Ada Colau (Barcelona, 1974) solo lleva medio año en la alcaldía de Barcelona y ya se ha sumergido de lleno en su segunda campaña, esta vez la de las Generales. Este miércoles participa en un acto en la plaza mayor de Nou Barris, un lugar emblemático en su victoria en las municipales y que quiere convertir en el talismán de la victoria de En Comú Podem, la candidatura hermana de Podemos. Colau cierra una lista que continúa el espíritu “En Comú”, después de que su espacio decidiera no implicarse en las elecciones al Parlament catalán, donde la coalición de Podemos, ICV y EUiA obtuvo unos resultados por debajo de lo esperado. El escenario que prevé para el próximo domingo es exactamente el contrario. Su candidatura puede convertirse en la más votada, y a buen seguro dará desde Catalunya un importante empujón a la formación de Pablo Iglesias.
Lleva medio año en la alcaldía de Barcelona y todavía hay desahucios en la ciudad.
Siempre hemos dicho, también cuando estábamos fuera del Ayuntamiento, que los desahucios dependen de leyes estatales. Aún así también dijimos que todas las administraciones podían hacer más de lo que estaban haciendo, y estamos haciendo lo máximo que podemos. El principal problema es crear un parque de alquiler social, que es lo que deben garantizar un ayuntamiento. Otras ciudades europeas tienen un 20% o 30% de alquiler social, nosotros un 1% para garantizar el realojo adecuado.
¿Cómo puede generarse este parque de alquiler social?
Lo primero era movilizar vivienda vacía pero también, como tenemos más de 30.000 solicitantes de viviendas de alquiler social inscritos como demandantes, teníamos que utilizar todas las estrategias, también la construcción en suelo municipal. Nos hemos reunido con todas las entidades financieras y para decirles que queríamos colaboración y que tenían que facilitar estos pisos. Encontramos muy buenas palabras y todo el mundo dispuesto a colaborar, pero pasaron tres o cuatro meses y las palabras no se concretaron. Ahora nos acogemos a la ley 24/2015, que es la que han impulsado la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y la Alianza contra la Pobreza Energética, y en todo lo que dependa del Ayuntamiento tenemos la determinación de aplicarla.
Y este miércoles ha presentado un acuerdo con la Sareb, el conocido como “banco malo”. ¿En qué consiste?
La Sareb es la entidad financiera con más pisos vacíos en Barcelona y no sólo es el primer convenio que firma con un ayuntamiento, porque antes lo había hecho con comunidades autónomas como la Generalitat, sino que también es la primera vez que ceden pisos por ocho años y no por tres, y es la primera vez que se firma el convenio con entrega de llaves, porque con otros acuerdos de entidades con administraciones anunciaban grandes paquetes de viviendas que luego no se concretaban. Nosotros hemos condicionado la firma del convenio a que las 50 primeras llaves nos las den este jueves.
Pero había 562 pisos vacíos de la Sareb identificados en Barcelona, y solo ceden 200.
Me gustaría ir más rápido, pero hay que ver lo que estamos consiguiendo. En seis meses se ha hecho más que en ocho años en el tema de las viviendas vacía. En todo el mandato anterior sólo hubo la cesión de doce viviendas de entidades financieras.
A la ley 24/2015 le amenaza la impugnación del Gobierno ante el Tribunal Constitucional. ¿Qué haría el Ayuntamiento de Barcelona si eso ocurre?
Nos estamos esforzando para que el Partido Popular pierda las próximas elecciones, y entiendo que por cuestiones como éstas de respetar la soberanía de Catalunya para detener los desahucios, también son importantes las elecciones del próximo 20 de diciembre. Hace falta voluntad política para aplicar esta ley, tanto en el Estado como en Catalunya, porque la Generalitat podría estar haciendo muchas cosas que no está haciendo.
¿Se podría dar un escenario en el que el Ayuntamiento pudiera desobedecer esta impugnación?
