Porsche ha pagado al Ayuntamiento de Barcelona 330.225 euros por ocupar durante el mes de marzo el espigón del final de la calle de la Marina. Para celebrar la convención mundial de distribuidores de esta marca, la multinacional automovilística de lujo ha construido un edificio de 3.000 metros cuadrados que acoge diversas salas y un restaurante. La construcción, un rectángulo en blanco y negro situado entre la torre Mapfre y el Hotel Arts, no sólo supone un gran impacto visual ya desde lejos, sino que impide que los peatones puedan llegar hasta el final de la calle para ver el mar.
A parte de los más de 300.000 euros abonados por ocupación de la vía pública, Porsche ha pagado al consistorio 40.000 euros más en concepto de paisaje urbano. Esta partida se ha acordado pagarla en especies, es decir, a cambio del patrocinio de la marca en iniciativas de ocupación de la ciudad vinculadas, sobre todo, al sector de la automoción. El Ayuntamiento, que gobierna CiU en minoría con el apoyo externo del PP, también ha conseguido que Porsche pague 18.628 euros más por asfaltar la rampa que lleva hasta la playa de la Barceloneta.
La convención, que empezó el 7 de marzo pasado y se alargará hasta el próximo día 28, reúne 1.900 participantes venidos de todo el mundo que han ocupado casi todas las habitaciones del Hotel Arts. El edificio temporal está franqueado por algunos de los modelos más espectaculares de Porsche, entre ellos el nuevo modelo Macan, que en lengua indonesia significa tigre. Un fuerte despliegue de vigilancia privada se encarga de velar por los coches expuestos al público y por impedir el paso de los despistados hasta el espigón.
Según fuentes del Ayuntamiento de Barcelona, la presencia de Porsche en la ciudad condal durante este mes generará un impacto económico de unos 42,8 millones de euros. A esta cifra hay que añadir la publicidad mundial que supone que la convención internacional de la marca automovilística se celebre en Barcelona y vaya ligada a su promoción como smartcity. Las obras para desmontar el edificio comenzaran el 29 de marzo y durarán unos ocho días.
Desde la llegada de Xavier Trias a la alcaldía el verano del 2011, el alquiler de espacios públicos de Barcelona a las marcas privadas se ha convertido en una de las prioridades del consistorio. El punto de partida de esta peculiar forma de atraer turistas e inversiones se produjo en mayo del año pasado cuando Nike pagó 94.000 euros a cambio de vestir la estatua de Colón con la nueva camiseta del Barça. La pretensión de CiU de añadir el nombre de marcas a algunas estaciones de metro de la ciudad y el alquiler del Museud’Art Nacional de Catalunya a la millonaria familia Mittal para celebrar una boda han sido iniciativas muy criticadas por la mayoría de la oposición y por las entidades vecinales.