnect para la reintroducción del lince ibérico.
El consejero ha sostenido que se trata de un proyecto que es “una oportunidad que hay que aprovechar”, dada su “aportación al equilibrio de la cadena trófica” ante la superpoblación de conejos, principal presa del depredador.
La concesión del proyecto supondría, además, una inyección económica inicial de unos dos millones de euros, que iría “acompañada de inversiones permanentes de futuro”, así como una posible “atracción turística” para la zona, informa EFE.
Suárez-Quiñones también ha afirmado que la caza, sector a priori menos favorable al proyecto por la disminución de ejemplares de conejo que supondría, también se podría ver beneficiada ya que “mejoraría el hábitat de la perdiz”.
Por ello era “importante” la reunión con todos los sectores afectados, con la intención de “escuchar la opinión de los territorios”, aunque las sensaciones del consejero son “muy positivas por el consenso” que ha encontrado en el Cerrato Palentino.
Esta proyecto también es compatible con la otra área para la reintroducción del lince en la comunidad, en la zona de los Cañones del Duero, en la provincia de Zamora.
Entre agosto y septiembre está previsto que finalice la ejecución del resto de trabajos preparatorios, consistentes en la valoración de la aceptación social, así como los acuerdos de colaboración con los propietarios de las fincas.
También hay que evaluar el riesgo de atropellos en las carreteras y otras posibles causas de mortalidad no natural, así como recoger datos sanitarios sobre prevalencia de enfermedades en las especies de la fauna que puedan convivir con el lince.
A finales de septiembre, la Junta de Castilla y León presentará al grupo de trabajo nacional la propuesta técnica de las zonas, en el caso de que la decisión final sea positiva. Y será ese grupo de trabajo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico el que elegirá las zonas definitivas en las que se implantará el proyecto de reintroducción del lince ibérico.
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