Laura Borràs será elegida este viernes nueva presidenta del Parlament de Catalunya. Tras varias reuniones infructuosas, este jueves ERC ha confirmado su intención de dar apoyo a la candidata de Junts para ocupar la jefatura de la Cámara, un acuerdo que aplana el camino a la formación del nuevo Govern y a la investidura del republicano Pere Aragonès como president. La Mesa que se formará estará controlada por el bloque soberanista, que impondrá su mayoría para quedarse con al menos cuatro de los siete asientos, y la CUP ocupará uno de ellos por primera vez.
Los anticapitalistas se habían mostrado reticentes a prestar sus votos a Borràs por la causa judicial por corrupción abierta contra ella, pero una vez obtenido el compromiso de ERC, los votos de la CUP no serán necesarios para el encaje de Borràs. Junts ha revelado el nombre de su candidata a ocupar la jefatura de la Cámara prácticamente en el último momento, una situación que había ocasionado las protestas de ERC y la CUP. Sin embargo la formación de Carles Puigdemont ha reunido este jueves a su ejecutiva y ha acabado ratificando su apuesta por que Borràs sea en esta legislatura la segunda autoridad catalana.
El nombre de Laura Borràs, política barcelonesa de 50 años, había estado en el punto de mira durante semanas como opción más probable para ocupar la presidencia. Amplios sectores de Junts apostaban por la que fue número dos en las listas electorales para acceder a ese puesto, pero el partido estaba a la espera de la confirmación de la diputada, que tanteaba sus posibilidades entre entrar al Govern como vicepresidenta o el liderazgo parlamentario. Finalmente Borràs se ha decantado por lo segundo.
La CUP, que también había aspirado a la presidencia en un primer momento, se había retirado unas horas antes de la carrera asegurando que no impedirían el acuerdo independentista por una cuestión “de sillas”. Su elegido para la Mesa es el diputado por Lleida Pau Juvillà, que con toda probabilidad ocuparía una de las cuatro secretarías. Será la primera vez que un miembro de los anticapitalistas se siente en el órgano rector de la Cámara catalana.
“La mayoría independentista que las urnas dibujaron el 14F se traducirá este viernes en una Mesa del Parlamento con mayoría independentista y con presencia de las tres formaciones por primera vez”, ha celebrado ERC en un comunicado.
Respecto a Borràs, una de las circunstancias que pueden interferir en su presidencia es su situación procesal, como imputada en una causa por corrupción que investiga el Tribunal Supremo y por la que no se descarta que pueda acabar inhabilitada. El caso de Borràs comenzó en noviembre de 2018, cuando se conoció la investigación que un juzgado seguía contra ella por una presunta contratación irregular mientras estuvo al frente del ILC. En concreto, la Fiscalía considera que la hoy diputada fragmentó contratos sobre diferentes servicios informáticos para beneficiar a Isaías Herrero, una persona con la que se cree que mantenía una relación personal, extremos que ella niega.
La acusación cree además que hay pruebas para demostrar que Borràs urdió un plan para manipular los procedimientos de contratación en favor de aquella persona mediante la falsificación de presupuestos. La contratación del ILC con Herrero durante la etapa en la que estuvo Borràs al frente asciende a 259.863, una cantidad que según la investigación se habría otorgado directamente a él o mediante otras empresas.
La exconsellera de Cultura y diputada de JxCat en el Congreso durante la última legislatura siempre ha defendido su inocencia. Borràs sostiene que toda la contratación fue legal y que los trabajos se realizaron, por lo que no puede acusársele de prevaricación ni mucho menos de malversación. En su comparecencia ante la comisión aseguró que la causa era una “persecución política” contra ella y aseguró que la investigación seguida por el juzgado de instrucción número 9 de Barcelona había sido irregular.