El magistrado emérito del Tribunal Supremo José Antonio Martín Pallín ha advertido este jueves que la privación de dotación presupuestaria a las organizaciones sindicales por parte de la Junta es un “síntoma de degradación democrática” que, aunque tiene su foco aquí se está extendiendo a otras comunidades autónomas y a Europa.
Asimismo, ha lamentado que esta charla estuviera organizada para realizarse en sede universitaria, en concreto, en la sala Rector Mergelina de la Universidad de Valladolid, donde por cierto, ha recordado, dio su primera clase. No obstante, no ha podido celebrarse allí.
“Me decepciona, alguien sabrá por qué ha tomado esa decisión, por qué un acto que estaba previsto en el ámbito universitario, que debe acoger todas las ideas, no se haya podido celebrar allí. Me duele profunda y personalmente”, ha remachado.
En este sentido, ha mostrado su “asombro” porque en una universidad “no se pueda hablar de política”. “Me recuerda al dictador cuando le dijo a Sabino Fernández que no se meta en política, que le dijo al rector de estudios políticos. El rector o el que sea, ante un acto político, mi único respuesta es que los únicos apolíticos son las lagartijas. Todos los demás tenemos ideología política y una universidad es inconcebible lo que ha hecho”, ha concluido.
Martín Pallín ha hecho estas declaraciones momentos antes de ofrecer una charla en Valladolid bajo el título 'Democracia frente a la extrema derecha', organizada por Comisiones Obreras Castilla y León, cuyo secretario general, Vicente Andrés, ha enmarcado este encuentro en las distintas charlas desarrolladas por la organización y relacionadas con “este fenómeno que aparece con fuerza en Europa: la extrema derecha”.
Allí, Martín Pallín ha calificado de “muy preocupante” el intento de la Junta de Castilla y León de “romper esta paz social”. “No creo que sea necesario acudir a un centro universitario nacional o extranjero para comprender que lo que se había conseguido era modélico, con los parabienes de la OIT, y de repente se considera que hay que destruirlo”, ha lamentado.
Además, el magistrado emérito se ha referido a la posibilidad de establecer “cordones sanitarios y líneas rojas” al hacer referencia a un artículo que escribió en 2019, para asegurar que lo que hay que hacer es “negarse a pactar con ideologías xenófobas, totalitarias, que desconocen derechos humanos de las personas”.
No obstante, ha indicado que desde el punto de vista constitucional no ha de haber líneas rojas, pero sí “una negativa frontal a pactar con partidos de una determinada ideología”.