Por primera vez des del inicio de la llamada nueva normalidad, los casos de COVID-19 en Lleida no están subiendo. Desde el 22 de junio, los contagios se iban duplicando y hasta triplicando de semana a semana en esta ciudad catalana y en su comarca, el Segrià. Pero a partir del pasado fin de semana la situación ha empezado a cambiar y los nuevos casos de coronavirus se mantienen estables.
Durante la última semana, la media semanal de nuevos casos diarios detectados con PCR se ha mantenido alrededor de 100 en Lleida. En el Segrià, la variabilidad ha sido un poco mayor –entre 135 y 160 casos nuevos al día de media– pero aun así la tendencia que se dibuja ya no es al alza.
El confinamiento perimetral de la comarca, el 5 de julio, y las medidas más restrictivas para ocho de sus municipios, una semana más tarde, que la Generalitat de Catalunya aplicó para frenar los rebrotes llegaron cuando la curva del virus ya estaba en pleno ascenso.
Ahora la incidencia del virus en el Segrià –de 71 casos nuevos al día de media por cada 100.000 habitantes– es todavía mayor que en el grupo de comarcas de Lleida que incluye su región sanitaria –46– y multiplica por siete la del conjunto de Catalunya –9–.
Aunque la tendencia mejore, los analistas del BIOCOMSC, el grupo de investigación de biología computacional de la UPC, alertan que la situación puede cambiar de forma repentina. “No sabemos cómo funciona exactamente el sistema para reportar casos nuevos, y los retrasos de un día a otro y durante el fin de semana pueden dar lugar a datos altamente fluctuantes”, argumentan.
Según sus cálculos, la tasa de propagación del virus en Lleida está ahora entre 1 y 1,2, lo que significa que cada persona con COVID-19 contagia a otra, y no a dos más, como pasaba hace dos semanas. De todos modos, por las cifras de casos activos durante las últimas dos semanas, consideran que los porcentajes son todavía altos.