El fiscal y la acusación particular solicitan diez años de prisión para J.P.F.G. como supuesto autor de una agresión sexual cometida en diciembre de 2020 contra una menor de edad tutelada por la Administración, para la que piden una indemnización de 20.000 euros.
Durante la vista oral celebrada este miércoles en la Audiencia Provincial de Ávila, la defensa ha pedido la libre absolución del acusado, quien se ha declarado inocente, señalando que fue la víctima la que tomó la iniciativa, tras decirle que era mayor de edad.
El ministerio público, además de la pena de 10 años y la indemnización de 20.000 euros, ha pedido que el acusado no pueda aproximarse a la joven a una distancia inferior a 200 metros, ni comunicarse con ella cinco años después de cumplir la pena de prisión, además de seis años de libertad vigilada.
Por su parte, la acusación particular ha ampliado a 500 metros la distancia del acusado a la víctima y a 10 los años de libertad vigilada, una vez cumpla la pena.
Ambos se conocieron por el sobrino del acusado, con el que la víctima, que en el momento de los hechos tenía 16 años, había coincidido en un centro de menores de Soria.
Para hablar del sobrino, J.P.F.G. quedó en dos oportunidades con la menor de edad, si bien fue en la segunda ocasión, el 17 de diciembre de 2017, cuando presuntamente se produjeron los hechos que este miércoles han sido juzgados en la Audiencia Provincial de Ávila, cuyo titular ha dejado visto para sentencia el caso.
En su relato de los hechos, el acusado ha explicado que en esa jornada la pasó a buscar por el instituto a la hora del recreo, terminando en la explanada situada en las inmediaciones de la Plaza de Toros de Ávila, donde le pidió a la joven que le enseñara las cicatrices producidas por las autolesiones que se generaba.
Posteriormente, ambos se trasladaron a los sillones traseros del vehículo, donde tuvo lugar el acto sexual que, según el acusado, fue consentido, tras haber tomado ella la iniciativa, diciéndole que era mayor de edad.
Por su parte, la víctima ha prestado declaración tras un biombo que le separaba del acusado, reconociendo que se fue voluntariamente con el acusado, si bien ha precisado, a diferencia de la versión de J.P.F.G., que una vez en el aparcamiento de la Plaza de Toros fue él quien comenzó a desnudarla con la excusa de ver sus cicatrices.
Según su relato, en ese momento se quedó bloqueada y solo pudo tomar conciencia de lo que estaba sucediendo cuando vio sangre.
Tras ser devuelta al instituto por el supuesto agresor, la joven pidió a los profesores que le ayudaran, siendo trasladada al hospital, donde se puso en marcha el protocolo de agresiones, antes de interponer la correspondiente denuncia, que culminó con la detención del hombre ese mismo día.
En el juicio han participado también médicos forenses, que han confirmado que la víctima, que cuenta con una discapacidad emocional del 35 por ciento, presentaba una erosión compatible con un mecanismo traumático, sin que el sangrado resultara abundante.