El juez archiva la trama rusa del procés en la que implicó al jefe de la oficina de Puigdemont

Una de las dos ramas de la supuesta trama rusa del procés ha quedado archivada este viernes. El juez Joaquín Aguirre ha dado carpetazo a la investigación de un negocio de petróleo vinculado supuestamente a los contactos con Rusia del entorno de Carles Puigdemont en la que implicó al empresario Aleksander Dmitrenko y al jefe de la oficina del expresident, Josep Lluís Alay.

En un auto, al que ha tenido acceso elDiario.es, el juez Aguirre concluye que “no existe ningún indicio sólido” que permita sospechar de la compraventa de petróleo en la que participó Dmitrenko, empresario ruso afincado en Catalunya. El juez considera que la operación “carece de sentido comercial”, pero resuelve que no es delictiva, tal y como mantenían tanto las defensas como la Fiscalía Anticorrupción.

El juez Aguirre abrió la pieza separada a partir de un informe de la Guardia Civil sobre el teléfono de Alay, detenido en 2020 en la operación del caso Voloh, y los mensajes que se cruzó con Dmitrenko unos meses antes. Los mensajes se referían una compra de petróleo que una empresa china realizó a otra rusa en la que presuntamente participó Dmitrenko y de la que habló con Alay. El empresario felicitó “a todos nosotros” y celebró haber recibido 295.000 dólares de garantía por la operación como “primer gran paso hecho”.

El juez Aguirre consideró que la operación podría imitar a la realizada por Rusia con empresa vinculada al político italiano Matteo Salvini y que ofrecía indicios de “no ser más que una pantalla para ocultar algún tipo de operación irregular”, como por ejemplo “la financiación ilegal de un partido político”. El fiscal en cambio valoró que el instructor iba demasiado lejos en su hipótesis de investigación y en varias ocasiones pidió archivar la causa.

Empezaba así otra pieza sobre la eventual influencia rusa en el proceso soberanista, en este caso durante los años 2019 y 2020 y con Alay y Dmitrenko como protagonistas. El juez tiene abierta otra línea de investigación distinta, que no ha archivado, sobre los contactos rusos del exdirigente de Convergència Víctor Terradellas en las fechas más tensas de octubre de 2017. También siguen activas el resto de piezas del caso Voloh sobre presunta corrupción de dirigentes en la sombra del procés

El negocio de petróleo

En su declaración el pasado mes de mayo, Dmitrenko desvinculó a cualquier dirigente independentista de la operación y mantuvo que la alegría que muestran los mensajes con Alay respondía a que el negocio iba a reportar “beneficios” a la Cámara de Comercio de Barcelona y a Catalunya mediante el pago de impuestos. Para archivar el caso el juez se ha basado tanto en la declaración de Dmitrenko como en el estudio de su móvil.

Según el relato de Dmitrenko, era “importante para Catalunya” tener “buenas relaciones” con Rusia de cara a conseguir beneficios económicos, pero desmintió que buscara el apoyo político del Kremlin para la independencia. Finalmente la compra no se completó en su totalidad y Dmitrenko no recibió cantidad alguna por la intermediación, tesis que da por buena el juez al concluir que “no puede determinarse si la operación llegó realmente a efectuarse”.

La trama del petróleo ruso motivó un nuevo enfrentamiento entre el juez Aguirre y el fiscal anticorrupción Fernando Maldonado, que se opone a varias líneas de investigación del caso Voloh. En un duro escrito de hace un año, el fiscal reprochó al juez “falta de motivación lógica de la investigación” y su “carácter prospectivo”, al tiempo que concluyó que deducir conductas penales de los mensajes entre Alay y Dmitrenko “excede de las atribuciones de investigación que corresponde a cualquier autoridad”. La Audiencia de Barcelona sin embargo dio la razón al juez, que tras investigar ha dado carpetazo a una de las patas de la trama rusa del procés.