“La situación de la vivienda en la Barceloneta es muy grave”, denuncian los vecinos en un manifiesto. Una vez más, critican el proceso de gentrificación que sufre el barrio. “No estamos en contra del turismo, porque entendemos que puede dar una vida, pero lo que no queremos es que echen a la gente del barrio”, asegura Maria Jose López, de la Asociación de Vecinos de la Barceloneta. “Debería estar regulado pero el ayuntamiento no regula nada”, añade.
Los vecinos consideran que “la presión de la especulación” en la Barceloneta se ve favorecida por el atractivo turístico de la zona. Este hecho “sumado a la coyuntura de crisis y al aumento del paro, está provocando un incremento del número de vecinos que no pueden hacer frente al alquiler y que se encuentran en peligro de desahucio, así como los casos de vecinos que sufren mobbing”, sentencia el manifiesto.
“Ningún vecino en la calle”
La reivindicación básica del manifiesto de la Mesa de Buena Vecindad de la Barceloneta es que ningún vecino se quede en la calle. Por ello reclaman la amplicación del parque de viviendas sociales, con garantías especiales para la gente del barrio. Piden “el compromiso que el 25% de los pisos sociales serán siempre para los vecinos y vecinas del barrio” porque “la permanencia en el barrio, en el caso de las personas mayores, es vital”.
Además, reclaman que todas las nuevas viviendas sociales sean en régimen de alquiler. “Y hay que adecuar el alquiler a los ingresos”, añade Joan Balañach, de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB). “Ahora mismo la gente que se encuentra con dificultades debe seguir pagando lo mismo y sólo tiene la opción de recurrir a los servicios sociales”, explica. En la misma línea, reclaman que el consistorio garantice que “ninguna familia ni vecino se quedará sin los suministros básicos (agua, luz, gas) por no poder asumir el precio de la factura”.
Las entidades sociales impulsan un plan con el ayuntamiento
Los vecinos de la Barceloneta presenta el manifiesto una semana después de que el ayuntamiento mantuviera una reunión de trabajo con entidades como la PAH, la FAVB o la asociación 500x20 para seguir trabajando en el proceso que se inició con la aprobación de la moción impulsada por la PAH en el consistorio.
Se trataba de un encuentro para presentar la Medida de detección y fomento de alquiler de viviendas desocupadas, pero las entidades la valoran positivamente. “Ya tienen solucionados todos los detalles técnicos, lo que demuestra que la moción se puede aplicar y se pueden hacer aflorar y sancionar a los pisos vacíos”, explica Mercè Pidemont, de la PAH. Desde la FAVB, Balañach también se muestra satisfecho porque considera que hay voluntad de sacar adelante la medida.
El principal objetivo es fomentar el alquiler, permitiendo también que particulares cedan la gestión al ayuntamiento para que los dedique a alquiler social. Desde el consistorio remarcan, sin embargo, que el documento está en fase de trabajo i que todavía se deberá consensuar con los diferentes grupos políticos.
Las primeras zonas donde se aplicará este plan, sin embargo, sí están claras: Ciutat Meridiana y el Suroeste del Besòs. Tanto el ayuntamiento como los vecinos coinciden en afirmar que son las zonas más afectadas por los desahucios. “Es de cajón, no hay otro lugar por donde empezar”, asegura Manuel Cubero, de la asociación de vecinos de Ciutat Meridiana. “Llevamos cuatro años parando desahucios y trabajando por el tema de la vivienda, somos un referente en esto y el barrio más pobre de Barcelona”, afirma.
El problema de los pisos turísticos
En la Barceloneta, la gentrificación es una de las cuestiones que más preocupa a la hora de hablar de derecho a la vivienda. Ante el jugoso rendimiento económico de los pisos turísticos, Maria José López apunta que la gente mayor, que vive con rentas antiguas y se ve afectada por el mobbing “se siente amenazada y no se atreve a denunciar”. Pero aunque no se atrevan a dar la cara públicamente, Pepa Picas, de la Asociación de Vecinos de L'Òstia, explica que disponen de una asamblea para que esta gente pueda encontrarse una vez al mes.
Los vecinos están especialmente preocupados por el creciente número de viviendas turísticas en el barrio. “En el barrio hay 64 pisos turísticos con licencia, pero hace un par de años hicimos un recuento y encontramos más de 300”, denuncia Picas. Lamentan, sin embargo, que este trabajo tengan que hacerlo los afectados. “Estamos hartos de hacer de policía, lo que queremos es que el Ayuntamiento investigue y sancione estos pisos”, explica.