Junts pel Sí y la CUP han registrado este lunes en el Parlament la proposición de ley para gravar los bienes de lujo propiedad de empresas que no contribuyen a la actividad económica. En concreto, el impuesto afectará a los bienes inmuebles, los coches y vehículos de cilindrada superior a 200 caballos, los barcos de recreo de más de ocho metros de eslora y las aeronaves.
El Ejecutivo y la CUP coinciden en que el objetivo del impuesto es gravar los bienes de lujo que las grandes fortunas ponen a nombre de sociedades para eludir el impuesto de patrimonio. “Se acabó poner el coche o el barco a nombre de la empresa”, ha dicho el portavoz de ERC, Sergi Sabrià.
En el plano político, es la carta con la que el Govern convenció a la CUP para tramitar los presupuestos de 2017, a cambio de aparcar el aumento de la presión fiscal a las rentas altas a través de subidas del IRPF y los impuestos de Sucesiones y Donaciones y Patrimonio.
La base imponible del impuesto se calculará, según han explicado los anticapitalistas en un comunicado, sumando el valor de todos los activos considerados “no productivos”. Se establecerá un mínimo exento de 500.000 euros o de 100.000 si no incorpora ningún inmueble. El tipo será “progresivo” hasta un máximo del 1%. Ambos grupos todavía no han ofrecido una previsión de recaudación ni de cuántos contribuyentes estarán sujetos al impuesto.
Por otro lado, la proposición de ley deja exentos de pagar el impuesto a las administraciones públicas, las representaciones diplomáticas y consulares en Catalunya y los bienes de fundaciones, ONG's y entidades sin ánimo de lucro.