1- ¿Cuáles son las condiciones laborales de un trabajador de seguridad de Eulen en El Prat?
En el aeropuerto barcelonés trabajan unos 350 empleados en los arcos de seguridad para pasajeros, de la empresa Eulen. Su sueldo oscila según la antigüedad y algunos complementos, pero el grueso del personal cobra entre 900 euros y 1.100 euros. Por ello muchos empleados aseguran verse obligados a hacer horas extras, que se pagan a 8 euros, sumando en ocasiones jornadas de hasta 16 horas.
Uno de los caballos de batalla de la plantilla es el plus por escáner, que algunos de los trabajadores antiguos conservan parcialmente, pero que fue eliminado para los nuevos. La reposición de este complemento fue llevada a los juzgados, pero los trabajadores quieren que el derecho les sea reconocido ya, mediante la actual negociación.
Respecto a la organización trabajo, los sindicatos denuncian que la falta de personal ha dejado a la plantilla sin relevos por bajas o periodos vacacionales. Esta situación se ve agravada en temporada alta, cuando el aeropuerto pone a funcionar a máximo rendimiento la veintena de arcos de seguridad de los que dispone. Cuando eso ocurre, los trabajadores aseguran que las jornadas son ininterrumpidas, sin un momento para descansar, ir al baño o descansar la vista del escáner, y en un estado de alerta que genera estrés.
2- ¿Cuáles son las reclamaciones del Comité?
De acuerdo con las quejas señaladas anteriormente los trabajadores hacen reivindicaciones en dos sentidos: salarial y de condiciones de trabajo. Respecto a la primera, la principal demanda se centra en reclamar un aumento de hasta 350 euros para los nuevos trabajadores que menos cobran, igualando por arriba a los antiguos.
Sobre las condiciones de trabajo, reclaman que haya un aumento de plantilla para garantizar un quinto trabajador por filtro y una bolsa suficiente de sustitutos. En total, según fuentes de la negociación, las reclamaciones podrían ascender a cerca de un centenar de nuevos contratados, parte de ellos fichados durante los últimos meses. Además, exigen conocer el calendario laboral con periodicidad anual con el fin de poder conciliar.
3- ¿Qué está dispuesto a aceptar Eulen?
En la última reunión la Generalitat en su papel de mediadora hizo una propuesta en la que proponía un aumento salarial que supondría 200 euros para los trabajadores de menor salario, además de asegurar un quinto trabajador por filtro y 25 trabajadores de relevo. La empresa anunció que aceptaba la mayor parte de los temas organizativos, pero posteriormente el Comité aseguró que estaban matizando a la baja la propuesta de la Generalitat.
4- ¿Qué tiene que ver Aena en el conflicto laboral?
Pese a que el conflicto laboral es entre los trabajadores de Eulen y la empresa, el servicio de seguridad que brindan es para Aena, la empresa que gestiona la mayoría de aeropuertos españoles. La operadora, participada al 51% por capital público, sacó en 2015 a concurso la concesión de la seguridad, que fue ganada un año después por Eulen Seguridad por 23,1 millones de euros, medio millón más barato de lo presupuestado inicialmente por Aena y que rebajaba tanto los márgenes de beneficio como las condiciones y número de empleados.
Desde los sindicatos señalan directamente a Aena como responsable de la reducción salarial y de personal, por considerar que han precarizado las condiciones del contrato. Por ello entienden que el conflicto solo se desencallará si Aena acepta cambiar la licitación. Esta es la razón que explica que el Comité de empresa exigiera que Aena estuviese presente en las reuniones de negociación. Durante los primeros compases del conflicto, a finales de julio, Aena no aceptó enviar representantes a estas mesas, lo que paralizó el inicio de las conversaciones durante dos semanas.
5- ¿Cómo es el reparto de competencias políticas?
La competencia exclusiva en materia de aeropuertos calificados como de interés general, como es el caso de El Prat, es del Estado. Así se consagra en la Constitución y se desarrolla en el Real Decreto 2591/1998, entre otros. Además, en 2013 se regularon los llamados Comités de Coordinación Aeroportuaria, órganos consultivos en los que están representados entidades autonómicas y municipales. El Real Decreto 697/2013 sirvió para blindar a la nueva Aena, ya parcialmente privatizada, de la influencia de los gobiernos autonómicos.
Así, la única capacidad que tiene la Generalitat en el caso del aeropuerto de El Prat tiene que ver con la mediación laboral entre partes que se lleva a cabo desde el departament de Treball en cualquier conflicto laboral de este tipo, haya o no sector público por medio.
Tampoco el ayuntamiento de Barcelona –ni por supuesto el de El Prat–, tienen competencias reales respecto al aeropuerto, más allá de su representación en la consultiva Comisión de Coordinación, al igual que la Generalitat y el director del aeropuerto.
6- ¿El Prat es el único aeropuerto donde ha habido protestas?
