El concejal de la CUP en el Ayuntamiento de Barcelona, Josep Garganté, tendrá que hacer frente a un juicio por una falta leve el próximo 22 de abril por un supuesto delito de coacciones. Un médico ha denunciado Garganté por una supuesta coacción el pasado 23 de marzo de 2016. Según el médico, Garganté y un grupo de personas —no identificadas según la interlocutoria— habrían presionado al profesional sanitario para hacerle cambiar un informe médico de una de las personas que participó en la concentración de los manteros en Barcelona, disuadida por la Guàrdia Urbana: querían hacer constar en el informe que las lesiones no eran fruto de una “caída” sino consecuencia de una agresión.
El incidente se dio el pasado 23 de marzo, a raíz de una carga de la Guàrdia Urbana en Drassanes (Barcelona) contra un grupo de manteros. El hombre, supuestamente mantero, accedió al centro médico sobre las cinco de la tarde para ser reconocido por un profesional. El médico hizo constar que las lesiones eran a causa de una “caída”; horas después, hacia las ocho de la tarde, Garganté —junto a otras personas— habría pedido una entrevista con el médico para discutir sobre el contenido del informe, con la negativa del profesional. El médico no accedió al cambio y denunció Garganté al día siguiente.
Ahora, según informa el auto del juzgado de instrucción número 22 este jueves, Garganté deberá comparecer ante el juez el próximo 22 de abril a las 10h en la sala 125 de la Ciudad de la Justicia. Si Garganté es condenado, deberá hacer frente a una multa.
Catalunya Plural ha contactado con el concejal para explicar su versión de los hechos. Garganté ha instado a este diario a acudir a la rueda de prensa que su grupo municipal celebrará este viernes para explicar dicha versión.
Posteriormente, la CUP de Barcelona ha emitido un comunicado donde ha negado que Garganté coaccionara al profesional médico que atendió uno de los vendedores ambulantes que huía de los agentes de la Guardia Urbana. Según su versión, Garganté “se limitó a solicitar una nueva asistencia médica al vendedor ambulante sin la presencia de la Guardia Urbana”.
Los anticapitalistas han enmarcado la denuncia contra el Garganté “en la campaña represiva contra la venta ambulante y contra los colectivos que la apoyan”.