El Ayuntamiento de Barcelona ha contabilizado una llegada sin precedentes de migrantes procedentes de la frontera sur en tan solo quince días. Desde el pasado 16 de junio han recalado en la capital catalana más de 465 personas, una parte de las cerca de 6.000 que han sido rescatadas en las costas andaluzas a lo largo de este mes. Esto ha obligado al consistorio a habilitar albergues de emergencia para atender a unas personas que necesitan no solo una cama, sino comida, ropa y asistencia médica.
Los concejales Jaume Asens y Laia Ortiz han facilitado las cifras de las llegadas en una rueda de prensa conjunta con la Cruz Roja, la entidad que desde varias localidades de Andalucía ha pagado el autobús a estos migrantes para viajar hasta la capital catalana. Esta organización asegura encontrarse desbordada en el operativo de primera acogida a rescatados en el mar, con lo que ha optado por enviar a algunos de ellos a Barcelona a las pocas horas de llegar.
En total, desde el 17 de junio hasta la fecha han arribado a la estación del Norte de Barcelona quince vehículos -a menudo, autocares- con varios migrantes como pasajeros, procedentes de Motril, Almería, Cádiz, Málaga, Algeciras y Jerez. Los países de origen más habituales son Costa de Margil, Guinea, Gambia, Camerún, Liberia o Sierra Lione.
En días como el 23 o el 26 de junio el ayuntamiento registró la llegada de 55 y 60, respectivamente. Con todo, muchos de ellos disponen de redes familiares o de conocidos y descartan ser atendidos por el ayuntamiento. En concreto, los que han rechazado la asistencia suponen un tercio del total.
El Ayuntamiento está empezando a trabajar para habilitar nuevos espacios de acogida con la previsión de que este goteo de llegadas pase a ser la tónica de este verano. De momento, han destinado a su asistencia dos albergues que suman 172 plazas: el Centro de Acogida Nocturna de Emergencias (CANE), previsto para cobijar a los sintecho en invierno, y del Centro de Urgencias y Emergencias Sociales de Barcelona (CUESB), para situaciones sobrevenidas.
Al no ser Barcelona el destino final de muchos de estos migrantes, la gran mayoría pasa por las instalaciones municipales un máximo de entre diez y quince días.
Desde el consistorio recuerdan que estas acciones se suman a su programa ya vigente de atención a migrantes y refugiados, y exigen al Gobierno central que incremente su aportación económica para esta finalidad. Piden en este sentido que el nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez recupere los fondos de acogida a migrantes, un plan de 200 millones de euros que el gobierno de Mariano Rajoy suspendió en 2011, y del que Barcelona sacaba unos 4 millones de euros.
Los servicios municipales de Barcelona atendieron en 2017 a 16.936 migrantes, 4.405 de las cuales eran potenciales solicitantes de asilo. En 2018 se superará esta cifra: entre enero y mayo, el SAIER (Servicio de atención a Inmigrantes, Emigrantes y Refugiados) ha atendido a 3.590 personas, y la previsión es cerrar el año con más de 8.000 posibles refugiados.