Alberto Núñez Feijóo ha repescado al exalcalde de Badalona, Xavier García Albiol, para el comité de campaña del PP de las próximas elecciones municipales y autonómicas. Un fichaje que se explica porque Albiol es el único candidato catalán del partido que puede firmar una victoria en Catalunya el próximo 28 de mayo, pero que a la vez rompe la imagen de moderación que quiere vender Feijóo, debido al polémico perfil del dirigente. Tras 12 años en primera línea política y después de haber quedado relegado a su municipio, Albiol arrastra una pesada mochila por los mensajes racistas de sus inicios, sus cuestionados métodos como alcalde o las relaciones económicas de su ayuntamiento con dirigentes de Vox.
La dirección del PP se encuentra en plena temporada de fichajes y adaptando el partido a los nuevos tiempos de la era de Feijóo. En la última semana, el nuevo presidente popular ha anunciado las incorporaciones de Borja Sémper, considerado un político de la derecha moderada, y también a Daniel Sirera como candidato de Barcelona, un hombre de larga fidelidad al PP catalán y afín a la actual dirección autonómica. Otros desembarcos recientes han sido el del exministro de Fomento, Íñigo de la Serna, como coordinador del programa marco en las municipales, un anuncio que llegó tras la confirmación del coordinador general del PP, Elías Bendodo, como jefe de esa misma campaña.
La mayoría de esos perfiles transmitían el mensaje de que el PP volvía a etapas pasadas y miraba hacia la moderación. Pero Xavier García Albiol, conocido por el polémico lema de “limpiando Badalona” que utilizó en 2015, con el doble sentido del saneamiento de las vías públicas y de la mano dura contra los migrantes, hunde cualquier aspiración de convertir el equipo de municipales en una señal de un giro hacia el centro. El badalonés se encargará de la coordinación de candidatos en el comité electoral, junto a Macarena Montesinos.
Aquel famoso cartel de Albiol, que se hizo viral en las elecciones en las que Guanyem Badalona le arrebató la alcaldía, no ha sido el único episodio de corte racista. En la campaña anterior, la de 2012, el candidato del PP adoptó como nunca antes los mensajes de miedo al extranjero, llegó a tildar a los gitanos rumanos de “plaga que solo ha venido a delinquir” e hizo suyo el lema de Le Pen de “primero los de casa” cuando defendió que “quien lleva años pagando impuestos acceda a las ayudas por delante de quien acaba de llegar”.
De su etapa como alcalde también han sido polémicas las relaciones económicas entre el ayuntamiento de Badalona y personas del entorno de la extrema derecha, como Jorge Buxadé, quien años después se convertiría en líder de Vox en el Parlamento Europeo. En concreto, el despacho de abogados de Buxadé recibió cobros mensuales de la fundación Badalona Capital Europea del Bàsquet durante los cuatro años que Albiol presidió la entidad como alcalde. El bufete en total facturó 109.696 euros por trabajos en concepto de asesoría técnica y minutas, para después fichar directamente a Buxadé como secretario de la entidad.
Albiol ha sido desalojado de la alcaldía de Badalona dos veces. La primera en 2015, al perder la mayoría en el pleno. Y la segunda en noviembre de 2021, tras aparecer en los Papeles de Panamá vinculado a una sociedad en el paraíso fiscal de Belice entre los años 2005 y 2015, es decir, ya como alcalde.
En los últimos tiempos, el candidato en Badalona y ahora miembro del comité electoral del PP ha tratado de pasar página de aquellas polémicas y ha intentado apelar a un votante que no necesariamente tiene que verse reflejado por sus mensajes. Albiol se ve con opciones de recuperar para su partido la cuarta ciudad catalana gracias a la fragmentación de la izquierda y la inestabilidad política que ha hecho que Badalona haya tenido cuatro alcaldes en seis años.
Con ese viento de cola, al aspirante a alcalde ya no le hace falta repetir mensajes como “limpiando Badalona”. Su último cartel en la ciudad llamó la atención precisamente por lo contrario, al copiar la estética de una conocida campaña independentista y lanzar un mensaje mucho más cordial que decía: “No quiero cambiar tu ideología, quiero cambiar Badalona”.