Los beneficios de 'La Catedral del Mar', el libro superventas de Ildefonso Falcones, terminaron tributando en paraísos fiscales, pero no debido a su escritor. Así lo ha determinado la magistrada del juzgado penal 25 de Barcelona, que ha absuelto al escritor y a su mujer del fraude fiscal. La Fiscalía reclamaba hasta seis años de cárcel y tres para su mujer como cómplice.
La Fiscalía acusaba a Falcones de defraudar a Hacienda 1,4 millones de euros de los beneficios de sus libros superventas, entre ellos 'La Catedral del Mar', en los años 2009 y 2010, cediendo supuestamente los derechos de autor a un entramado de sociedades radicadas fuera de España.
La magistrada descarta que el contrato de cesión de los derechos de autor de los libros superventas de Falcones al bufete que comparte con su mujer fuera “simulado”, tal y como mantenían la Fiscalía y la Agencia Tributaria. Y en cualquier caso, agrega, el fraude no alcanza los 120.000 euros que la ley establece como mínimo para constituir delito, al contrario de lo mantenido por las acusaciones.
En su sentencia, la magistrada arremete contra la Fiscalía y la Abogacía del Estado, a quienes acusa de actuar “si no mala fe, sí con cierta desidia” por presentar hasta tres informes de peritos de Hacienda distintos. La crítica llega hasta el fondo de la tesis acusatoria: según la jueza, resulta “totalmente absurdo pensar” que Falcones cedió los derechos de autor de 'La Catedral del Mar' con el objetivo de evadir impuestos, ya que lo hizo dos años antes de que se convirtiera en un éxito de ventas y cuando ya había sido rechazada por otra editorial.
Cuando Falcones cedió los derechos de autor al bufete que compartía con su mujer se firmó un contrato “absolutamente legal”, remarca la jueza en su sentencia, al contrario de lo mantenido por las acusaciones. “¿Por qué una cesión de derechos por parte de Ildefonso Falcones a una sociedad familiar, con domicilio social y tributación en España, y que ha sido considerado válido por la Hacienda pública durante más de 10 años deja de considerarse válido y pasa a considerarse simulado?”, afea la jueza a la Fiscalía y Hacienda.
Es más, la jueza destaca que según declaró un inspector de Hacienda en el juicio, la Agencia Tributaria dejó prescribir el expediente administrativo contra el bufete, lo que solo le permitía acusar al escritor si mantenía la tesis de que simuló los contratos. “De otro modo todo el posible fraude no se podría reclamar”, apostilla la magistrada.
Como no partió de un contrato simulado, la jueza absuelve a Falcones y a su mujer, si bien no niega que existiera un circuito de sociedades radicadas en paraísos fiscales como Irlanda, Chipre, República Dominicana o las Islas Caimán. Apunta no obstante a que “es más que probable” que quien lo organizara fuera el hermano de Falcones, ya fallecido, aunque el escritor lo conocía. “El fin de defraudar a la Hacienda Tributaria española con la creación de este entramado social resulta evidente”, cierra la jueza.