El Tribunal Supremo ha confirmado una condena de año y medio de prisión, con seis más de inhabilitación, a dos agentes de la Guardia Civil que en 2014 obligaron a tres jóvenes a desnudarse durante un control de drogas en Segovia. Los agentes, dice la Sala de lo Penal, “obraron con abuso de su función, sin justificación alguna plausible” y “contraviniendo de forma expresa los protocolos de actuación vigente”, y no reflejaron el incidente en las hojas de servicio.
Los hechos ocurrieron en junio de 2014 en un control de tráfico que la Guardia Civil había montado en la AP-6 en la zona cercana al peaje segoviano de El Espinar en dirección Madrid. Los agentes bajaron del coche a los tres jóvenes, dos hombres y una mujer, y empezaron a cachearlos. Una agente acudió para cachear a la mujer, que rompió a llorar al estar ocurriendo todo delante de todos los demás. Los agentes empezaron en ese momento a burlarse de ella: “No le ha gustado cómo la he tocado”, dijo la guardia civil.
Mientras tanto, los guardias condenados registraron el coche y preguntaron a los jóvenes que “dónde llevaban la droga”, procediendo a ordenarles que se desnudaran por completo para hacerles un cacheo integral. Lo hicieron, según la Justicia, saltándose todos los protocolos, sin que fuera necesario y causando a las víctimas “una humillación objetiva, que se tradujo en sentimientos de vergüenza y humillación”. No dejaron registro de estos incidentes en las hojas de servicio.
El Supremo ha confirmado las condenas que la Audiencia de Segovia impuso a dos de los implicados: año y medio de cárcel y seis años de inhabilitación para dos de los guardias civiles por delitos contra la integridad moral. La agente que participó en el cacheo a la mujer que rompió a llorar fue absuelta.
En sus recursos, los guardias civiles alegaban que un desnudo integral no tenía por qué atentar contra la integridad moral del detenido. El Supremo contesta que se obligó a los jóvenes a desnudarse, bajo amenaza de detención, sin que existiera “ningún indicio por mínimo que fuera” contra ellos. Los jueces hablan de una “absoluta gratuidad” de la actuación de los guardias civiles, sobre personas que ni siquiera estaban detenidas y, además, sin dejar constancia por escrito.