Por el momento no nos hemos encontrado en esta situación. Vamos valorando los escenarios, pero el Ajuntament de Barcelona no sólo está obligado por las leyes estatales sino también por normativa internacional de protección de derechos humanos. A partir de aquí, al igual que muchos colectivos sociales también han recurrido a instancias internacionales para reclamar sobre normativas injustas aquí, habría muchas vías posibles para reclamar alternativas.
Apunta a la necesidad de respetar la soberanía de Catalunya en materias como la respuesta a los desahucios. ¿Cuál es el modelo de Estado que En Comú Podem propone para Catalunya?
Yo reclamo más soberanía, para Catalunya y también para los ayuntamientos, que es una cosa que como alcaldesa tengo que decir, porque Convergència está en contra de la soberanía municipal, ha legislado con el PP en contra. Estoy por la soberanía real, como marco general me identifico con una profundización democrática que permita que el poder esté lo más cerca posible de los ciudadanos y permita la fiscalización, control y participación en las políticas públicas.
En el caso del modelo estatal para Catalunya, ¿cómo debería articularse eso? ¿Usted desearía una Catalunya federada con España, federada con otras Comunidades Autónomas, con otros países europeos…?
No tengo una respuesta única. Estoy convencida de que el modelo de estado actual está agotado, el estado de las autonomías de la Transición en su momento tuvo todo el sentido pero ahora no da más de sí y hace falta actualizarlo. ¿En qué sentido? Puede haber diferentes modelos que me parezcan bien, siempre apostando por una mayor soberanía plurinacional. Importa Catalunya, pero importa Galicia e importa Valencia. La articulación concreta, federación, confederación o independencia quiero poder discutirla antes, quiero tener todos los argumentos, y es un paso previo que no hemos hecho. Es uno de los errores políticos en Catalunya, se ha pasado demasiado rápido de página, polarizando entre un sí y un no, sin haber debatido los diferentes modelos a fondo.
Si el 20 de diciembre gana Podemos, Iglesias ha anunciado que convocará el referéndum sobre Catalunya antes de un año. ¿Qué votaría la alcaldesa de Barcelona?
Depende. Depende de las propuestas que haya sobre la mesa.
Un referéndum sobre independencia es binario. Habrá dos propuestas, un sí y un no.
Cuando hagamos el referéndum, que lo haremos, evidentemente ha de tener una pregunta clara y binaria, pero en el debate previo se podrán hacer propuestas de qué significa el sí y qué significa el no. Este debate no lo hemos hecho, y a mi me falta, como le falta a buena parte de la ciudadanía, para poder tomar una decisión final. Lo que tengo claro es que quiero más soberanía.
Si no hay mayoría a favor del referéndum a partir del 20-D, ¿temen que el intento del pacto con el Estado puede volver a generar una decepción que en Catalunya se ha vivido en otras ocasiones?
El panorama ya ha cambiado radicalmente. Independientemente de lo que pase el 20-D, el panorama no tiene nada que ver con lo que pasaba hace 2 años. La primera victoria democrática es que por fin habrá unas elecciones donde el final no está escrito y donde cada voto será esencial. Y otra enorme novedad que parece que no se está valorando es que de las cuatro fuerzas que pueden ganar hay una que es Podemos que defiende el derecho a decidir, y que lo hace en todo el Estado y sin ninguna ambigüedad. Podemos puede ganar defendiendo el derecho a decidir, eso es una revolución en sí mismo. Y, gane quien gane, quien lo haga deberá responder a la situación de Catalunya, y comenzaremos a hablar de propuestas, entre las que estará el referéndum.
Y si no hay esa mayoría, ¿qué cree que debería hacer Catalunya? ¿Un referéndum unilateral le parecería un camino razonable?
