Con apenas cuatro meses de existencia, 257 militantes (la cifra va en aumento estos días) y una modesta campaña electoral, el XAV (Por Ávila) roza la mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Ávila después de 28 años de Gobierno del PP. Ha obtenido el 35% de los votos en la capital. No solo eso. Además entra en las Cortes de Castilla y León con un procurador gracias a 9.447 votos, una situación inédita en la Comunidad.
Las siglas del XAV empezaron a sonar el pasado domingo, cuando el escrutinio mostraba una clara victoria de este nuevo partido en el Ayuntamiento. El artífice del éxito es el expresidente de la Diputación por el PP, Jesús Manuel Sánchez Cabrera. Muchos daban su carrera política por acabada cuando el pasado 1 de marzo anunciaba su baja en el partido en el que militó “media vida”, 18 de sus 36 años, para seguir presidiendo la Diputación desde el grupo de no adscritos. Adelantaba además que sería candidato a la alcaldía con el partido Por Ávila.
La salida de Sánchez Cabrera no fue pacífica y tuvo un claro detonante: en septiembre de 2018 la dirección provincial le propuso, con el beneplácito de Pablo Casado –a quien conoce bien–, ser el candidato al Ayuntamiento porque las encuestas internas revelaban que tendría mayoría absoluta. Aceptó diciendo que no lo hacía por el partido sino por Ávila. En diciembre y sin ningún motivo, le dijeron, según su versión, que ya no sería candidato. Lo encajó, pero pidiendo un cambio en la forma de hacer política. Se tomó un periodo de reflexión en el que vio que el proyecto era de “continuismo”. En compensación se le ofrecieron cargos que rechazó, ya no quería seguir en el partido. Desde que solicitó su baja, estuvo en el grupo de no adscritos 25 días. Una moción de censura acabó con su presidencia.
Sánchez Cabrera es el menos sorprendido del rotundo éxito del XAV. “Esperábamos ser la fuerza política más votada, es la realidad. Los abulenses, hartos del Partido Popular, querían cambio y han optado por una opción con un buen programa político y un buen equipo”. Los fundadores de Por Ávila militaron en el PP pero ahora, según Sánchez Cabrera, lo forman “personas de distinta ideología que confluyen en la única ideología del partido, ni de izquierdas ni de derechas: Ávila y los intereses de los abulenses”.
Lo primero que quieren pedir desde el partido es que se revierta una “deuda histórica” con la provincia, “considerada siempre de tercera”. La razón, según él, es que es una provincia que siempre apoyó al PP, un partido que no vio la necesidad de invertir porque ganaba siempre. Y la misma lectura pero a la inversa hace con gobiernos socialistas en España. “Los abulenses han sido esclavos de sus propios votos”. El futuro alcalde de Ávila cita de carrerilla todo lo que le falta a su provincia, desde infraestructuras que la comuniquen mejor con Madrid, tanto autopistas como autovías, como una la línea de ferrocarril “del siglo XIX”. Lamenta además que no pueda compararse con otras provincias de Castilla y León.
Una campaña con tres carpas y Whatsapp
De sus cuatro años como presidente de la Diputación destaca un cambio en la forma de hacer política, “todos los municipios”, apunta, “tuvieron las mismas oportunidades” porque se pasó de dar ayudas a dedo a adjudicar. El cambio no gustó a “las redes clientelares del PP”. Por contra, en el Ayuntamiento, el PP “no fue capaz” de afrontar una política para el muy necesaria: vincular la ciudad a la provincia, porque una sin la otra no pueden funcionar. “No han sido capaces de dar respuesta a los grandes retos que tiene la provincia de Ávila”.
El proyecto del XAV para la capital lo define como “creíble y realizable”, con un equipo de personas “conocidas, cercanas y reivindicativas”. Esa es, según él, la clave para conseguir 11 concejales frente a los seis que han sacado PP y PSOE. Todo ello con una campaña modesta: WhatsApp y redes sociales ante la carencia de espacios en los medios de comunicación y un presupuesto que era “prácticamente nada”. “No hemos puesto banderolas, no hemos puesto pancartas, no hemos tenido nada, a excepción de tres carpas pequeñitas en la ciudad, los carteles del día de la pegada y un tríptico”, asegura.
Una baza importante ha sido la presencia que Sánchez Cabrera tuvo durante cuatro años en la vida social abulense, en los que dejó pocos rincones por recorrer. Antes, su trabajo en banca le hicieron también ser conocido y a la vez conocer los problemas de los ciudadanos, porque “cuando alguien va a sacar dinero de su cuenta acaba charlando de lo que le preocupa”.
Algo similar ocurre con su cabeza de lista a las Cortes, Pedro Pascual, presidente del Real Ávila Club de Fútbol, médico de profesión y coordinador del 112. “No es un hombre de despacho, él salía con la ambulancia, y durante la campaña la gente se le acercaba para recordarle que había salvado a un familiar suyo”. Pascual conoce además perfectamente todas las deficiencias que presenta Ávila y provincia en Sanidad. Con un hospital de referencia en Salamanca al que muchos enfermos de la provincia llegan después de hora y media de camino. Personas que necesitan un tratamiento de radioterapia de 20 minutos y que renuncian a seguir con él porque el camino de ida y vuelta es agotador. O que son trasladados con un diagnóstico de ictus en el que la rapidez es fundamental para que no haya lesiones irreversibles.
Sánchez Cabrera anuncia muchas sorpresas en las Cortes durante esta legislatura, y el objetivo de conseguir, en las próximas convocatorias electorales, más procuradores, y por supuesto, diputados y senadores.