Un fascinante museo móvil. Un camión de un rojo llamativo se planta en medio de patios de escuelas y plazas de toda Catalunya estos meses. Las franjas blancas que la envuelven acaban dibujando un triángulo perfecto cuando el camión se abre y define cuatro espacios. Lo preside un conejo que se infla en el techo, también rojo. En el interior, un contenedor que se convierte en universo de sueños e imaginación. Un museo itinerante, el Musée Mobile, que busca el primer contacto de los niños con el arte contemporáneo.
Dos educadores guian a los niños a través de las 14 obras de arte contemporáneo que artistas de renombre internacional han creado expresamente para ellos. Y sólo para ellos, ya que el acceso es restringido por los adultos. Cristian Álvarez es uno de esos educadores y explica que “el MuMo les da las herramientas para acercarse al arte contemporáneo sin la presión de lo que puedan pensar los adultos de su alrededor”.
Obras pensadas para niños
El estadounidense James Turrell ha creado un espacio experimental de pequeñas dimensiones en el que una especie de huevo blanco cambia de colores, creando un universo de sensaciones para los más pequeños. Miquel Barceló ha diseñado expresamente para la gira española, una figura de cerámica. Nari Ward ha convertido los cordones de colores de los zapatos en la decoración perfecta de las escaleras que conducen a los niños a una segunda planta dedicada a la videoproyección, con obras de Farhad Moshiri, Roman Signer o Pierre Huyghe.
“Los niños no quieren intelectualizar el arte, sus pensamientos son puros”, constata Ingrid Brochard, comisaria y fundadora del Museo Mobile. “¿Qué habéis visto, aquí dentro?”. El Iren ha entrado en “un túnel de colores infinito, como el universo y una escalera llena de hilos de colores”, Ester ha visitado “un lugar que nunca más tendremos la oportunidad de conocer y donde nos han enseñado cosas nuevas que no habíamos visto nunca ”. Pablo, conocedor de la transversalidad del proyecto, remata: “Es un espacio creativo abierto a todos los niños, para que tanto los de aquí como los de África podamos tener derecho a ver obras de arte”.
Interactuar con el arte
Los niños observan las obras, escuchan con atención las preguntas de los educadores y sorprenden con sus respuestas. Contrariamente a lo que normalmente se puede hacer en los museos, aquí pueden tocarlo prácticamente todo. Interactúan con las obras y con cada obra imaginan el relato que quieren. Álvarez destaca que “es una experiencia que los hace soñar y que los hace descubrir que el arte es una disciplina transformadora y creativa”.
Hace tres años que el más conocido como MuMo comenzó su periplo. Desde entonces ha visitado seis países de Europa y África y más de 43.000 niños han vivido la experiencia del contenedor de arte. Ingrid Brochard fundó el museo itinerante en Francia, con el objetivo “de crear un proyecto únicamente para niños que pudiera derribar las fronteras y las diferencias culturales entre ellos”. Pensaba, sobre todo, en aquellos niños que no tienen acceso al arte.
El camión del MuMo es una caja de sorpresas que ha hecho la primera parada de su gira por España en Barcelona. Desde esta semana y hasta el 30 de enero, el Mumo recorrerá 2.000 kilómetros y visitará 40 localidades de Cataluña, Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Madrid y Galicia, donde acogerá cerca de 7.500 niños y niñas.
El arte, bastante presente en la escuela?
Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma. Y eso mismo ha hecho el MuMo, llegar directamente a los niños. Según un estudio europeo, los niños visitan, de media, un museo al año. El 40% de los padres no llevan a sus hijos a museos y el 16,8% de los niños viven a más de una hora del museo más cercano.
Así pues, es el arte suficientemente valorado en las aulas? La fundadora del proyecto recuerda que “aunque en la escuela aprendemos a leer y escribir, también es muy importante aprender a abrir la imaginación”. El Musée Mobile intenta despertar ese instinto ya pesar de su estancia es pasajera, “muchos niños podemos cambiarles la vida”, afirma Brochard. En la misma dirección va la reflexión que hace Álvarez, el educador, que recuerda que “el arte tiene unas características intrínsecas vinculadas a la imaginación que otras materias no proporcionan”.
Desde dentro de las aulas, los profesores lo ven igual. Una de las maestras esperaba expectante la salida de los niños del camión. Es tutora de Primaria de la escuela Josep Maria de Sagarra, la primera escuela que ha visitado el MuMo en Cataluña. Participan en el proyecto Magnet del MACBA, de modo que hace tiempo que el arte ocupa una espacio central en el proyecto educativo del centro y ello conlleva, según ella, “adoptar una visión muy rompedora y que permite trabajar transversalmente”, ya que se aplican conceptos como la imaginación, la creatividad o la originalidad a otras materias. “El mundo escolar es tan cuadrado que cuando se puede aprender de una manera diferente, los niños lo viven con una emoción indescriptible”.