La estatua de Antonio López y López, controvertido empresario de la Barcelona del siglo XIX que construyó su fortuna sobre el negocio de la trata de esclavos, ha sido retirada este domingo de la plaza que lleva su mismo nombre, ubicada en la Via Laietana.
Se trata de una promesa electoral de Barcelona en Comú, la formación política que gobierna en la Ciudad Condal. La alcaldesa, Ada Colau, argumento recientemente que iban a retirarla en diciembre, pero que la Junta Electoral les advirtió de que podía tratarse de un acto de propaganda. “La ciudad no puede homenajear a una persona de estas características, tan directamente vinculada al esclavismo”, proclamó el teniente de alcalde Gerardo Pisarello.
El acto de retirada de la estatua ha estado acompañado de una fiesta, que ha sido organizada por la compañía de teatro Comediants.
La retirada del monumento, que se trasladará al Centro de Colecciones del Museu d’Història de Barcelona (Muhba), llega en pleno proceso participativo para cambiar el nombre de la plaza, también dedicado a Antonio López López. El municipio aprobó que pasara a denominarse plaza de las Bullangues, en recuerdo de los levantamientos populares y disturbios acaecidos en la ciudad entre 1835 y 1843, pero el nombre está paralizado al registrarse una petición de consulta pública para que se le otorgue otro nombre: plaza Idrissa Diallo, el joven migrante que murió en el CIE de la Zona Franca en 2012. Esta campaña la impulsan ‘Tanquem els CIE’ y la productora Metromuster, que ahora están en la fase de recogida de firmas.
A cambio de la estatua, se han inaugurado en la plaza dos paneles informativos. Uno de ellos sobre los disturbios de las Bullangues; el otro, sobre la historia de la plaza.