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Por qué los adolescentes se han puesto ya más primeras dosis de la vacuna que el grupo de entre 20 y 39 años

Pau Rodríguez

14 de septiembre de 2021 22:09 h

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La vacunación contra la COVID-19 de los adolescentes ha alcanzado tal agilidad en España que este grupo de edad, el de 12 a 19 años, supera ya con primeras dosis a los que van de los 20 a los 40 años. Y eso que su plazo para inmunizarse, especialmente entre los menores de 16 años, se abrió mucho más tarde, durante el mes de agosto.

Pocos días después de iniciarse el curso escolar, los datos del Ministerio de Sanidad reflejan que la velocidad a la que se han vacunado los menores de edad merece un capítulo aparte dentro de la campaña de inmunización contra el coronavirus. Actualmente, el 79,4% de estos jóvenes –esto es, más de tres millones–, ha recibido ya la primera de las dos inyecciones, mientras que este porcentaje se reduce al 76,3% y el 76,1% si se observa a los de 20 a 29 años y los de 30 a 39, respectivamente. 

Este sorpaso se ha producido en todas las comunidades autónomas por igual excepto en Madrid. En algunas, como Galicia o Asturias, los adolescentes superan el 90% de cobertura con primera dosis, con más de diez puntos de diferencia en ambos casos respecto a la franja de edad de los treintañeros. 

Aunque todavía no ha ocurrido lo mismo con la pauta completa, que por ahora alcanza al 60,3% de los jóvenes de 12 a 19 años –muchos de quienes tienen una dosis no han cumplido el plazo para recibirla–, los expertos consultados coinciden en que su respuesta a la llamada de la vacunación está siendo “ejemplar”. Al menos inicialmente. Y en la mayoría de los casos no ha sido necesaria una búsqueda activa, puesto que las autoridades sanitarias regionales han optado por ponerles la inyección en los mismos puntos de vacunación masiva que a los demás y que hoy ya se están desmantelando por falta de demanda

¿A qué responde esta mayor predisposición de los adolescentes? Como es habitual en la epidemia, de entrada hay pocas certezas y varias hipótesis. Pero la principal es que el horizonte del principio de curso escolar le ha dado un empuje decisivo. A ello habría que sumarle que los menores de edad son más localizables por parte de los centros de salud o que en ellos pesa sobre todo lo que deciden sus progenitores, que a su vez tienen edades en las que empieza a haber más riesgo de infecciones graves.

De la vuelta al 'cole' al vínculo con el ambulatorio

“Una vuelta al cole más segura y cercana a la normalidad es un importante incentivo para la vacunación”, apunta el epidemiológo y pediatra Quique Bassat, del Instituto de Salud Global de Barcelona, que recuerda que los protocolos escolares para el curso 2021-2022 establecen que los vacunados no tendrán que hacer confinamiento, mientras que los demás sí. “Esto puede haber tenido peso en la decisión de muchos padres, que saben perfectamente lo disruptiva que es una cuarentena”, completa este experto.

Esto conecta con otro gran factor decisivo, que es el hecho obvio de que la decisión de vacunar a los menores de edad recae casi siempre en sus progenitores. Unas familias que, por edad de sus hijos, suelen pasar de los 40 años, una franja con una mayor cobertura vacunal (87% con primera dosis y 85% con pauta completa). “A los menores de edad nos los traen sus progenitores y en general no les han consultado si quieren o no recibir la inyección”, explica Pepi Estany, enfermera de un Centro de Atención Primaria y miembro del Consejo Asesor de Vacunaciones de la Generalitat. 

Estany, que trabaja en un ambulatorio en Artesa de Segre, localidad leridana de 4.000 habitantes, añade además que los menores de edad son más fácilmente localizables que los más mayores, porque todavía viven en casa de sus padres, van al instituto y no se han marchado del pueblo. “A los de más de 20 a veces cuesta más localizarles, tienen teléfonos obsoletos o viven en otros sitios”, resume esta enfermera. Bassat, por su parte, le añade otra idea: “Creo que a los adolescentes se les ha dado mucha caña y se les ha culpabilizado parcialmente de la quinta ola, y eso ha provocado que como grupo hayan reaccionado demostrando que se toman las cosas en serio”. 

En este sentido, la quinta ola también ha influido en el ritmo de vacunación de cada franja de edad. En descargo de la franja de 20 a 30 años, por ejemplo, esta fue la más golpeada por la COVID-19 a principios de julio, justo cuando les iba a tocar recibir el primer pinchazo, aunque los adolescentes no andaban muy lejos. Entre el 20 de junio y finales de agosto se contagió el 4,7% de la población de 10 a 19 años y el 5,7% de los de 20 a 29. Todos ellos pueden comenzar a recibir la primera dosis dos meses después del contagio (o un mes en el caso de algunas autonomías).

Vacunación en universidades y todavía no en institutos

Los buenos datos de vacunación entre los menores de edad han diluido hasta el momento las escasas voces que pedían que se pusieran puntos de vacunación en los centros de Secundaria. Por ahora ninguna comunidad los ha puesto en marcha, aunque la Generalitat catalana aseguró que se lo plantearía en los próximos días, sobre todo, en aquellas zonas donde la cobertura vacunal sea muy reducida. Es decir, dentro del plan para llegar a los grupos de población más rezagados. 

Lo cierto es que, pese a que la comparativa con los de 20 y 30 años les deja en buen lugar, todavía hay hoy un 20% de adolescentes sin primera dosis. Y la curva de vacunados diarios de esa edad también se ha ido aplanando, recuerdan los expertos.

Con el fin de la etapa de vacunaciones masivas, los expertos coinciden en que tiene sentido estudiar la inclusión de los centros de Secundaria dentro de las estrategias de instalar puntos de inmunización temporales o itinerantes. “Todavía quedan menores de 18 años que no hemos podido localizar y, además, la vacunación en el instituto le da valor a la fuerza del grupo. Los que no se han vacunado piensan: 'Si este se vacuna, yo también”, reflexiona la enfermera Estany. 

Sin embargo, ahora mismo las autoridades sanitarias están más preocupadas por el grupo que va de los 20 a los 30, también de los 30 a los 40, que por los menores, con lo cual muchas autonomías han priorizado poner puntos de inmunización en los campus universitarios. Catalunya lo está llevando a cabo esta semana en casi todas las universidades, sin cita previa y abierto también a gente de fuera de la comunidad académica. Entre las comunidades que están impulsándolo están también Madrid, Cantabria o Castilla-La Mancha. En Navarra han vacunado a medio millar de estudiantes extranjeros