El gobierno de Ada Colau podrá aprobar mañana, en el último pleno municipal del año, las ordenanzas fiscales gracias al apoyo de republicanos y socialistas. Un apoyo al que quizá se sumará la CUP, que según fuentes consultadas por este medio votará sí o se abstendrá, pero “en ningún caso” votará no. Después de dos meses de intensas negociaciones entre los grupos de izquierdas del consistorio, y no sin fisuras, el equipo de Barcelona en Comú ha aceptado buena parte las propuestas presentadas por ERC y PSC que, a cambio, le prestarán este martes su voto favorable.
Hasta ahora, el principal escollo -que en el pleno del 30 de octubre dejó la estabilidad del gobierno herida- giraba alrededor del IBI y su progresividad, que quedará congelado para el 98% de los barceloneses, tal y como solicitaba el PSC. El 2% restante corresponde a inmuebles con un valor catastral superior a los 300.000 euros -600.000 euros de precio de mercado-. En este punto, la izquierda anticapitalista encontraba la cifra insuficiente, mientras que ERC pretendía que se congelara para todos los ciudadanos. Según fuentes municipales, a pesar de aceptar las alegaciones de los grupos, la apuesta por una fiscalidad más justa queda intacta.
En una mañana intensa en los despachos del Ayuntamiento, los líderes de ERC y PSC -que ya había comunicado su sí el pasado jueves- han comparecido ante los medios. El presidente del Grupo Municipal de ERC, Alfred Bosch, ha confirmado la luz verde de su grupo y ha puesto en valor que el gobierno haya aceptado alguna de sus propuestas, como la de abaratar el precio del transporte público para los jóvenes, “una reivindicación histórica”. Otras condiciones de ERC han sido la congelación de los precios públicos y el fomento del empleo rebajando el impuesto sobre las actividades económicas (IAE) a las empresas que generen contratos estables.
Por la parte socialista, el jefe de filas del PSC, Jaume Collboni, ha argumentado el “sí” de su grupo en base a tres principales ejes que han presentado en tono de conquista. El primero, que Barcelona será “zona cero de impuestos” para los nuevos autónomos durante el primer año -de hecho, el Ayuntamiento les pagará también la Seguridad Social-. En segundo lugar, Collboni ha destacado la bonificación de hasta el 95% del IBI a las empresas culturales que reinviertan sus beneficios en la ciudad. Y, finalmente, ha puesto en valor que el IBI suba a los propietarios de edificios con un valor catastral superior a los 300.000.
CiU, C's y PP, votarán en contra y piden “más diálogo”
Con el apoyo de ERC y el PSC en el bolsillo, Colau se asegura las ordenanzas fiscales, pero no evitará los reproches del resto de grupos, que votarán en contra. CiU, Ciutadans y PP piden “más diálogo a la alcaldesa”, y lamentan que BComú sólo tenga margen para pactar con los mismos grupos que le aprobaron la investidura.
El líder de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona, Xavier Trias, ya había asegurado que su grupo votaría en contra de las ordenanzas fiscales en el pleno y ha insistido en que el gobierno de Ada Colau “no tiene un modelo propio de fiscalidad”. El exalcalde ha expresado su “desconfianza” ante la revalorización de los valores catastrales que el gobierno municipal ha encargado para el 2016, y advirtió que provocará una fuerte subida para el 2017.