Cerca de un millar de personas se congregaron este sábado a las 23 horas a las puertas de la discoteca Waka de Sabadell, convocadas a través de las redes sociales, para protestar por los incidentes racistas protagonizados por los porteros del local en una concentración que terminó con lanzamiento de bengalas, piedras, vallas y botellas contra el recinto y el personal, así como con la policía.
Una treintena de personas acabaron irrumpiendo en el local, donde causaron daños. Los disturbios, que se produjeron poco más de un mes después de que los porteros de la discoteca apalizaran a un joven colombiano a finales de octubre, se saldaron con un controlador de acceso herido por una pedrada en un ojo y dos agentes de los mossos heridos leves también por lanzamiento de objetos.
Los mossos d'esquadra, que cifran en 1000 las personas que se congregaron frente a la discoteca, ya han abierto una investigación por los graves disturbios. El Ayuntamiento de Sant Quirze del Vallès ha convocado este domingo una Junta de Portavoces para estudiar lo sucedido y, en una entrevista en el 3/24, la alcaldesa Elisabet Oliveras, ha instado a la Generalitat a hacerse cargo de la situación para acabar con los “delitos de odio”.
Oliveras ha explicado que el Ayuntamiento está estudiando “poner en marcha un punto lila en la zona contra las violencias y el acoso” pero que primero quiere “pacificar” ese área, en el que cada fin de semana se producen altercados. Según la alcaldesa, el consistorio ya no puede ir más allá en este caso y esta mañana se ha reunido con la policía local para “programar” la actuación de esta semana de cara a “controlar la situación”.
La discoteca Waka ha sufrido esta noche destrozos en el mobiliario, en los cristales y en las puertas por las pedradas, además del saqueo de varias botellas de bebidas. Algunos vehículos policiales también han quedado dañados y los mossos han abierto una investigación para tratar de identificar al máximo número de personas relacionadas con los altercados más graves.