Las listas de espera en la sanidad catalana empiezan a ser un problema crónico. No sólo el departamento de Salud de la Generalitat no consigue reducirlas sino que también deja a muchos pacientes más tiempo en espera de lo permitido por la legislación. Existen 14 procedimientos quirúrgicos para los cuales la ley garantiza un plazo máximo de seis meses (prótesis de rodilla o cadera, cataratas, juanetes...) pero 23.825 personas, es decir uno de cada tres pacientes, entran en el quirófano pasado el medio año.
A finales del 2013, un total de 75.075 pacientes estaban en las listas de espera para estas operaciones, un 5% más que el año anterior, según indica un informe presentado este jueves en el Parlament por el conseller de Salut, Boi Ruiz. 2011 fue el peor año, con un total de 80.000 pacientes en espera. Para tener una mejor idea de la magnitud de este problema en la sanidad catalana, es necesario comparar los datos con los correspondientes al inicio de la crisis. Entre 2010 y 2013, las listas de espera crecieron un 32%.
El aumento de las listas de espera se produjo pese al incremento de la actividad quirúrgica (+2,6% en 2013). El otro dato positivo es la mejora del tiempo de espera: 5,78 meses de promedio en lugar de 6,20 meses en 2012. Pero esta cifra esconde diferencias importantes según los territorios o el tipo de operaciones a realizar. Los pacientes que aguardan una implantación de una prótesis de rodilla son los que más esperan antes de entrar en el quirófano (9,55 meses). El incumplimiento del plazo máximo de medio año también afecta a los que esperan una operación por amigdalitis (6,28 meses), prótesis de cadera (6,99 meses) y reparación del dedo del pie (7,09 meses).
Estos 14 procedimientos quirúrgicos con plazo máximo garantizado no son los únicos que cuentan con un seguimiento por parte de la Administración. A finales de 2013, un total 181.559 personas estaban esperando alguna de las 65 operaciones sobre las cuales existen datos del Departament de Salut, un 3,5% menos que el año anterior. Otros 100.000 pacientes esperaban alguna prueba diagnóstica tecnológica como las tomografías axiales computerizadas (TAC), los ecocardiogramas o las colonoscopias. No existen sin embargo datos sobre el tiempo medio de espera en estos casos.
En el caso de la cirugía vascular, existe un empeoramiento de los datos: para una criugía vascular, la espera media pasó de 3,93 a 4,78 días de espera en promedio; para una cirugía coronaria, la cifra de 2013 es de 2,94 días frente a los 2,68 días de espera.
El conseller achacó estos malos resultados a la infrafinanciación del sistema de salud pero recalcó que su gestión es pública y transparente. En este sentido, Boi Ruiz afirmó que los pacientes entran en lista de espera en cuanto el médico lo estima necesario. Sin embargo, varias entidades llevan actualmente a cabo la campaña No marxis sense hora ('no te vayas sin hora'), para que los pacientes exijan saber la fecha prevista para su operación cuando salen de la consulta médica. Según indican las entidades, existen casos en que los centros hospitalarios dicen a los pacientes que se les llamará para indicarles la fecha, lo que deja dudas sobre el momento en que el paciente entra en la lista de espera.
Las listas de espera en la sanidad catalana empiezan a ser un problema crónico. No sólo el departamento de Salud de la Generalitat no consigue reducirlas sino que también deja a muchos pacientes más tiempo en espera de lo permitido por la legislación. Existen 14 procedimientos quirúrgicos para los cuales la ley garantiza un plazo máximo de seis meses (prótesis de rodilla o cadera, cataratas, juanetes...) pero 23.825 personas, es decir uno de cada tres pacientes, entran en el quirófano pasado el medio año.
A finales del 2013, un total de 75.075 pacientes estaban en las listas de espera para estas operaciones, un 5% más que el año anterior, según indica un informe presentado este jueves en el Parlament por el conseller de Salut, Boi Ruiz. 2011 fue el peor año, con un total de 80.000 pacientes en espera. Para tener una mejor idea de la magnitud de este problema en la sanidad catalana, es necesario comparar los datos con los correspondientes al inicio de la crisis. Entre 2010 y 2013, las listas de espera crecieron un 32%.