El Observatori Contra l'Homofòbia (OCH) y el Ayuntamiento de Barcelona, que ejercen la acusación particular y popular en el juicio contra los tres sospechosos de perpetrar un ataque homófobo en el metro, piden que se les condene por delito de odio.
La abogada del OCH, Laia Serra, ha declarado que se trata de una agresión que “atenta contra los derechos de acceso con normalidad y libertad al espacio público” y atribuye a los enjuiciados un presunto delito de lesiones agravadas, intento de robo y un delito de odio homófobo. Por todo ello, piden penas de cinco años de cárcel.
Así mismo, Serra ha recordado que ya ha habido un juicio en la jurisdicción de menores contra un cuarto acusado por el mismo caso, que ya fue condenado por delito de odio.
El juicio se ha celebrado la mañana de este viernes por una agresión que sufrió un joven de 23 años en 2019. El concejal de Derechos de la ciudadanía de Barcelona, Marc Serra, ha lamentado que el juicio llegue “demasiado tarde”. El juicio se debía haber celebrado en febrero, pero se aplazó porque uno de los acusados no llegó a presentarse.
Igualmente, Serra ha alabado el trabajo del OCH a la hora de acompañar a la víctima y ha puesto el valor el trabajo coordinado entre la administración y las entidades. A través de esta coordinación se ha elaborado el protocolo de prevención de agresiones LGTBIFóbicas del transporte público de Barcelona, impulsado precisamente a partir de este caso.
Miedo al transporte público
Según las acusaciones, el ataque se produjo a las seis de la mañana del 12 de enero de 2019, cuando la víctima accedió al metro, camino del trabajo. Entonces, los acusados, que regresaban de una discoteca, habrían increpado al joven y le habrían preguntado por su orientación sexual.
En elevarse la tensión, la víctima habría decidido salir del vagón, seguido de los atacantes, que le habrían tirado al suelo y golpeado en la cabeza y la cara. La agresión se detuvo cuando llegaron los vigilantes de seguridad del metro.
La víctima ha asegurado que, tras el ataque, ha tenido que irse a vivir fuera de Barcelona por miedo a viajar en transporte público. Además, también ha declarado que le “cuesta ir cogido de la mano con otros chicos. Ya no muestro afecto en público”.
Ante esto, el portavoz del OCH, Cristian Carrer, ha lamentado que estos casos “no se arreglan a golpe de sentencia” y ha pedido que se complemente con acciones pedagógicas y medidas de reparación. “Se tiene que garantizar la recuperación de las personas afectadas, ofreciendo un amplio abanico de recursos porque estos casos pueden generar mucha fatiga emocional”, ha insistido