Para combatir la emergencia climática hay que reducir los vuelos en avión, especialmente aquellos que tengan el tren como alternativa. Esta es una de las ideas que ha propuesto la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en una cumbre de ciudades para frenar el calentamiento global que se ha celebrado en Copenhague. “Parece que sea un tabú decirlo, pero hay que afrontarlo”, ha expresado frente al centenar de alcaldes que integran la red de ciudades C40.
Colau, que ya pidió este verano poner límites a la ampliación de grandes infraestructuras como puertos y aeropuertos, ha incluido la limitación de los vuelos en una serie de propuestas de cambio para las “industrias globales” que, a su parecer, debería contemplar también la eliminación del diésel y de los plásticos de un solo uso. “Somos una sociedad globalizada y debemos tener en cuenta cómo nos desplazamos”, ha manifestado la alcaldesa, “hemos de tener en cuenta los trenes y formas alternativas para desplazarnos”, ha insistido.
En España, ha recalcado en una atención posterior a los medios, esta medida afectaría “clarísimamente” a los desplazamientos entre Madrid y Barcelona: “Se puede hacer perfectamente con la red de AVE que tenemos. En todos esos trayectos que son de tres horas en tren debería ya eliminarse la posibilidad de hacerlo para reducir drásticamente esas emisiones”. La regidora ha ido más lejos y apuntó a la posibilidad de limitar el número de vuelos que pueda tomar una persona, en caso de que esa primera iniciativa no fuera suficiente.
Sin embargo, en su intervención ha recordado que son los estados los que tienen “capacidad legislativa para cambiar las reglas de juego globales”. Colau ha admitido en este sentido el riesgo de que la lucha contra la emergencia climática se quede en el terreno de las declaraciones. “No queremos que sea un eslogan, queremos que sea un cambio real”, ha aseverado en intervención ante los alcaldes.
Colau ha recordado que a partir del 1 de enero Barcelona pondrá en marcha su plan más ambicioso hasta la fecha para restringir el tráfico en la ciudad y reducir de esta forma los altos niveles de contaminación. La Zona de Bajas Emisiones -necesaria pero insuficiente según los expertos- supondrá la retirada de las calles de la ciudad de los 50.000 vehículos más contaminantes, aquellos que no tienen la etiqueta ambiental de la DGT. Con ello se espera reducir la polución en un 15%.