El Govern catalán ha fichado al exconseller Pere Macias, actual coordinador del plan Rodalies 2020-2030 en el Ministerio de Transportes, para liderar el traspaso de la red de cercanías a la Generalitat.
Macias será el nuevo comisionado del Govern para el traspaso de Rodalies, según ha adelantado SER Catalunya y ha confirmado elDiario.es, y liderará las negociaciones con el Ejecutivo de Pedro Sánchez para aplicar el complejo traspaso de la red que se pactó en el acuerdo entre el PSOE y ERC para permitir la investidura.
Ingeniero de caminos de formación, Macias ha trabajado para Gobiernos de distinto color y está considerado una persona de consenso. Fue conseller de Medi Ambient y después de Política Territorial con Jordi Pujol entre 1997 y 2001. Después dio el salto a Madrid y llegó a ser el portavoz de Convergència en el Senado y posteriormente en el Congreso, un cargo que dejó en 2015. Posteriormente asesoró al Consistorio de Ada Colau entre 2016 y 2018 en el proyecto de unir las dos líneas de tranvía que tiene la capital catalana. En 2019 fue fichado por el entonces ministros de Fomento, José Luis Ábalos, para coordinar el plan de Rodalies.
La tarea de Macias será “culminar y ampliar el traspaso integral de la Administración General del Estado a la Generalitat de Catalunya, a lo largo de la presente legislatura, del servicio de transporte ferroviario de Rodalies de Catalunya”, tal y como figura en el acuerdo alcanzado entre ERC y PSOE. Este enunciado encabeza la parte dispositiva del acuerdo que supone, según sus firmantes, la culminación de la transferencia de Rodalies a Catalunya, una demanda histórica de la Generalitat.
Rodalies y Regionals Catalunya es una red extensa, con sus 209 estaciones a lo largo de 1.200 kilómetros de vías, que utilizan cada día cerca de medio millón de catalanes, la mayoría para ir a trabajar o a estudiar. Pero es un servicio que se ha hecho tristemente famoso por sus continuos fallos. Los datos completos sobre 2022, que este diario publicó en exclusiva, lo corroboran: Rodalies tuvo retrasos graves cuatro de cada cinco días y hubo más de 2.000 trenes cancelados el año pasado.