Los espacios verdes reducen la contaminación atmosférica, el ruido, el calor y el estrés de los ciudadanos, además de llegar a reducir cada año un 13% las visitas a profesionales de la salud y el uso de antidepresivos. Este es el resultado de un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación “La Caixa”.
La investigación, realizada por un equipo científico y publicada en la revista ‘Environment International’, ha analizado el impacto que tiene la implementación de un trazado urbano con mayor espacio verde en la salud, especialmente la salud mental, de los ciudadanos de grandes ciudades como Barcelona.
“Barcelona tiene un problema que debe solucionar de manera urgente. Actualmente, solo el 11% de la ciudad está ocupado por espacio verde, y eso contando Collserola, que aglutina el 60% del espacio verde municipal”, explica Natalie Mueller, investigadora de ISGlobal y última autora del estudio.
La transformación de una de cada tres calles en corredores o ejes verdes está en la agenda del Ayuntamiento de la ciudad y pertenece al proyecto de las supermanzanas que se está llevando a cabo de manera focalizada en el centro de la ciudad, concretamente, en las calles de Consell de Cent, Rocafort, Comte Borrell y Girona.
El estudio parte de un análisis previo que cuantificaba la superfície de espacio verde el año 2015 y el aumento de espacios verdes que se produciría con la implementación del plan de los Ejes Verdes en el municipio. Además, los datos relativos a la salud mental de la población pertenecen a la Encuesta de Salud de Barcelona (2016-2017). Analizando la relación entre ambos, el estudio ha calculado cómo el aumento de este tipo de superficies repercute en varios indicadores de salud mental de la población.
La investigación ha concluido que el plan de Ejes Verdes impulsado por el Ayuntamiento de Barcelona reportaría un incremento del 5,67% de superficie verde de la ciudad y supondría la prevención anual de un 14% de los casos de mala salud mental autopercibida, un 13% de las visitas a profesionales de la salud mental y del uso de antidepresivos y un 8% del uso de tranquilizantes o ansiolíticos.
De acuerdo con las cifras, la coautora del estudio, Diana Vidal ha señalado que “el estudio ayuda a ilustrar que el reverdecimiento es una estrategia pertinente para promover la salud y, en particular, la salud mental, en entornos urbanos”. Aun así, Evelise Pereira, investigadora de ISGlobal y coautora del estudio cree que queda mucho trabajo por hacer porque “actualmente solo el 20% de la población de Barcelona cuenta con el acceso a espacios verdes recomendado por la OMS”.