La célula yihadista desarticulada hoy en Catalunya tenía “la voluntad explícita” de atentar aunque las autoridades aseguran que ya no suponía ningún peligro porque llevaba trece meses controlada por la policía.
Según informó en rueda de prensa el responsable de Interior del gobierno catalán, Ramon Espadaler, se trataba de una célula “operativa, con voluntad contrastada de atentar en Catalunya”, que se dedicaba también a captar a jóvenes islamistas para radicalizarlos en el yihadismo, así como a enviarlos a combatir con el Estado Islámico en Siria e Irak.
“No era una amenaza genérica, sino que detectamos una evolución del grupo y su voluntad de cometer un atentado aquí”, aclaró Espadaler, quien insistió en que la célula tenía la voluntad de cometer “acciones concretas”.
Los once detenidos en la operación, de entre 17 y 45 años de edad, son cinco ciudadanos españoles -cuatro de ellos convertidos al Islam-, cinco marroquíes y un paraguayo, convertido asimismo al Islam.
El responsable de Interior catalán destacó “el triple éxito policial” que ha comportado esta operación, ya que ha evitado la radicalización de más jóvenes en la zona metropolitana de Barcelona, ha paralizado el envío de yihadistas a combatir en Siria e Irak, y ha neutralizado “la comisión de un posible acto terrorista en Catalunya”.
La célula, que se da por desarticulada, es la responsable de haber enviado en diciembre pasado a combatir a Siria a tres jóvenes, que fueron detenidos cuando se encontraban en Bulgaria, de camino hacia Siria, vía Turquía.
Además, Espadaler explicó que otra persona vinculada a esta célula se encuentra actualmente luchando en Irak, incorporada en las filas de Estado Islámico (EI).
Según el responsable del gobierno catalán, la voluntad de la célula de atentar en Catalunya se acreditó durante la investigación, por lo que hacía meses que la organización estaba vigilada por la policía.
Por su parte, el comisario jefe de la Policía catalana, Josep Lluís Trapero, aseguró que la captación de yihadistas por parte de esta red no se llevaba a cabo mayoritariamente a través de las redes sociales o de las mezquitas, sino por otras vías menos habituales, como por ejemplo charlas.
Ocho de los detenidos, todos ellos hombres, están acusados de pertenencia a organización criminal con finalidades terroristas, captación y adoctrinamiento de otras personas para ser enviadas a luchar a zonas de conflicto o para incorporarse a la célula desarticulada.
Los otros tres arrestados, entre los que figura una mujer, están acusados de incitación al delito de terrorismo, colaboración con organización criminal con finalidades terroristas y encubrimiento.