La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha perdido este viernes, tal y como estaba previsto, la cuestión de confianza que ha presentado en el pleno, vinculada a la aprobación del presupuesto municipal de 2018, en una sesión en la que ha retado a la oposición a buscar un gobierno alternativo.
Colau, consciente de que la oposición lo tiene muy difícil para encontrar un alcalde alternativo, ha tomado la palabra al final de la sesión para instar a los grupos a acordar su sustituto, “ya que dicen que el actual es el peor gobierno para la ciudad”. La alcaldesa ha alegado que el contexto político “no es sencillo” y que es el Ayuntamiento es la única gran administración “estable” en Catalunya.
Los 30 concejales de la oposición han votado en contra de la moción de confianza, tras argumentar su “no” en la incapacidad de diálogo y acuerdo de la alcaldesa, que ha señalado a la oposición que ahora son ellos los que tienen “el reto de conformar un gobierno alternativo antes de treinta días”, plazo del que disponen para presentar una moción de censura.
Si en estos 30 días no se presenta un gobierno alternativo, lo que la correlación de fuerzas en el plenario municipal hace imposible en la práctica, Ada Colau seguirá siendo la alcaldesa y el presupuesto estará automáticamente aprobada, tal y como ya ocurrió el año pasado.
Colau no logró aprobar los presupuestos de 2018 pese a que renunció a asuntos básicos de su gestión, como el sistema de pago a las guarderías en función de la renta de las familias y la unión del tranvía por la Diagonal, para intentar lograr el aval de los grupos de la oposición.