El teatro por su misma naturaleza constituye una poderosa herramienta de representación colectiva de nuestra realidad, que hay que aprovechar y hacer llegar jóvenes y adolescentes. Leer, representar, ser por unos momentos una persona diferente, además de ser divertido, ayuda sin duda a crear empatías ya ponerse en el lugar del otro. Si el joven se entusiasma con el teatro porque le aporta algo, de gran también irá. Partimos de un espectador imaginario joven que viene por primera vez en el teatro, no sabe quién ha escrito la obra y puede que ni siquiera ha preguntado de qué va. Debe conseguir entrar dentro de la historia. Es necesario que la historia fascine, que funcione; los personajes deben ser interesantes, no estrictamente realistas; el lenguaje debe funcionar teatralmente. El dramaturgo alemán, Lutz Hübner, considera a los jóvenes como “adultos que aún no han alcanzado la mayoría de edad” y para los que, por tanto, se ha de ofrecer un producto artístico maduro. Hübner subraya la importancia de la historia y la necesidad de la identificación de este público objetivo por encima de aspectos formales, así como la necesidad de que el teatro para jóvenes se aleje de la moralidad y de la pedagogía. Este es uno de los aspectos que quiere cuidar la primera edición del festival RBLS, del 16 al 19 de noviembre, dirigido especialmente a adolescentes de entre 13 y 20 años pero también abierto a todo tipo de público. La directora artística de RBLS, la periodista, Carme Tierz, nos cuenta cómo piensan contagiar a los jóvenes la pasión por este arte.
¿Por qué rebeldes?
De hecho, pienso que nunca deberíamos dejar de ser rebeldes, inconformistas, luchadores, no importa la edad que tengamos. Al contrario de lo que muchos piensan, los jóvenes son rebeldes e inconformistas.
¿Culturalmente inquietos?
Tendemos a generalizar que los jóvenes no tienen interés por la cultura. Es cierto, sus usos culturales de la adolescencia están muy orientados por padres y maestros. Ahora bien, cuando cruzan el umbral hay muchos adolescentes que acaban explorando por su cuenta ámbitos artísticos como las artes escénicas. Muchos otros, sin embargo, viven alejados del teatro para que lo relacionan con los adultos. Tenemos que conseguir que estos jóvenes conecten con el teatro, la cultura en general.
Partimos de la base de que estos jóvenes van por primera vez al teatro.
Encontrarán emoción, verdad, contacto real. Los ayudará a mejorar su capacidad comunicativa, reflexiva y crítica, a mejorar la autoestima, en definitiva, a abrirse al mundo.
¿Cómo puede captar el teatro la atención de los jóvenes?
El teatro tiene un problema, la pérdida de contacto con los jóvenes. Las redes sociales nos brindan una buena oportunidad para explicar que no sólo pueden ser espectadores sino también a implicarse de verdad. Pueden abandonar la posición de “público pasivo” para convertirse en “público activo”. Sólo así disfrutarán del teatro.
¿Historias atractivas y adictivas, sin trasfondo pedagógico?
Hemos querido rehuir de aspectos pedagógicos para demostrarles que el teatro no es sólo para adultos, sino también para los jóvenes, que ofrece un amplio abanico de formatos atractivos y diversos. El teatro debe ser lúdico. El mensaje ya está por debajo. El error, muchas veces, ha sido siempre hacer un teatro moralista, que los tira atrás.
¿El entorno en que viven muchos jóvenes no favorece esta incursión en el teatro?
El teatro se integra y convive perfectamente con las nuevas tecnologías. Las nuevas tecnologías no están reñidas con las emociones.
¿Qué pueden hacer las salas?
La desafección de los adolescentes y los jóvenes hacia el teatro es responsabilidad de las mismas salas que no acaban de abordar a fondo el problema. Con excepciones. Can Felipa y la Beckett han apostado decididamente por RBLS y que fuera una realidad. Sin su implicación no habría sido posible. Enseguida mostraron su predisposición. Nos hemos entendido muy bien.
¿Y los profesionales?
Comenzaremos con el I Encuentro RBLS Jóvenes y Teatro, dirigida a profesionales de la educación, las artes escénicas y la cultura en general en la sede de SGAE Cataluña. Queremos que se convierta en espacio de intercambio teórico y práctico en torno al teatro para jóvenes. Fortaleciendo puentes.
¿Cómo se plasmará RBLS?
En la Beckett habrá un espectáculo y un taller, y en Can Felipa el resto de programación, incluida la presentación del proyecto escénico comunitario En resistència a cargo de TRANSlab. / Marta Galán, además de talleres, juegos teatrales, espacio para radio online y YouTubers ... Para empezar, hemos elegido un espectáculo muy intenso y vital, Like si lloras, del Colectivo VVAA. Propondremos un itinerario de microteatro, Píndoles, teatro de texto con iMe, de Roc Esquius y la Cia. DARA, improvisación, música y fiesta en Assajar és de covards, de la Cía. Casa Real. También integramos dos propuestas de Escena Can Felipa, una instalación performance, Membrana màgica, de Sachiko Fullita, y títeres, La tragicomedia de don Cristóbal y la señá Rosita, de L'Excèntrica. No podemos olvidar los talleres, de musical, de movimiento o de improvisación y técnicas interpretativas, los juegos de Recomana.cat, la Cata Cultural de ENDINSART.
El teatro por su misma naturaleza constituye una poderosa herramienta de representación colectiva de nuestra realidad, que hay que aprovechar y hacer llegar jóvenes y adolescentes. Leer, representar, ser por unos momentos una persona diferente, además de ser divertido, ayuda sin duda a crear empatías ya ponerse en el lugar del otro. Si el joven se entusiasma con el teatro porque le aporta algo, de gran también irá. Partimos de un espectador imaginario joven que viene por primera vez en el teatro, no sabe quién ha escrito la obra y puede que ni siquiera ha preguntado de qué va. Debe conseguir entrar dentro de la historia. Es necesario que la historia fascine, que funcione; los personajes deben ser interesantes, no estrictamente realistas; el lenguaje debe funcionar teatralmente. El dramaturgo alemán, Lutz Hübner, considera a los jóvenes como “adultos que aún no han alcanzado la mayoría de edad” y para los que, por tanto, se ha de ofrecer un producto artístico maduro. Hübner subraya la importancia de la historia y la necesidad de la identificación de este público objetivo por encima de aspectos formales, así como la necesidad de que el teatro para jóvenes se aleje de la moralidad y de la pedagogía. Este es uno de los aspectos que quiere cuidar la primera edición del festival RBLS, del 16 al 19 de noviembre, dirigido especialmente a adolescentes de entre 13 y 20 años pero también abierto a todo tipo de público. La directora artística de RBLS, la periodista, Carme Tierz, nos cuenta cómo piensan contagiar a los jóvenes la pasión por este arte.
¿Por qué rebeldes?