Las patrullas ciudadanas no tienen ninguna intención de dejar de buscar carteristas en el metro y anticipan un pulso a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. “Que nos detenga si quiere”, asegura en conversación con eldiario.es Eliana Guerrero, líder de estas patrullas vecinales, en respuesta al anuncio del Ayuntamiento de que combatirá estos grupos autoorganizados.
El lunes por la noche el nuevo teniente de alcalde de seguridad, Albert Batlle, criticó estas iniciativas en una entrevista en SER Catalunya y anunció que “combatirá” el fenómeno. A su vez, añadió que está dispuesto a reunirse “con quien haga falta”, pero insistió en diversas ocasiones en la “peligrosidad” que supone dejar un tema “tan sensible” en manos de estos grupos. “La responsabilidad de la seguridad, el orden público y la ordenanza de convivencia en democracia corresponde a la administración, no puede haber autoorganización, es peligrosísimo”, añadió.
Guerrero insiste en que harán “caso omiso” a las palabras de Batlle y les insta a detenerles y a multarles si lo cree conveniente. “¿Por qué nos va a multar, por asociación para proteger al ciudadano?”, se pregunta Guerrero en conversación telefónica. “Se va a echar a la ciudadanía encima, no creo que le convenga a nivel político”. Según Guerrero, el Ayuntamiento debería destinar los recursos para luchar contra su patrulla a combatir los hurtos en el metro.
“No es el camino en absoluto, es la puerta de entrada de mafias, de patrullas de autoorganización”, señaló Batlle, que fue director general de los Mossos d'Esquadra entre 2014 y 2017. “Es lo más peligroso que puede haber en temas de seguridad”, remachó.
Durante los últimos meses, han proliferado en Barcelona diversas iniciativas ciudadanas para combatir la delincuencia. Algunas de ellas apuestan por concienciar a los vecinos de la necesidad de llamar al 112, mientras que otras van más allá y se dedican a expulsar a los carteristas de las instalaciones del metro mediante escraches y silbatos.
La Junta Local de Seguridad se reunió el pasado viernes ante el aumento de los delitos en Barcelona. Tras la reunión, el Ayuntamiento y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado se fijaron como objetivo luchar contra la reincidencia de los ladrones en la ciudad. “Esto no puede esperar más”, aseguró Colau.
Según datos facilitados por Mossos y Guardia Urbana en esa reunión, los delitos en Barcelona subieron un 9% durante el primer semestre de 2019 y las detenciones un 17,4%. El dato que más preocupa a las autoridades, sin embargo, es el aumento del 31% de los delitos violentos y con intimidación y el crecimiento del 35% de los robos con violencia e intimidación en la vía pública. Los hurtos han crecido un 8,4% y los robos con fuerza en establecimientos comerciales un 66%.
El “plan de choque” que pretenden poner en marcha el Ayuntamiento y las autoridades policiales incluye la reapertura de la Comisaría de Plaza de Catalunya, la incorporación de 600 nuevos agentes de Guardia Urbana y la aprobación de 1.000 plazas más para los próximos cuatro años. La intención también es impulsar a través de los partidos con representación en el Congreso una reforma del Código Penal que sea más dura con los pequeños delitos y los criminales reincidentes.
Apoyo de la oposición a Batlle
El consistorio ha celebrado este martes un pleno extraordinario por el aumento de la inseguridad que ha tenido todas las miradas puestas en Batlle. El teniente de alcalde de seguridad, no obstante, ha recibido el apoyo de los grupos conservadores del Ayuntamiento. Tanto C's -que le ha calificado como el “Messi de la seguridad”- como PP y el grupo de Manuel Valls han mostrado su apoyo a la figura de Batlle, que en las últimas horas había defendido repatriar a los menores tutelados que cometan delitos en Barcelona.
Batlle ha matizado sus palabras durante el pleno y ha insistido en que la actuación debería estar orientada a “garantizar el derecho a la tutela y a la integración en interés de los menores”. A pesar de sus palabras, desde JxCat le han comparado con Donald Trump y de “echar gasolina al fuego”.
Desde ERC también le han afeado a Batlle su mensaje. “Pone la etiqueta a un colectivo que mayoritariamente no genera problemas”, le ha dicho Jordi Coronas. “En este gobierno parece que el PSC ejecuta las órdenes que da el señor Valls”, ha remachado.