La consellera de Sanitat, Alba Vergés, ha recomendado este martes a los vecinos de tres barrios de l'Hospitalet de Llobregat que se queden en casa durante dos semanas y eviten salir de su domicilio excepto en casos estrictamente necesarios. Los barrios afectados son La Torrassa, Collblanc y Florida, con una población conjunta de unos 121.000 habitantes.
La orden prohíbe también las reuniones de más de 10 personas tanto en el ámbito privado como en el público para intentar frenar la cadena de infecciones en el municipio, pero ya de madrugada el juez de guardia de Barcelona la ha anulado. En cambio, todas las demás sí las ha avalado el magistrado.
Durante la última semana se han llegado a contabilizar 300 casos activos en este municipio de 265.000 habitantes, la segunda más grande de Catalunya y la urbe con mayor densidad de población de toda Europa, según un estudio de la Oficina Europea de Estadística de 2016. Vergés ha descartado por ahora actuar en el conjunto del ámbito de la ciudad, porque algunos barrios cuentan con una incidencia de nuevos casos “controlable”.
El confinamiento ordenado por la Generalitat es más laxo que durante el estado de alarma y contempla nueve excepciones: salir a trabajar, asistir a centros de salud, cuidar a personas dependientes, desplazarse para hacer compras imprescindibles de alimentos y medicamentos, acudir a entidades financieras, realizar actuaciones con las administraciones públicas, atender huertos familiares de autoconsumo y llevar a cabo pruebas oficiales y mudanzas inaplazables. “Todo lo que sobrepase estos motivos y se pueda ahorrar, recomendamos encarecidamente a la población que no lo haga”, ha señalado Vergés.
La consellera, que ha comparecido junto a la alcaldesa de l'Hospitalet, Núria Marín, y el conseller d'Interior, Miquel Buch, ha anunciado también la suspensión de las aperturas de equipamientos culturales como teatros, cines, eventos deportivos y lúdicos. En el municipio sí que se mantendrán, sin embargo, las colonias de verano para menores.
Se permite acudir a bares y restaurantes, que deberán limitar su aforo al 50% y garantizar una distancia de dos metros entre las mesas en las terrazas. Según ha anunciado Vergés tampoco se permitirá consumir en la barra de los locales y se priorizarán los servicios a domicilio y los pedidos para llevar. “Es muy importante poder hacerlo bien ahora para evitar que las medidas se alarguen en el tiempo”, ha afirmado la consellera.
La alcaldesa del municipio, tras reunirse el lunes con responsables del Departament de Salut y crear un “comité de crisis”, anunció nuevas medidas para intentar contener el brote: se cerraron las petancas y espacios de deporte al aire libre, se prohibieron los deportes colectivos y se recomendó el “uso preferente” de los espacios abiertos en la restauración. 24 horas más tarde se ha optado por endurecer las restricciones en la ciudad.
Las medidas, sin embargo, no son tan duras como las que se han diseñado para la zona de Lleida, donde el confinamiento pretende ser obligatorio y los restaurantes y bares deben permanecer cerrados. Tampoco se ha establecido ningún cierre perimetral del municipio a diferencia del que se ha decretado para Lleida ciudad y siete municipios del Baix Segrià.
Desde Sanitat han reconocido que la alta densidad de población de estos barrios -entre Florida y Torrassa está el kilómetro cuadrado más poblado de Europa- es un factor que preocupa al departamento. “Las condiciones de vida afectan al riesgo que tenemos de contagio y transmisión”, ha reconocido la consellera. “Por esto hay que extremar las precauciones en estos barrios”.