El Consorcio de Aguas de la Costa Brava, que depende de la Diputación de Girona, ha decidido aplazar la instalación de ocho de las doce desalinizadoras que tenía previstas para cubrir la temporada de verano en las zonas más concurridas del litoral, en especial en la comarca del Alt Empordà, la única que sigue en emergencia por la sequía en Catalunya. Con todo, el ente considera que la situación ha mejorado debido a las últimas lluvias.
En un comunicado, el consorcio explica que la instalación de esas ocho desaladoras se retrasará hasta principios de 2025, en función de la pluviometría del próximo otoño. Las otras cuatro previstas sí se empezarán a colocar la próxima semana junto a la estación de tratamiento de agua potable (ETAP) de Empúriabrava, en el municipio de Castelló d'Empúries. El nuevo escenario que han dejado las últimas precipitaciones dan mayor margen al ente para ejecutar las obras de emergencia previstas en la comarca. En estos momentos, el pantano de Darnius-Boadella se encuentra en el 22,74% de su capacidad, pero sigue en estado de emergencia.
El Consorcio de Aguas tenía estudiadas y activadas una serie de actuaciones por vía de emergencia en la Costa Brava Norte para garantizar el suministro de agua a la ciudadanía en caso de que la sequía hubiera persistido. Este nuevo escenario ha variado las condiciones, sobre todo la necesidad “extrema” de tener ejecutadas todas estas obras a corto plazo, principalmente las cuatro primeras desaladoras móviles que deben ir instaladas junto a la potabilizadora de Empuriabrava.
Estas instalaciones se encuentran ahora en fase de construcción de los equipos, pero según el Consorcio no urge que se pongan en marcha porque el abastecimiento en alta en esta zona del Alt Empordà está garantizado este verano. También lo está, dicen, en los municipios con mayor demanda de agua por la temporada turística de julio y agosto como son Cadaqués, Llançà, Roses, Castelló d'Empúries o el Port de la Selva.
Las desalinizadoras móviles, financiadas por el Consorcio de Aguas Costa Brava Girona con una ayuda del Departamento de Acción Climática, a través de la Agencia Catalana del Agua (ACA), fueron una solución de emergencia que se planteó después del sabotaje el pasado abril en tres pozos en Castelló d'Empúries, que todavía siguen inutilizados.
Las instalaciones están enfocadas al ultrafiltrado de agua regenerada de la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de Figueres, que se derivará hacia el río Muga a través de un 'bypass' que todavía está ejecutando el ACA. Cada desaladora va dentro de un contenedor y, además de tuberías, filtros y otros sistemas para poder conectarla a la red, se requieren permisos y autorizaciones para poder ponerla en funcionamiento. “Unos pasos burocráticos nada ágiles y que ahora se podrán tramitar sin urgencia ni a contrarreloj”, aseguran desde el Consorci.