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OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

La escuela catalana dice 'no' a la reforma de Wert

Se ha quedado pequeña la plaza Sant Jaume de Barcelona ante la ola de rechazo hacia reforma educativa que planea llevar a cabo el ministro José Ignacio Wert. Maestros, alumnos, padres y madres con sus hijos a cuestas han combatido el frío para tumbar en la calle un anteproyecto de ley, el de la Lomce, que consideran que ataca el modelo de inmersión lingüística que se aplica desde hace años en las escuelas catalanas. Miles de personas –4.500, según la Guardia Urbana– han acudido al llamamiento de la plataforma Somescola.cat, y no sólo los sectores más vinculados a la educación, sino algunas personalidades políticas y decenas de entidades civiles, algunas de las cuales también integran la plataforma. La concentración, con mayor o menor seguimiento, ha tenido réplicas en 62 municipios de toda Catalunya.

En Barcelona, entre gritos de “independencia” y de “insumisión”, ambos los más repetidos con diferencia, han leído el manifiesto los músicos Marina Rossell y Feliu Ventura. “Nunca nadie se había atrevido a proponer que borremos 35 años de escuela democrática”, recogía el texto, que consideraba la reforma “inaceptable” por ser “recentralizadora, retrógrada e inútil”. Bajo el lema “Por un país de todos, escuela en catalán”, el manifiesto pedía “que sea el Parlament el que escoja el modelo adecuado” y que se evite a toda costa “la segregación del alumnado”.

El anteproyecto de ley de Wert obligará a que el castellano sea también lengua vehicular en las aulas catalanas, y deja la asignatura de catalán en importancia –al menos sobre el papel, está por ver a la práctica– por detrás del castellano y de las dos lenguas extranjeras. También ha suscitado muchas críticas el hecho que, de aprobarse la ley, sea el Ministerio quien fije el 100% de los contenidos de las asignaturas troncales, cuando hasta ahora se negociaban todas las materias entre el Gobierno central y las comunidades autónomas.

“No entienden que si el catalán deja de ser vehicular, algunos niños y niñas podrían crecer sin conocer la lengua de su país y esto pondría en peligro la lengua; no es nada personal contra el castellano, al contrario”, expresaba José Ramón Rubio, que lleva a su hijo Pau al colegio Josep Carner de Badalona. Con el pequeño a cuestas y enfundado en una camiseta amarilla –color de la protesta contra los recortes en educación en Catalunya–, Rubio lamenta que “se trate de cambiar lo que ya funciona”.

La concentración, plagada de estelades, ha contado también con la intervención del escritor Roberto del Hoyo, defensor de los valores la inmersión en municipios donde predominan los castellanohablantes, como el suyo, Santa Coloma de Gramenet. Del Hoyo se ha sumado al clima de insumbisión y ha asegurado que no aplicarán la ley porque “ataca a lo más preciado que tenemos”.

Recibimiento del president y de la consellera en la Generalitat

Tras la concentración, finalizada al son de Els Segadors, los portavoces de Somescola.cat han acudido al Palau de la Generalitat, donde les han recibido el president en funciones, Artur Mas, y los consellers de Ensenyament i Cultura, Irene Rigau y Ferran Mascarell, respectivamente.

En el horizonte inmediato se albira ahora la reunión del miércoles en el Parlament de CiU, PSC, ERC e ICV-EUiA para hacer frente común contra el anteproyecto de ley, justo el mismo día en que el ministro de Educación comparecerá en el Congreso de los Diputados para responder por el polémico borrador. Y el día siguiente, segundo asalto de protestas, esta vez no solo en Catalunya, sino en todo el Estado, y no únicamente por la cuestión lingüística, sino por el conjunto de un texto y por unos recortes que la comunidad educativa considera que atacan de pleno a la educación pública.

Se ha quedado pequeña la plaza Sant Jaume de Barcelona ante la ola de rechazo hacia reforma educativa que planea llevar a cabo el ministro José Ignacio Wert. Maestros, alumnos, padres y madres con sus hijos a cuestas han combatido el frío para tumbar en la calle un anteproyecto de ley, el de la Lomce, que consideran que ataca el modelo de inmersión lingüística que se aplica desde hace años en las escuelas catalanas. Miles de personas –4.500, según la Guardia Urbana– han acudido al llamamiento de la plataforma Somescola.cat, y no sólo los sectores más vinculados a la educación, sino algunas personalidades políticas y decenas de entidades civiles, algunas de las cuales también integran la plataforma. La concentración, con mayor o menor seguimiento, ha tenido réplicas en 62 municipios de toda Catalunya.

En Barcelona, entre gritos de “independencia” y de “insumisión”, ambos los más repetidos con diferencia, han leído el manifiesto los músicos Marina Rossell y Feliu Ventura. “Nunca nadie se había atrevido a proponer que borremos 35 años de escuela democrática”, recogía el texto, que consideraba la reforma “inaceptable” por ser “recentralizadora, retrógrada e inútil”. Bajo el lema “Por un país de todos, escuela en catalán”, el manifiesto pedía “que sea el Parlament el que escoja el modelo adecuado” y que se evite a toda costa “la segregación del alumnado”.