El lazo amarillo, en señal de protesta contra el encarcelamiento de los líderes del 'procés', vuelve a estar visible en la fachada del Ayuntamiento de Barcelona. Los operarios del consistorio han vuelto a colocar la pancarta tras someterlo Ada Colau a deliberación de todos los grupos municipales este lunes, tal como prometió en su discurso de investidura.
La decisión de reponer el símbolo en el balcón que da a Plaza Sant Jaume ha contado con el apoyo de Barcelona en Comú, ERC y JxCat. Se han mostrado contrarios el PSC -futuro socio de gobierno de los 'comuns'-, Barcelona pel Canvi-Ciudadanos y el PP.
Colau retiró el lazo el pasado 14 de marzo por orden de la Junta Electoral, poco antes de que empezara el ciclo electoral que concluyó el 26 de mayo con los comicios municipales. El gobierno barcelonés argumentó entonces que contribuían así a “generar un clima electoral de debate sereno y constructivo”, pero la propia alcaldesa dejó claro que volverían a colgar el lazo si, ya con el nuevo consistorio, seguía habiendo consenso mayoritario para hacerlo.
Esta es una de las primeras diferencias que experimentará el futuro gobierno municipal -integrado ahora por los 'comuns' pero que debe incorporar el PSC, según lo acordado por ambas formaciones- a propósito del procés. El socialista Jaume Collboni ha anticipado este lunes que se opondría a esta decisión y ha tachado el lazo de “símbolo divisorio”.
Desde Barcelona en Comú, por su parte, siempre han sido favorables a apoyar todas las declaraciones y medidas referentes a lo que denominan “judicialización de la política”.
A la reunión, previa a la constitución de la Junta de Portavoces -que acordó colocar el lazo en el pasado mandato-, han asistido Janet Sant, Jordi Martí y Eloi Badia, por BComú; Jordi Coronas y Montserrat Benedí, por ERC; Laia Bonet y Albert Batlle, por el PSC; Elsa Artadi y Neus Munté, por JxCat; Paco Sierra y María Luz Guilarte, por Ciudadanos; y Josep Bou por el PP.
Bou ha cargado precisamente contra Manuel Valls y el PSC al considerar que su “cheque en blanco” para investir a Colau ha llevado a que esta sea una de las primeras medidas que adopta el consistorio. “Collboni tendrá que hacer su trabajo y decirle a Colau que no ponga el lazo amarillo bajo ningún concepto”, ha remarcado el concejal popular, que ha llegado a afirmar que está dispuesto a retirar la pancarta con sus propias manos.