Uber asegura que vuelve a Barcelona, la ciudad donde nunca ha logrado operar con normalidad. La multinacional estadounidense anuncia que operará a partir del próximo martes, pero no con vehículos con licencia VTC, como en la última etapa, sino con una ‘app’ pensada para taxistas, aunque este colectivo se declaró desde el inicio como su principal enemigo.
Fuentes de la compañía, que aseguran tener ya predispuestos a unos 350 taxistas en la ciudad, han explicado que el precio del servicio será el que marque el taxímetro con la tarifa 3 y que no podrán hacerse carreras con precio cerrado. Los usuarios, por su parte, podrán pedir su taxi a través de la aplicación de móvil.
“Después de meses de trabajo con el sector del taxi y las administraciones públicas, el próximo martes pondremos en marcha nuestro servicio de intermediación de taxis en Barcelona”, han señalado desde la empresa, que probará de nuevo suerte en Barcelona esta vez de la mano del sector del taxi, muy castigado durante la crisis del coronavirus.
Uber asegura que impulsará medidas de apoyo a los taxistas, como un acuerdo con Nissan para ofrecer descuentos en los modelos 100% eléctricos Nissan Leaf y E-NV200, y con Galp para descuentos en combustible en toda su red de gasolineras. También ofrece coberturas médicas gratuitas y de maternidad y paternidad.
Uber dejó de operar en Barcelona el 1 de febrero de 2019, el mismo día que entró en vigor el decreto de la Generalitat de Catalunya que obliga a precontratar los vehículos de alquiler con conductor (VTC) con una antelación mínima de 15 minutos. Tanto esta compañía como su otra gran competidora, Cabify, denunciaron que en esas condiciones no podían operar, aunque esta última acabó volviendo con una flota más reducida.
En su regreso a Barcelona, Uber se compromete a no recurrir a los vehículos VTC durante sus tres primeros meses de funcionamiento, y planea seguir así si los taxis que colaboran con la aplicación son capaces de cubrir la demanda de la app y atender los servicios rápidamente.
Este es un modelo que usan ya en Madrid, donde más de 2.000 taxistas se han dado de alta en su plataforma, que según dice la multinacional “se ha convertido en una importante herramienta de recuperación para el taxi” en la capital española.
Fue a finales del pasado año cuando la multinacional de San Francisco inició los trámites para volver a operar en la ciudad de Barcelona en colaboración con los taxistas, a los que instó a darse de alta en su plataforma tecnológica, renunciando a explotar licencias de vehículos de alquiler con conductor.
Tras un primer intento fracasado de entrar en Barcelona en 2014, Uber volvió a intentarlo en 2019 de la mano de las VTC, que administraba sin tener su propiedad, pero la Generalitat acabó por aprobar una normativa que dificulta al máximo su operativa y que la llevó finalmente a abandonar la capital. Ahora, la solución ideada por la multinacional para volver a instalarse en Barcelona pasa por colaborar con los taxistas, un sector con el que se enfrentó abiertamente cuando actuaba con las VTC.
Asociaciones de taxistas como Élite Taxi ya han mostrado su rechazo a la vuelta de Uber, a la que han calificado de “enemigo público”.