La portada de mañana
Acceder
Feijóo pide que el Gobierno asuma la gestión de la DANA mientras Mazón se resiste
El esfuerzo colectivo para no dejar nada sin rastrear en el parking de Bonaire
Opinión - Feijóo entierra a Mazón. Por Esther Palomera

La pregunta que Junts trasladará a sus bases: “¿Quieres que Junts siga formando parte del Govern?”

Semana clave para el futuro del Govern tras terminar sin acuerdo la negociación exprés entre el president de la Generalitat, Pere Aragonès, y el secretario general de Junts, Jordi Turull. Los posconvergentes, divididos internamente, han decidido este lunes la pregunta que trasladarán a la militancia en la consulta que dictará sentencia sobre su continuidad en el Ejecutivo: “¿Quieres que Junts siga formando parte del Govern?”.

Un total de 6.465 afiliados de Junts responderán los días 6 y 7 de octubre. Podrán decidir entre tres posibles respuestas: sí o no a la salida del Govern o votar en blanco. La pregunta consta de un preámbulo que, en base al “mandato” del último congreso del partido, constata “incumplimientos centrales” en el acuerdo de gobierno entre ERC y Junts y que las propuestas del partido para enmendarlos “no han sido aceptadas” por los republicanos.

En rueda de prensa, Turull ha dado cuenta entre reproches de la última negociación con Aragonès, que ya no tiene previsto retomar esta semana. Según la versión de Turull, Junts rebajó sus tres exigencias -unidad de acción en Madrid, crear un nuevo espacio de coordinación independentista y limitar la mesa de diálogo a amnistía y autodeterminación- para llegar a un acuerdo, pero aún así se mantuvo la negativa de Aragonès.

Turull ha explicado que el partido diluyó la unidad de acción en Madrid a un grupo de trabajo para asegurar la “coordinación” del Govern con los grupos parlamentarios del Congreso. También ha enfatizado que Junts aceptó que él no formara parte de la delegación de la mesa de diálogo (la primera trifulca entre socios esta legislatura) para limitarla a los consellers y diputados del Parlament.

Respecto a la coordinación independentista, Turull ha remarcado que Junts no pretende que el Consejo de la República (ente controlado por Carles Puigdemont) pretenda “tutelar” la coordinación independentista, sino tan solo asumir “tareas de coordinación técnica”.

Además Turull ha hecho hincapié en que el partido llegó a renunciar tanto a la cuestión de confianza que planteó a Aragonès como a la petición de restitución del vicepresident Jordi Puigneró para intentar aunar posturas. “Pero la respuesta siguió siendo que no”, ha apostillado.

ERC, por su parte, observa y espera que se resuelvan las disputas y la consulta de Junts. La secretaria general adjunta y portavoz republicana, Marta Vilalta, ha declarado que su formación está “lista” para gobernar en solitario. Con todo, Vilalta ha insistido en trasladar la presión a Junts, a quien ha apremiado a tomar una decisión, tal y como ya hizo Aragonès el viernes.

Vilalta ha evitado dar por descontada la salida de Junts del Ejecutivo. No en vano, que la militancia decida seguir en el Govern no es ni mucho menos descabellado. En el partido conviven, en síntesis, dos posturas: la más institucional, que se proclama heredera de la tradición de gobierno convergente, y la más insurreccional, que aboga por dejar en segundo plano la gestión para priorizar el conflicto con el Estado.

En la primera se encuentran cuadros del Govern y decenas de alcaldes, además de los propios consellers. Muestra de la trascendencia del debate, la consellera de Exteriores, Victòria Alsina, ha anunciado este lunes que se ha afiliado a Junts para defender en el seno del partido la permanencia en el Govern. La consulta interna será este jueves y viernes.

La familia de los partidarios de salir del Ejecutivo está encabezada por la presidenta de Junts, Laura Borràs, ya muy reacia al acuerdo de legislatura que el partido suscribió con ERC en mayo de 2021 tras tres meses de negociaciones. La intervención de este sábado del expresident Carles Puigdemont en la conmemoración del 1-O, muy dura contra la estrategia de ERC, se ha interpretado como un espaldarazo a la crisis de Govern.

Mientras el secretario general, Jordi Turull, quiere evitar a toda costa que el debate interno acabe fracturando la formación. A día de hoy no está claro ni que Junts termine por salir del Govern ni que el partido salga de la consulta interna con una escisión. Este lunes Turull ha rechazado avanzar su opción de voto, aunque ha añadido que la transmitirá a la militancia. Una forma decir que antes del viernes se sabrá su opinión aunque no la diga en rueda de prensa.

Lo que ha descartado por completo Turull es una eventual ruptura interna en función del resultado de la votación. “La consulta no romperá Junts per Catalunya”, ha zanjado.

Puigneró se despacha

A la espera de que Junts formalice la pregunta interna, ambos socios prosiguen con la táctica de trasladar al otro la responsabilidad de la crisis del Ejecutivo. Jordi Puigneró, cesado como vicepresident de la Generalitat la semana pasada en un golpe de autoridad de Aragonès, se ha despachado contra ERC. “No quieren que estemos en el Govern”, ha afirmado. Aunque Puigneró ha apostado por la permanencia de Junts en el Ejecutivo, ha matizado que la ve “muy difícil”. 

El exvicepresidente ha llegado a desvelar detalles de las reuniones con ERC. “Vais a tragar”, ha asegurado Puigneró que dijo uno de los negociadores republicanos para negarse a acoger las tres exigencias convergentes para salvar el Govern.

“Desde buen principio no sé si tuvieron intención de cumplirlos, pero hoy no quieren”, ha apostillado Puigneró sobre los tres puntos de desacuerdo, para a renglón seguido acusar a ERC de hacer equilibrios con dos acuerdos “incompatibles”: uno con Junts y la CUP de legislatura y otro con Pedro Sánchez en el Congreso. “No se puede jugar a dos bandas y ellos cumplen los acuerdos en Madrid a rajatabla”, ha afirmado.

También ha desvelado Puigneró su conversación con Aragonès inmediatamente posterior a que éste le comunicase su cese. Según ha explicado, le dijo lo siguiente: “Hace un año y medio fuiste investido con la CUP, que ya está fuera del acuerdo; y ahora cesas al vicepresidente del partido que también votó tu investidura. Te has quedado solo”.

Por su lado, la oposición ha insistido este lunes en ver al Govern “en tiempo de descuento”. En línea con la mano que tendió en el debate de política general Salvador Illa al Govern para aprobar medidas sociales, la portavoz del PSC, Èlia Tortolero, ha afirmado que su partido está disponible para negociar los presupuestos de 2023 y aprobarlos “con el máximo apoyo posible”.

“El Govern está roto”, ha constatado Tortolero, que ha lamentado el “problema de credibilidad” que, a su juicio, mantiene Aragonès ante sus socios independentistas. De forma parecida se ha expresado el portavoz de los comuns, Joan Mena, que ha instado al president a “recuperar el control del Govern” y tomar una decisión sobre Junts antes de su consulta interna.

A diferencia del PSC, los comuns anunciaron la semana pasada que congelan la negociación presupuestaria hasta que se resuelva la crisis con Junts. Socialistas y comuns los dos socios a los que Aragonès deberá mirar si quiere gobernar en solitario ante la precariedad parlamentaria de ERC, que solo cuenta con 33 de los 135 diputados del Parlament.