La exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha dejado la primera línea de política justo una década después de fundar Barcelona en Comú y dar el salto desde el activismo en las calles a la administración. Colau, que ya dejó su acta de concejala el pasado 25 de octubre, se ha despedido este sábado de la formación y de su militancia con un discurso que ha reivindicado el camino recorrido durante los últimos año, pero reconocidendo que se va en un “momento difícil”.
“Debemos actualizar nuestras tesis para ser un espacio útil para la transformación social”, ha asegurado en la Asamblea Nacional de los Comuns, en la que el partido afronta una reorganización y un cambio de caras. Hoy, Colau ha hecho la que ha sido su última intervención como coordinadora de la formación, cargo para el que ha renunciado volverse a presentar. “Me voy, pero esto no significa dejar la familia de los Comuns”, ha aclarado.
Ante su marcha, los suyos han tenido que afrontar la búsqueda de nuevos liderazgos en un momento en que las urnas no arropan tanto al partdido como lo hicieron años atrás. Colau ha dejado así un encargo a sus sucesoras: “Tenemos que reforzar nuestra presencia en las instituciones”.
También dejará la coordinación Jéssica Albiach. Colau y ella dirigían el máximo órgano de la ejecutiva junto a Candela López. Ante la falta de relevo, el triunvirato se convertirá, previsiblemente, en un dúo en el que López repite y al que se suma la concejala de Barcelona Gemma Tarafa. Ambas forman parte del círculo de confianza de la exalcaldesa.
Aún así, Albiach no deja la ejecutiva, sino que ocupará un nuevo cargo junto a Ernest Urtasun. Ambos se convertirán en responsables institucionales en el Parlament y el Gobierno. Albiach consolidará así su cargo como máximo responsable del partido en Catalunya, donde los Comuns son pieza clave para construir las mayorías que necesita Salvador Illa. Por otro lado, los diputados del Congreso Aina Vidal y Gerardo Pisarelo se convertirán en portavoces en substitución de Joan Mena.
Los relevos de la ejecutiva, en la que se cambiarán 20 cargos de 47, se prsentan en una lista única que la militancia refrendará este domingo, culminando así un relevo amable y sin aspavientos como el que se está viviendo en el seno de otros partidos catalanes. Lo que no se tratará en este encuentro es la reforma del código ético que la formación tiene encima de la mesa desde hace tiempo y que establece que sus líderes sólo puedan combinar un cargo institucional y uno orgánico.
Eso entra en contradicción con diversos nombres como el de Candela López, que ostenta desde hace casi un año tres cargos. Igualmente, hay dos diputados que tambié tienen responsabilidad en ayuntamientos: Luís Mijoler es alcalde de El Prat y Núria Lozano, teniente alcalde de l'Hospitalet.
“Hemos acabado teniendo demasiadas responsabilidades”, ha reconocido López, que ha anunciado que “pronto” dejará el acta de diputada en el Parlament para dedicarse a la coordinación del partido, cargo que combinará con el de vicepresidenta de la Diputación de Barcelona.
La intención del partido es revisar formalmente esta cuestión de la mano de la nueva ejecutiva, una vez finalizada la asamblea de este fin de semana.
La vista puesta en las municipales
Colau ha dejado claro en su discurso que la nueva etapa del partido debe estar enfocada a reforzar el carácter municipalista del partido. “Debemos combatir las élites locales y las globales”, ha aegurado la exalcaldesa, que ha reivindicado que, “aunque a menudo se la vea como el hermano pequeño de la política, el municipalismo es la base de todo”.
Esta tesis es compartida por Jéssica Albiach, que ha asegurado que al partido le falta “base social. Tenemos que crecer en la AMB y en las zonas rurales”. La también excordinadora ha apuntado que la formación no es municipalista “por vocación, sino por estrategia” y ha reivindicado la necesidad de reforzar la presencia en los ayuntamientos como única manera de “perdurar a pesar de las tormentas”.
La única de las tres coordinadoras que se quedará en el cargo, Candela López, es quien se ha tenido más autocrítica, asegurando que los núcleos locales “no han tenido la implantación que deberían haber tenido” y ha coincidido con sus compañeras en que los municipios son clave para el futuro de los Comuns.
La reestructuración de la cúpula se da tras la caída de votos en las elecciones generales y autonómicas, así como la pérdida del Ayuntamiento de Barcelona, el último gran bastión de un partido que llegó a gobernar en diversas ciudades -ahora sólo tienen tres- y que llegó a ser primera fuerza en Catalunya en las elecciones generales de 2016.
Ahora, el objetivo del partido es fortalecerse de cara a las elecciones municipales de 2027, entendiendo que su campo de juego está en los ayuntamientos. Así se entiende el nuevo liderazgo de López y Tarafa. La primera fue alcaldesa de Castelldefels y es vicepresidenta de la Dipiutación de Barcelona; la segunda ocupó la concejalía de salud en Barcelona.
Tal es la apuesta de los Comuns en el ámbito municipal y tan descolocada dejó a la formación la pérdida de la capital catalana a manos de Jaume Collboni, que la exalcaldesa, a pesar de que ha dejado su acta de concejala, no ha descartado explícitamente la posibilidad de volverse a presentar a las elecciones de 2027. Mientras tanto, Colau empezará a dar clases universitarias y ostentará la presidencia de la fundación del partido juntamente al exiministro Joan Subirats, un cargo que carece de remuneración.
En la asamblea de este fin de semana, que cuenta con la ausencia destacada de Yolanda Díaz, además de revisar la cúpula, los Comuns también votarán diversas propuestas de cara a establecer la postura del partido en diferentes ámbitos. Buscan, entre otras cosas, convertirlo en un referente de la lucha contra el cambio climático.