Ahora mismo no nos lo planteamos, porque nos planteamos ensanchar las alianzas, que nos está funcionando, para que el referéndum en Catalunya sea posible pronto. Creemos que esta posibilidad está aumentando muy rápidamente, y que sería más segura y la que desbloquearía la situación. Porque desde la unilateralidad, ya hubo la declaración del Parlament, y ¿de qué sirvió? Ni siquiera han formado Govern. Es que cuando se dice “si no nos hacen caso lo hacemos nosotros”, lo hacemos nosotros ¿cómo? Porque no he visto como se hace. Pensamiento mágico, porque reconocimiento internacional no tendrás. Si no eres capaz de negociar con el Estado, ¿pretendes negociar con Naciones Unidas y Europa? En cualquier caso deberás negociar con el Estado. Con lo cual lo que debes hacer es buscar alianzas. Nosotros hemos ido a buscar alianzas y las hemos encontrado.
La posible victoria de En Comú Podem en Catalunya ha puesto nerviosas a algunas fuerzas independentistas. ¿Por qué cree que pasa esto?
La verdad es que yo lo lamento. Vamos a Madrid y estamos con 10.000 o 12.000 personas que gritan “visca Catalunya” y que defienden el derecho a decidir, que debería ser la mejor noticia para Catalunya, y hay algunos partidos que lo menosprecian. En el caso de Convergència creo que está bastante claro que está primando los intereses partidistas por delante de cualquier proyecto soberanista. A parte, que Convergència no había sido nunca soberanista hasta ahora. Recordémoslo, ha sido el mejor amigo del PP y el PSOE durante décadas y ha legislado las mismas políticas económicas. Solo cuando ha estado de corrupción hasta arriba ha cogido la bandera de la independencia. En el caso de ERC es diferente. Tengo la convicción de que creen en el proyecto soberanista, pero deberían revisar las estrategias. Plantearon las elecciones en clave plebiscitaria y tienen mayoría de diputados, pero no de votos. Esta estrategia ha llegado hasta aquí pero no da para más, hay que buscar mayorías más amplias que permitan profundizar en la soberanía de Catalunya.
Cuando Barcelona en Comú ganó las elecciones y se produjo el terremoto municipal, la ola de cambio parecía que llegaría más fuerte a las generales. Sin embargo, se ha desinflado un poco y el bipartidismo aguanta entorno al 50%. ¿Coyuntura o error de estrategia de los emergentes?
Yo hago una lectura diferente. Hay un sistema de partidos, que no es solo una cuestión de hegemonía y de imaginario social sino que sale amparado por la Constitución y por un determinado sistema electoral, que se ha consolidado durante cuarenta años. Para mi es revolucionario el hecho de que el bipartidismo se esté acabando. Tardará más o menos, un ciclo electoral o tres, pero el hecho es que el bipartidismo cae en picado. Esto es un cambio radical del sistema de partidos estatal. A partir de aquí, hay fuerzas emergentes que no son equiparables. Equiparar Ciudadanos con Podemos es un error, porque se ve que Ciudadanos es una operación de un determinado establishment que se espantó al ver la movilización ciudadana y la aparición de Podemos. Pero es que además hay muchos datos que demuestran que Ciudadanos es un intento no de regenerar la democracia sino de regenerar el Partido Popular.
Esa acusación se les ha hecho también a ustedes. Sobre todo en campaña, les decían que eran la nueva cara de ICV. Ahora su crítica contra Ciutadans es que son el nuevo PP.
Con la diferencia de que nosotros no decimos una cosa y hacemos otra. Cuando nosotros hablamos de lucha contra la corrupción y derechos sociales, de momento, lo demostramos con hechos. En el caso de Ciudadanos están diciendo una cosa que después no son. Se presenta Albert Rivera como alguien joven y nuevo, y después todos los líderes que va colocando son reciclados del PP. Aquí en el ayuntamiento la representante de Ciudadanos es una diputada del PP durante once años y el candidato catalán, Girauta, ha sido candidato tres veces con el PP. Pero no solo eso, es que a la que rascas un poco sale un discurso antiabortista, machista, “todo es ETA”… Pero es que nosotros lo hemos visto en el ayuntamiento de Barcelona, en las votaciones del pleno. En lo que son cuestiones ideológicas que afectan a derechos civiles y fundamentales, no se mojan nunca o se alinean con la derecha, PP y Convergència. Y en temas económicos, nunca se confrontan con ningún poder económico, se puede constatar en las actas de los plenarios.
