Cierra un servicio contra las enfermedades de transmisión sexual en el centro de Barcelona debido a la epidemia

El centro de Barcelona ha perdido en los últimos días su servicio de referencia en infecciones de transmisión sexual (ITS), tuberculosis y salud comunitaria. La segunda ola de COVID-19 ha provocado que el Hospital Vall d'Hebron, del que depende este centro pionero ubicado en el Raval, haya reclutado a sus profesionales, a lo que algunas entidades sociales, sobre todo del colectivo LGTBI y contra el VIH, han reaccionado con preocupación y enfado. 

El medio centenar de sanitarios que trabajan en el Centre de Salud Internacional y Enfermedades Transmisibles Drassanes se enteraron el 22 de octubre y el día 26 el edificio ya estaba clausurado “hasta nuevo aviso”, tal como se lee en un cartel colgado en su puerta. Desde Vall d'Hebron aseguran que esos sanitarios siguen ahora en hospital prestando el mismo servicio, pero atendiendo también la mayor demanda de COVID-19. “Pensando en la situación global es lo adecuado”, concluyen fuentes del centro hospitalario. 

Esta explicación no convence a las entidades ni a algunos expertos, que aseguran que una de las claves de la eficacia de este servicio es la facilidad de acceso y la proximidad con los grupos de población vulnerables que más lo necesitan. Desde trabajadoras sexuales a extranjeros en riesgo de exclusión a veces reacios a usar el sistema de salud. También para todos aquellos que suelen tener prácticas sexuales consideradas de riesgo y que se podían hacer pruebas rápidas y periódicas, sin necesidad de tener síntomas, para detectar enfermedades como el VIH, la gonorrea, la sífilis o la clamidia.

Fuentes de los propios sanitarios han explicado a elDiario.es que en Vall d'Hebron les han asignado a muchos tareas de refuerzo vinculadas a la segunda ola de COVID-9, y que de esta forma les resulta prácticamente imposible mantener su actividad anterior.

“Desde el punto de vista de la salud pública, es un tema complicado que habría que revertir rápidamente, porque este centro está ubicado estratégicamente en el Raval”, argumenta Joan Caylà, miembro de la Sociedad Española de Epidemiología y de la Fundación de la Unidad de Investigación en Tuberculosis de Barcelona. Desplazarse desde el centro hasta la Vall d'Hebron puede parecer un simple contratiempo, apunta Caylà, pero a según qué personas “se les hace imposible”. Desde el hospital argumentan que todos los pacientes podrán continuar con su tratamiento, pero Caylà advierte que por el camino se perderán muchas consultas y oportunidades de detectar enfermedades precozmente.

Ubicado al lado del Centro de Atención Primaria (CAP) del Raval, este centro aglutina distintas unidades especializadas enfermedades infecciosas: Infecciones de Trasmisión Sexual (ETS), Tuberculosis, Salud Internacional y Medicina del Viajero, Pediatría asociada a este ámbito y un laboratorio de Microbiología. En 2018, según los últimos datos publicados, realizaron unas 78.000 atenciones, la mayoría para ETS. 

Sin pruebas rápidas desde marzo

En materia de infecciones de transmisión sexual, el centro se ha caracterizado por ser pionero en programas de detección rápida o por ser uno de los servicios públicos donde se dispensa la PrEP, la pastilla que previene el VIH. 

En cuanto a lo primero, en 2016 pusieron en marcha 'Drassanes Exprés', un servicio anónimo para que los usuarios pudiesen hacerse pruebas rápidas de VIH y otras infecciones de transmisión sexual, conocer el resultado en cuestión de horas y ponerse en tratamiento en menos de tres días. Este circuito pionero –que hasta entonces solamente ofrecían entidades sociales– fue utilizado por 3.600 personas en su primer año de existencia, con un porcentaje de positivos del 16%. Desde marzo, sin embargo, este programa ha permanecido cerrado. Aunque el centro en su conjunto reabrió y retomó su actividad con la desescalada, el 'Drassanes Exprés' siguió congelado porque, según argumentan fuentes del hospital, el anonimato impide el rastreo en caso de que haya positivos de COVID-19.

Se han mostrado muy críticos con este cierre del centro del Raval el Comitè 1 de Desembre, que aglutina una veintena de entidades contra la SIDA en Catalunya, y que consideran que esto supone añadir “dificultades” en el acceso a servicios que “garantizan la salud sexual y reproductiva de todas las personas”. “Implica una clara vulneración de derechos por la imposibilidad de acceso a tratamientos médicos y medidas de prevención efectivas”, denunciaban recientemente. 

Quejas de las entidades contra el VIH

Quim Roqueta, del colectivo Gais Positius, apunta a que una de las claves del centro de Drassanes, en materia de ETS, es que era de muy fácil acceso incluso sin tener ningún síntoma. “La gente va al médico cuando tiene síntomas, pero para reducir estas enfermedades son muy importantes los controles periódicos aunque no haya síntomas, porque ayuda a detectarlas y a tratarlas rápido antes de que contagien más”, razona este activista LGTBI. “En el caso del VIH la detección rápida es fundamental”, añade este activista. 

Desde hace años, colectivos LGTBI y otras entidades recomiendan que los hombres que tienen sexo con hombres –más expuestos a contraer VIH que el resto de población– puedan hacerse pruebas periódicamente. Cada seis meses si usan condón, y cada tres si no lo hacen, según aconsejaba la entidad Checkpoint BCN en una de sus últimas campañas. También y sobre todo para quienes llevan a cabo prácticas sexuales de riesgo como el chemsex, que mezcla el sexo entre hombres con el consumo de drogas durante horas. Aun así, Roqueta quiere “poner en valor” también que cada vez se está haciendo un mayor “esfuerzo” para tratar las ETS desde los centros de Atención Primaria. 

Alerta con la tuberculosis

Además de las ITS, la detección de la tuberculosis también se ha visto afectada en los últimos meses. Desde la unidad de Drassanes no solo se hacían pruebas diagnósticas rápidas, sino que se llevaban a cabo cribados en espacios donde podía haber mayor incidencia, como comedores sociales o centros de venopunción. Con esas acciones podían detectar una media de un caso a la semana.

La tuberculosis es una enfermedad que venía disminuyendo desde hace años en España, pero especialistas de todo el mundo han alertado que su desatención en favor de la actividad contra la COVID-19 podría hacer repuntar las infecciones. En el distrito de Ciutat Vella, donde está el centro Drassanes, hay tres veces más casos que en los barrios de la zona alta (43 casos por cada 100.000 habitantes, según los últimos datos disponibles, previos a la pandemia).