Yassin El Yakoubi, enfermo de cáncer de colon y desde hace meses sin hogar, ya tiene donde pasar la noche a resguardo del frío. El Ayuntamiento de Barcelona, tras conocer su situación relatada en elDiario.es, le ha ofrecido costearle el alojamiento en un hotel de la ciudad con el compromiso de, a partir del lunes, encontrarle un recurso residencial más estable, acorde con su precario estado de salud.
“Estoy bien, gracias. Bueno… Bien, no. Mejor, sí”, alcanzaba a decir Yassin, en su castellano precario, a través del teléfono de la voluntaria que le atiende en la Iglesia Santa Anna, Montse Pujadas. Ambos estaban en ese momento frente al Centro de Urgencias y Emergencias Sociales de Barcelona (CUESB), donde han informado a Yassin de la solución provisional que le han encontrado. “Es una buena noticia, pero lo importante será ver el lunes si le ofrecen algún piso compartido donde poder hacer seguimiento del tratamiento”, afirmaba Pujadas.
La comisionada de Acción Social del Ayuntamiento, Sonia Fuertes, responsable de los Servicios Sociales de la ciudad, ha explicado que el lunes se reunirán con los profesionales de referencia de Yassin en el Servicio de Atención a Inmigrantes, Emigrantes y Refugiados (SAIER). “Valoraremos con más detalle cómo está, qué necesita y dónde lo podemos alojar”, ha añadido en conversación con este diario.
La comisionada de Acción Social del Ayuntamiento, que ha estado en contacto en las últimas horas con los educadores de Santa Anna, reconoce que a la Administración le falta capacidad “para dar una respuesta integral” a casos en los que, como le sucede a Yassin, se mezclan problemas de salud graves con exclusión social. “Los servicios sociales no están preparados para acoger procesos de recuperación oncológicos ni los hospitales para tener dispositivos de este carácter”, lamenta.
En Barcelona existe un equipamiento pensado para alojar a personas sinhogar que estén convalecientes. Es el Centro de Estancia Limitada Santa Lluïsa Marillac, en el barrio de la Barceloneta. Pero en estos momentos tiene las plazas completas.
Yassin, de origen marroquí y de 37 años, dormía hasta ahora en el portal de un piso del Poble-sec, en Barcelona, a pesar de estar en tratamiento de quimioterapia en el Hospital Clínic. “Solo pido un sitio en el que dormir caliente”, aseguraba este viernes desde el hospital de campaña para personas sinhogar de la Iglesia Santa Anna, a cuyo comedor acudía desde hacía algunas semanas.
Llegado a España hace apenas nueve meses, Yassin estuvo viviendo inicialmente con su hermana en un piso social, pero al poco tiempo le dijo que no podía quedarse allí. En noviembre, cuando le operaron y le diagnosticaron el cáncer en el Hospital Clínic, ya pernoctaba en la calle, según explica.
Al revisar el expediente, Fuertes precisa también que en octubre se le llegó a ofrecer a Yassin un centro de primera acogida en el que alojarse, pero por las razones que fuesen no acabó yendo. Fue un mes antes de que recibiese su diagnóstico en el Clínic.
Desde el Ayuntamiento añaden también que la respuesta a casos como el de Yassin no puede ser solo de la ciudad, sino que debe existir una “estrategia catalana de sinhogarismo” situaciones complejas no solo de salud, sino también de personas que salen de la cárcel o del circuito de tutela de menores.
Muchas personas sinhogar, además, llegan a la capital catalana procedentes de otros municipios sin tantos dispositivos para atenderlas. El propio Yassin estuvo durante un tiempo en Castelldefels, antes de recalar en la ciudad. A día de hoy, de las 1.000 personas que duermen en la calle en la ciudad (2.000 si se cuentan las infraviviendas), la mitad llevan menos de cinco años en Barcelona.