En materia de turismo, nada más llegar platearon una moratoria sobre alojamientos turísticos, pero se han encontrado la oposición en el pleno de los partidos que citaba y más de la mitad de los hoteles que ya estaban planificados han podido esquivarla.en el pleno
Porque ya tenían derechos adquiridos. Nosotros hacemos suspensión de nuevas licencias. Los que tienen derechos adquiridos los debes respetar. Ahora hay 32 con licencia, porque tenían trámites urbanísticos iniciados.
Hubo casos en los que la regidora dijo que les afectaba la moratoria y después no fue así. Por ejemplo, el proyecto de hotel de lujo de la Torre Agbar.
En el caso de la Torre Agbar podrían solicitar licencia, pero no la han solicitado.
¿En ámbitos como este del turismo os habéis encontrado que la voluntad política se ha encontrado limitaciones a nivel legal?
Si hablamos de límites no hablaría de la moratoria sino de las cosas que me he encontrado y no hemos podido modificar durante estos seis meses, como los proyectos aprobados mediante silencios administrativos que nos han caído del gobierno de Convergència. Los casos de Heron City, La Maquinista y la tienda de Zara de Passeig de Gràcia. Son silencios administrativos que nos hemos encontrado, que atentan contra el modelo de pequeño comercio de proximidad que defendemos y que es una cuestión jurídica consolidada. Si nos lo saltásemos pondríamos en peligro al Ayuntamiento porque podríamos acabar pagando una millonada.
Con estos límites, ¿cómo se puede trabajar para cambiar el modelo turístico?
En realidad en turismo estamos haciendo muchas cosas. El turismo es una de las principales actividades económicas de la ciudad, que genera riqueza y 120.000 puestos de trabajo, es un activo de la ciudad. Otra cosa es que en los últimos años ha habido un crecimiento espectacular sin liderazgo público. La administración se ha tirado atrás y ha dejado hacer. Eso ha generado desequilibrios muy fuertes, los más conocidos, los barrios afectados por la masificación turística, Barceloneta, Casc Antic o Sagrada Familia, pero también otros como la precarización. Este es un tema que no cambiaremos en dos días, pero hemos enviado un mensaje clarísimo diciendo que nosotros tomamos las riendas y queremos un liderazgo público. Discutir el modelo turístico es democratizar el modelo de ciudad.
La de la precarización es una cuestión clave en el sector turístico. ¿Qué se puede hacer con esto?
Hemos trabajado en grandes acuerdos de ciudad para que se respeten los convenios laborales y las condiciones mínimas laborales. Entre otras, también las ambientales y las de conciliación. El martes firmamos un primer acuerdo en el marco de Turisme de Barcelona, con la Cámara de Comercio en representación del sector empresarial y los sindicatos CCOO y UGT, para crear un sello de calidad en el sector turístico. Haremos una mesa de trabajo, es un primer paso que no había pasado nunca. Estas grandes cuestiones, como un salario mínimo municipal, se han de trabajar a escala metropolitana para que tengan éxito, a escala municipal no tiene sentido.
¿En qué estado se encuentra la propuesta del salario mínimo municipal?
Hay un acuerdo político de diferentes fuerzas, ahora es cuestión de llevar este acuerdo a los sectores empresariales y sindicales, porque no tenemos capacidad normativa para impulsarlo desde el ayuntamiento. Pero sí podemos trabajar en acuerdo amplios si generamos un tendencia en Barcelona donde el ayuntamiento premia ciertas prácticas.
Entonces es un salario mínimo recomendado.
Claro, no tenemos capacidad coercitiva desde el ayuntamiento, no podemos imponerlo por ley.
Se encontraron una problemática con la venta ambulante que trabajaron durante el verano con una perspectiva social, pero desde finales del verano empezaron a responder con actuaciones policiales. ¿Por qué?
