Un millar de restauradores y comerciantes se han manifestado en plaza Sant Jaume de Barcelona para protestar contra el cierre de 15 días decretado por el Govern, que está en vigor desde este viernes pero pendiente del aval del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC).
La convocatoria ha contado con el apoyo de entidades como el Gremio de Restauración, Barcelona Comerç, Fomento y Pimec, que se han unido para reclamar medidas que compensen las pérdidas que deberá afrontar el sector y que no se pueden solucionar con los 40 millones de euros ofrecidos por el Ejecutivo catalán, según denuncian.
Los concentrados han gritado consignas como “queremos trabajar”, “la restauración no es el problema” o “Govern dimisión” y han lanzado huevos y platos a las puertas del Ayuntamiento y de la Generalitat. Ambos edificios estaban protegidos por vallas. Después parte de los manifestantes se han trasladado hacia la Via Laietana, donde han cortado la calle.
Barcelona se despidió el jueves por la noche de sus bares y restaurantes y, horas después, un buen número de trabajadores del sector ha decidido visibilizar su malestar, que ha seguido al desconcierto de muchos de ellos que creen que se les avisó con poco margen. La orden de cierre es para los próximos 15 días, pero la mayoría da por hecho que durará más.
Según un informe de la patronal Pimec, los bares y restaurantes dejarán de facturar unos 780 millones de euros durante estas dos semanas. La patronal de la pequeña empresa estima también que uno de cada cuatro de estos locales ya se planteaba el cierre antes de las nuevas restricciones.
Según el presidente de la entidad, Josep González, los 40 millones de ayudas del Govern no son suficientes para rescatar a los 44.000 establecimientos y preservar los 210.000 empleos directos ya que sólo representa el 5% de la facturación que se perderá. “Hay una inseguridad constante y cierta improvisación”, ha reprochado González, que cree que las restricciones deberían haber sido “más graduales” y que “no había que cerrar”.