La Junta de Castilla y León ha reautorizado la instalación del parque eólico La Espina, ubicado en los municipios de Igüeña y Villagatón y anulado definitivamente por la justicia en el año 2017, momento en que quedó paralizado sin funcionamiento. El Bocyl de este viernes recoge la nueva autorización de un parque eólico paralizado desde hace años y cuya primera anulación en los tribunales fue en el año 2014.
El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León anuló en 2014 la autorización al parque eólico La Espina, en funcionamiento desde el 2010, al reconocer las deficiencias evaluativas en que incurrió la autorización del parque, ya que no se valoró la existencia de numerosos parques eólicos en los alrededores ni se hizo un análisis adecuado de la presencia de ejemplares de urogallo cantábrico en la zona de implantación, asumiendo que se trata de una población en peligro de extinción y que la instalación de ésta y otras infraestructuras en el área de distribución de la especie implica unos riesgos para su supervivencia reconocidos por diferentes estudios científicos que no han sido tenidos en consideración. El Supremo ratificó la ilegalidad de la autorización en el año 2017.
En noviembre del 2020 las empresas promotoras Naturgy y Endesa pidieron a la Junta de Castilla y León una nueva autorización para tres parques eólicos declarados ilegales en el entorno del llamado Nudo de Villameca: Espina, Peña del Gato y Valdesamario. Lo hacían tras un acuerdo con la ONG conservacionista SEO/Birdlife, denunciante en los casos, para dar salida a la situación jurídica de los parques, construidos y paralizados por diversas sentencias.
El parque eólico Espina, ahora en manos de Naturgy aunque su constructor inicial fue el grupo Lamelas Viloria, se quedará con las 9 torres eólicas actuales ubicadas en la concretamente en la zona este de la Sierra de Gistredo.
En el proyecto presentado se ha añadido un estudio de 'efectos acumulativos y sinérgicos' del nudo de Villameca que “concluye que, considerándose todos los análisis realizados a lo largo del presente documento y sobre la base de los datos estudiados, no se observa un efecto acumulativo y/o sinérgico significativo entre las diferentes instalaciones evaluadas, siendo los efectos identificados compatibles con los factores analizados y, en especial, con la avifauna presente y el urogallo cantábrico así como también con la Red Natura 2000 y restantes áreas protegidas cercanas a las instalaciones eólicas”.
Además, hay un informe sobre el impacto en los hábitats de interés comunitario donde concluye respecto a las especies como el oso pardo y el urogallo cantábrico “que no se producirán afecciones directas sobre ellas, mientras que las afecciones indirectas sobre el oso pardo serán de escasa magnitud, ya que el ruido en la fase de funcionamiento no va a interferir sobre su actividad, por lo que califica el impacto como no significativo, debido a su carácter indirecto y temporal.
La afección sobre especies de avifauna y, más concretamente, sobre el urogallo cantábrico se considera moderada, debido a la posibilidad de que puedan producirse colisiones y una alteración del hábitat durante la fase de explotación del proyecto, siendo las afecciones ocasionadas durante la fase de construcción mucho más livianas al ser de carácter puntual y no tener relevancia en la distribución de la especie“.
Durante el periodo de información pública se han presentado alegaciones por parte de la Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica, Sociedad Española de Ornitología SEO BirdLife y Asociación para la Conservación del Urogallo. Las tres entidades han coincidido en señalar que los informes presentados no abordaban la situación real del urogallo cantábrica.
La autorización del gobierno autonómico cree que “la actividad es compatible con los objetivos de conservación establecidos en los citados planes (de oso pardo y urogallo) y no va a producir afecciones sobre las poblaciones de estas especies”. Se basa en que los mapas de áreas críticas del urogallo, aprobados en 2009 cuando se dio licencia al parque eólico, no afectan directamente a la ubicación de los molinos y mencionan de pasada la aparición de un ejemplar de urogallo cantábrico a los pies de un molino eólico cercano, correspondiente al parque eólico 'Anexo de Valdelín'.
Como medida adicional la nueva autorización contempla la instalación “de dispositivos anticolisión por detección que usen tecnologías que, mediante cámaras estereoscópicas 3D en tiempo real, monitoricen todo el parque con detección autónoma para cada aerogenerador de: cercanía, altura, movimiento y velocidad de aves de cierta envergadura, y puedan paralizar de forma automática el aerogenerador de riesgo con suficiente antelación para evitar una colisión”.
Por ello tendrán que instalar “las cámaras necesarias que cubran el rango de vuelo del urogallo cantábrico, en la alineación del parque eólico. De esta forma se facilitaría la detección del posible movimiento esporádico de ejemplares de urogallo, así como de otras posibles especies de gallináceas con características de vuelo similar. Se dará traslado al Servicio Territorial de Medio Ambiente de los resultados y de las imágenes obtenidas”.