La venta ambulante irregular es un fenómeno que no es nuevo ni exclusivo de Barcelona. Tiene que ver con una cuestión por un lado de leyes que nosotros hemos denunciado como injustas en materia de extranjería, que condenan a colectivos de migrantes en la exclusión jurídica. Pero luego también hay una cuestión que afecta al comercio, que la venta ambulante irregular supone un agravio para pequeños comerciantes que cumplen con todas las normas, y por tanto no pueden aceptar que haya tolerancia por parte de ninguna administración, porque das el mensaje de que no es obligatorio cumplir las normas. Finalmente está el tema de un uso intensivo del espacio público, que genera muchas quejas de ciudadanos.
¿Trabajan en otro tipo de respuestas, además de la policial?
La vía de la sanción, que es la única que se había aplicado hasta ahora con el colectivo de la venta ambulante irregular, no sólo pensamos que no es justa para el colectivo, sino que además se ha mostrado ineficaz. Se pusieron en un año más de 70.000 multas de las que se cobró menos de un 1%. Hay que ampliar la respuesta, y separar lo que son problemáticas distintas. Lo que es más visible es cuando hay intervención de la Guardia Urbana, pero no se ve todo el otro trabajo que se está haciendo. Se ha reconocido el colectivo de vendedores ambulantes como interlocutor, algo que no había pasado hasta ahora, y se han estado reuniendo con el máximo nivel de representación del Ayuntamiento. Se está ofreciendo desde el área de derechos sociales todo lo que pueden ser ayudas mínimas en temas de servicios sociales, pero también en alianza entre Servicios Sociales y Comercio se está trabajando en planes de empleo que puedan ser una alternativa para que no estén condenados a la venta ambulante irregular. Esto no se resuelve en dos días y, mientras tanto, debemos gestionar cómo podemos, conciliando los diferentes intereses que tenemos en juego.
¿Por qué no se pactan horarios y lugares con los vendedores, como hacían otros gobiernos?
No se ha pactado nunca, pueden existir acuerdos informales, porque sino estás regularizando una irregularidad. Ahora mismo tampoco hay una gran presión, pero lo que tampoco puede haber es una situación de tolerancia, porque entonces lo que pasa es que crece y se consolida una situación que es ilegal y genera otros problemas.
Algunos colectivos sociales hablan de que en este tema hay una reivindicación de fuerza de la policía contra el nuevo gobierno.
No, en absoluto. En el tema de la Guardia Urbana hemos nombrado a Amadeu Recasens, que tiene mucha experiencia con el tema, y que tiene coincidencia plena en lo que es el enfoque del gobierno. Nos preocupa el tema de la seguridad, pero tenemos una visión de la seguridad más amplia y compleja que las visiones tradicionales, y sobre todo entendemos que la policía municipal debe ser un cuerpo de proximidad, prevención y mediación, muy vinculado al territorio.
Uno de los compromisos del programa era la disolución progresiva de la unidad antidisturbios de la Guardia Urbana. El comisionado Amadeu Recasens dijo a Catalunya Plural que esto era complicado y no sería exactamente así.
Nosotros lo que hemos entendido cuando hemos conocido a fondo el cuerpo de la Guardia Urbana es que no se deben confundir las unidades con las funciones. En los próximos meses se comenzará a implementar un nuevo plan director de forma paulatina. Todas las unidades deben adaptarse a las funciones, porque no sobran guardias urbanos, todos los barrios nos los piden. Lo que se conocía como antidisturbios son las unidades especiales de apoyo, que es para cuando hay algo extraordinario, como pueden ser unas fiestas mayores, y hace falta un refuerzo. Lo que ya no tienen es la función de antidisturbios. Desde el principio se dio la instrucción de que no se hacía función de intervención y habréis visto que la Guardia Urbana no ha intervenido en manifestaciones porque no es su función. Hay que ver cuántos de estos agentes que están en unidades especiales pueden pasar al territorio, pero debes tener unidades que sean móviles para cuando sea necesario. En cualquier caso la función de antidisturbios no la tienen ahora y no la tendrán en el futuro.
