“Lo que le puedo confirmar es que no era confidente de los Mossos, si lo era de otro cuerpo es este quien debe dar explicaciones”. Así se ha referido el conseller de Interior, Miquel Buch, a los contactos que mantuvo en 2014 el CNI con el imán de Ripoll, Abdelbaky Es Satty. En una entrevista en Catalunya Ràdio, Buch ha reconocido que no ha “preguntado” si fue su “confidente”, algo que el propio CNI ha negado al afirmar que lo contactaron “siguiendo los protocolos”.
Buch considera que el CNI debería dar explicaciones sobre sus conversaciones con el 'cerebro' de los atentados de la Rambla mientras este estuvo cumpliendo condena en la cárcel de Castelló por tráfico de drogas. Al mismo tiempo, ha descartado que algo en ello “huela mal”, y se ha mostrado partidario de no “buscar explicaciones más allá de lo que pudo haber pasado”.
En cuanto a la coordinación entre Fuerzas de Seguridad del Estado, ha insistido en que “la colaboración existe” para evitar cualquier otro atentado, y “la voluntad de trabajar también”. Pese a que su predecesor en el cargo, Joaquim Forn, firma una carta con los demás consellers encarcelados en la que reprochan “falta de colaboración con el Estado”, Buch ha defendido que la confianza entre cuerpos de policía se mantiene. “La profesionalidad está por encima de todo”, ha manifestado cuando se le ha preguntado si las relaciones se quebraron tras el 1-O.
A un día del aniversario de los atentados, Buch se ha desmarcado de posibles pitadas a Felipe VI, tal como sucedió el año pasado, en los actos de conmemoración de lo sucedido. “Cualquier debate político de cualquier índole debe quedar al margen”, ha expresado, para recalcar que queda “fuera de lugar” cualquier manifestación que no vaya dedicada al recuerdo a las víctimas y a los que trabajaron para socorrerlas.