Barcelona no repetirá como sede de la Copa América de vela. Así lo han comunicado tanto el responsable del evento como el Ayuntamiento de la capital catalana. El teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, ha considerado cumplidos los objetivos, si bien ha considerado que repetir el evento ya “no aporta nada hacer más inversión”.
La celebración de la Copa América de vela en Barcelona ha transcurrido ante el desinterés general de los barceloneses y las críticas de los colectivos vecinales por la inyección de al menos 45 millones de euros por parte de las administraciones públicas a un gran evento privado que tampoco ha traído el retorno esperado para la mayoría de restaurantes y hoteles, salvo los especializados en turismo de lujo.
En declaraciones a RAC-1, Valls ha defendido la apuesta de la ciudad para traer la competición a Barcelona (de común acuerdo entre la entonces alcaldesa, Ada Colau; el entonces president, Pere Aragonès; y el Gobierno). Según Valls, el evento ha reforzado la “imagen” de la ciudad y ha demostrado que la capital catalana puede volver a organizar grandes eventos tras la crisis de la pandemia y el procés.
También ha destacado Valls que Barcelona ha podido “potenciar la vela y la economía azul”, si bien ahora ha considerado que la ciudad “tiene otras agendas”. “No aporta nada hacer más inversión porque ya hemos conseguido los objetivos”, ha añadido.
En un comunicado, el equipo Emirates Team New Zealand, ganador de la última edición y encargado de escoger la nueva sede, ha considerado “difícil” aumentar el número de equipos participantes en la próxima edición de la Copa América de Vela en el “espacio disponible” en Barcelona.
Los organizadores del evento han mantenido que en la edición celebrada en Barcelona, la Copa América ha visto un “crecimiento significativo” en varios frentes. “Como resultado de estos logros sabemos que tenemos un número de propiedades valiosas que queremos seguir construyendo”, ha asegurado Grant Dalton, director ejecutivo del Emirates Team New Zealand.