Por lo tanto la Unidad de Apoyo Policial, las antiguas UPAS, seguirá existiendo pero tendrá otras funciones.
Sí.
La limitación de sueldos fue un tema que muy presente en campaña. No todos los comisionados y gerentes se han adherido.
Solo hay un comisionado que no lo ha hecho, Recasens. Sobre los gerentes, ya dijimos en un primer momento que separábamos la estructura técnica de los cargos electos. A un gerente le estás pidiendo que gestione estructuras de centenares de millones de euros, que se haga responsable de miles de trabajadores.
¿Esta responsabilidad no la tiene la alcadesa?
Bueno, yo soy responsable porque me he presentado a unas elecciones con una serie de compromisos voluntarios. Pero después como alcaldesa yo voy a buscar a unos gerentes que no se han presentado y les pido que se hagan responsables administrativos, con su firma. Los gerentes tienen una formación de experiencia y de técnica, quien gestiona estructuras así no lo improvisa, tiene formación y experiencia. Y eso tiene unos sueldos. De todas formas, hemos reducido en un 30% los sueldos.
¿El objetivo de En Comú es convertirse en el Podemos catalán?
No, En Comú es un proyecto de ámbito catalán y no está supeditado a ninguna otra fuerza. Ahora mismo En Comú es el aliado de Podemos porque compartimos objetivos, en lo general, lucha contra la corrupción y derechos sociales, y también de la visión del Estado plurinacional y la defensa del derecho a decidir en Catalunya.
¿Cuáles son los planes a futuro de En Comú? ¿Convertirse en un partido de ámbito catalán, ser una red de candidaturas municipalistas…?
Nosotros no somos un intento de regeneración del sistema de partidos, somos ciudadanía que fruto de un contexto excepcional, que podemos resumir en revolución democrática, queremos generar instrumentos que permitan poner las instituciones al servicio de la ciudadanía. La estrategia que hemos seguido hasta ahora es hacer los instrumentos más útiles para estos objetivos. En Barcelona cuando llegaron las municipales tuvimos claro que había que articular una candidatura lo más amplia posible con objetivos comunes. Y funcionó. En esta misma estrategia, han llegado las estatales y hemos hecho lo mismo, y parece que está funcionando. Pero no tenemos un proyecto de partido. Una de las disfunciones del sistema de partidos es que los partidos se convirtieron en objetivos finalistas en lugar de instruments.
Si hay elecciones catalanas en marzo, ¿En Comú se presentaría?
No nos lo hemos planteado. Si se ha de debatir se debatirá, pero por el momento no nos lo hemos planteado.
¿Cómo vería un pacto con el PSOE después del 20-D?
Nosotros ahora mismo no estamos trabajando esta posibilidad. Nosotros trabajamos para ganar, tanto en el Estado como en Catalunya. Parece que en Catalunya o gana Ciutadans o gana En Comú, por lo tanto hemos de hacer un esfuerzo porque no consideramos que Ciutadans represente la mayoría de la ciudadanía catalana. Nosotros aspiramos a ganar las elecciones en todo el Estado, porque eso es lo que condiciona que después puedas tejer unas alianzas o pactos, que pueden ser de gobierno o de apoyo. Depende de cómo queden los resultados de cada uno, los pactos cambiarían mucho.
Ha dicho que la CUP no debería investir a Mas. ¿Debería En Comú investir a Pedro Sánchez?
Ahora mismo no me lo planteo, la verdad. En Comú seguro que no investirá a Pedro Sánchez porque hemos dicho que solo investiremos a un presidente que se comprometa con el referéndum de Catalunya, y Pedro Sánchez no se ha comprometido. Si cambian sus compromisos dándose la hipótesis de que gana… pero esperemos que no se dé y que ganaremos nosotros. E investiremos a Pablo Iglesias que sí que se ha comprometido con el referéndum.