El secretario municipal de Cabrera de Mar (Barcelona) ha negado este jueves ante el juez que hubiera recibido presiones de políticos locales o del exconseller de ERC Xavier Vendrell para favorecer un cambio de usos urbanísticos que el exdirigente republicano y miembro del cuadro de mando de políticos que organizó el 1-O perseguía en la finca Villa Bugatti.
Ante el juez Joaquín Aguirre, que investiga el caso Voloh, han declarado este jueves como testigo el secretario municipal del Ayuntamiento de Cabrera de Mar, donde su ubica Villa Bugatti, y, como investigado, un arquitecto que trabajaba para la empresa de Vendrell.
El caso Voloh es una macrocausa con muchas líneas de investigación: el presunto desvío de dinero público de la Generalitat para financiar la estancia de Puigdemont en Waterloo, la supuesta trama rusa del procés o los negocios de Vendrell y el expolítico de CiU David Madí aprovechando sus conexiones con el Govern.
Además el exconseller de ERC está investigado por sus negocios en la finca de la comarca del Maresme Villa Bugatti, cuya recalificación el juez vincula con un pelotazo urbanístico, una tesis que los investigados y testigos de Cabrera de Mar que han comparecido en las últimas semanas y este jueves han desmentido.
Las tesis del juez Aguirre y la Guardia Civil las respaldó la Audiencia de Barcelona el año pasado, cuando los jueces rechazaron los recursos de las defensas y aseguraron que el supuesto pelotazo permitiría aumentar de valor la finca en cinco millones de euros, y que de él saldrían beneficiados Vendrell y sus socios o incluso otros investigados al no descartar que la operación pudiera haber servido para financiar una actividad relacionada con el proceso soberanista.
La declaración del testigo y el investigado ha servido para negar la mayor. Según fuentes jurídicas, ambos han rechazado presión alguna de Vendrell o los políticos locales imputados, y de hecho han explicado que tras el cambio de usos urbanísticos el valor de Villa Bugatti descendió, por lo que no cabe hablar de pelotazo.
El motivo es que Villa Bugatti, con el cambio de usos, no amplió su parte residencial destinada a viviendas, sino que cambió la parte dedicada a los banquetes de bodas a usos educativos, para que en el edificio pudiera instalarse una escuela de educación especial.
Además ambos declarantes han coincidido en señalar que la tramitación de los cambios urbanísticos fue precisamente la más larga que prevé la legislación, y que no fue “ni ágil ni rápida”. Vendrell y el alcalde y el concejal de Urbanismo de Cabrera de Mar declararán como investigados en noviembre.