Tres de cada cinco miembros de cooperativas en Catalunya son mujeres. La afirmación precedente surge de un estudio inédito que fue presentado a finales de septiembre en la jornada celebrada en Sant Boi titulada “El rol de las mujeres en los modelos empresariales de economía social: el emprendimiento social y el cooperativismo”, actividad enmarcada en uno de los ejes de trabajo del congreso “Las mujeres como agentes de cambio social y económico”.
El estudio que se denomina “femenino plural” , coordinado por La Ciutat Invisible y la autoría de Elba Mansilla, Joana García y Sílvia Alberich, muestra la importancia de la aportación de las mujeres al movimiento de la economía social y del cooperativismo. En él se indica que el 80% de contratos que generan las cooperativas son indefinidos, la mitad de ellos ocupados por mujeres.
La jornada que forma parte del conjunto de subsedes previas al 4 º Congreso de les Dones del Baix Llobregat contó con la participación de la alcaldesa de Sant Boi, Luisa Moret. La ciudad forma parte con otras 16 poblaciones más del programa municipi cooperatiu, que impulsa la Federació de Cooperatives de Treball de Catalunya (FCTC).
Para Luisa Moret la economía social y colaborativa concuerda mucho con la perspectiva del trabajo desde la óptica feminista: “históricamente las cooperativas han sido entidades muy feminizadas, especialmente por la vocación de este tipo de entidades y también de las mujeres de dar atención a las personas”, explica la alcaldesa.
Para Moret, el modelo cooperativo puede tener un fácil encaje en la forma de hacer de las mujeres. “Es un tipo de empresa donde prima la horizontalidad, la socialización y la flexibilidad” .El éxito del modelo cooperativo lo vincula Moret a que da respuesta a las necesidades sociales, “es un ámbito sin deslocalización y aporta una gran dosis de socialización al estar perfectamente relacionado con el entorno territorial y asociativo”.
El Ayuntamiento de Sant Boi ha puesto en marcha el programa Coboi que, mediante un concurso, selecciona proyectos de economía social a los que se apoya facilitándoles asesoramiento, acceso a equipamientos de titularidad municipal para ayudarles en sus primeros pasos.
Fil a l'agulla
Fil a l'agulla es una cooperativa que participó, explicando su experiencia, en la jornada de Sant Boi. Se trata de una entidad fundada hace cinco años por un grupo de mujeres que comenzó a reunirse para debatir aspectos de género e igualdad. De aquellas reuniones salió también la idea de auto-ocuparse y de hacerlo en un tipo de empresa coherente con sus convicciones. Por ello, un año después crearon la cooperativa: “porque responde a principios de democracia y capacidad de decisión con los que nos sentimos identificadas” explica Neus Andreu, una de las socias. Esto ocurría en 2009, y apenas legalizaron la sociedad decidieron “integrarnos en la Federació de Cooperatives de Treball de Catalunya” (FCTC) y también en la Xarxa d'Economia Social (XES). De hecho, ahora forma parte del consejo rector de la FCTC. En este sentido la vinculación a la FCTC la relacionan especialmente “con el apoyo moral que hace falta cuando se inicia un proyecto vital de este tipo. Te dan la mano y sientes que no estas sola, especialmente durante todo el proceso, algo pesado, de legalización”.
Fil a l'agulla tiene muchos formatos de actuación y atención a públicos diferentes. Sirve para acompañar grupos, escuelas, organizaciones o personas a incrementar su autoconciencia ya mejorar las dinámicas internas y / o superar conflictos, explica Nieves, “por ejemplo, un profe puede estar interesado en mejorar la participación de los alumnos en sus clases, a profundizar en la coeducación, en el intercambio de creencias y puntos de vista, lo que ha de ayudar a que haga su tarea mejor. Y en eso podemos ayudar”, explica la portavoz de la cooperativa.
La entidad, en sus distintos formatos, trabaja en ámbitos que van desde la enseñanza pública, los ayuntamientos, las organizaciones públicas o privadas y también con las cooperativas o entidades del tercer sector, a las que ayudan a mejorar la participación real. También operan en el ámbito individual, en un área terapéutica que atiende desde personas hasta problemas de pareja.
Una de las características en las que, según Neus Andreu destacan las cooperativas formadas por mujeres es “que desde los inicios todas nos apoyamos. Esto nos ayudó a empoderarse las unas a las otras, lo que hace que el conjunto ganancia confianza”, afirma.
Fil a l'agulla está a punto de cumplir cinco años y desde entonces su marcha ha sido positiva, tanto que ahora han integrado una socia más y ya son seis. A pesar de las precauciones a tomar, la marcha de la cooperativa durante los años que lleva funcionando ha sido buena, de forma que han podido mejorar sus salarios y afianzar la fortaleza de la empresa.
Neus acepta que el florecimiento de cooperativas formadas por mujeres puede tener que ver con la crisis y con la necesidad de auto-ocuparse. Al mismo tiempo piensa que si devuelve la bonanza económica esta tendencia a crear más cooperativas se mantendrá. “Cuando un niño descubre el azúcar es imposible hacérselo olvidar”, dice.