No, pero sí el único donde han llegado tan lejos. En los aeropuertos de mayor carga como Madrid, Barcelona o Mallorca han tenido lugar protestas del personal de seguridad en diferentes momentos. Sin ir más lejos a principios de este verano los trabajadores de seguridad de Trablisa, en el aeropuerto de Palma, anunciaron una huelga para el mes de julio. Sin embargo el Comité de empresa la desconvocó pocos días después, tras abrirse la empresa a renegociar las condiciones laborales.
También en Madrid los trabajadores de seguridad de Barajas, en este caso de la empresa Prosegur, amenazaron con paros por las mismas fechas. Las reclamaciones que realizaban eran similares a las de los trabajadores barceloneses, con la diferencia de que allí la empresa sí aceptó buena parte de ellas, por lo que la huelga se acabó desconvocando.
7- ¿Cómo el conflicto laboral ha evolucionado en conflicto político?
La huelga en el aeropuerto del Prat ha desatado la tormenta perfecta en la colisión entre la propia huelga, el debate sobre el turismo y el referéndum del 1 de octubre.
Por partes. La supuesta gestión desdeñosa de infraestructuras claves catalanas por parte del Estado es una reivindicación extendida en la opinión pública catalana, no solo entre independentistas. A eso se suma la cercanía temporal con el referéndum sobre la independencia anunciado para el próximo 1-O, que ha disparado todo tipo de sospechas entre el independentismo sobre la supuesta mano negra del Estado para perjudicarlo, muchas veces alentados por manifestaciones de los propios líderes políticos.
El Gobierno central, por su parte, ha sido lento en la reacción y, cuando ha intervenido, lo ha hecho para desembarazarse de cualquier responsabilidad. Fomento terció en el debate el domingo para limitarse a asegurar que las reivindicaciones de los trabajadores estaban “fuera de lugar”. Tampoco el Delegado del Gobierno en Catalunya ha tenido un papel activo en el conflicto laboral, pese a las competencias del Estado en materia aeroportuaria y la propiedad de una parte importante de Aena.
Por medio de esta pelea política se cruza el debate sobre el turismo, en el que unas partes subrayan las externalidades que genera la masificación mientras otras lo hacen con los beneficios económicos que reporta. El resultado de todo ello es un cruce de reproches entre administraciones que ha salpicado al Gobierno, a la Generalitat y al Ayuntamiento de Barcelona.
8- ¿La huelga tiene riesgo de empeorar en los próximos días?
Fuentes de la negociación destacaron este lunes que durante las últimas reuniones se había producido un acercamiento de posturas entre las partes. La propuesta de la Generalitat abrió paso al entendimiento al ser aceptada por Eulen y Aena. El comité por su parte someterá el acuerdo a los trabajadores el próximo jueves. Fuentes laborales se mostraron este martes optimistas sobre el resultado.
Las partes tienen muy presentes dos fechas importantes: los próximos 14 y 16 de agosto. El primer día porque es en el que se ha fijado el paso a huelga permanente por parte de Eulen. El segundo, porque al actual conflicto podría unirse otro, el de la empresa de seguridad de tripulación y facturación. Y, entre medio, el puente de agosto, uno de los picos de pasajeros más importantes del año. Llegar a estas dos fechas sin acuerdo podría tener consecuencias imprevisibles, aunque todos consideran poco probable que se alargue más allá de esta semana.
9- ¿Aena está dispuesta a cambiar las condiciones del contrato?
Este es uno de los nudos gordianos de la negociación. Con el margen de beneficio que permite el contrato de Eulen, la empresa tiene las manos atadas para hacer ofertas si antes no cambian las condiciones de la licitación. Los trabajadores también consideran que, para tener un acuerdo satisfactorio, Aena deberá acabar aportando recursos.
Fuentes de la mediación explicaron a este diario que no descartan que Aena acabe aflojando su postura. De hecho en la reunión de este martes Aena se comprometió ante el Comité a que en la futura licitación dotará el servicio en las condiciones negociadas. Técnicamente esto podría hacerse de dos formas: bien suspendiendo el contrato y haciendo otro con nuevas condiciones o bien haciendo una modificación de emergencia del contrato actual.
10- ¿Por qué todo el sector está pendiente de El Prat?
El conflicto de Eulen en El Prat se ha convertido en el epicentro de una batalla mucho mayor en el sector de la seguridad privada. En estos momentos, patronal y sindicatos del sector se hallan inmersos en la negociación para la renovación del convenio colectivo, y las posibles conquistas de los trabajadores de El Prat marcarán el camino de lo que el sector pueda ganar.
Pero la huelga de Eulen no solo tiene afectaciones en el sector de la seguridad privada, sino que toca de lleno con las condiciones de los trabajadores en el aeropuerto. Los sindicatos de la propia Aena ya han registrado huelgas para septiembre, que se extenderían por los centros de trabajo de todo el Estado. A ello se suma la huelga de los trabajadores de seguridad en escáneres y bodegas de El Prat, en este caso de la empresa Ilunion. Las reivindicaciones de todos ellos son similares, así como el origen de sus problemas: las licitaciones a la baja que Aena ha convertido en política de empresa.