El juez condena a Lidl a retirar su robot de cocina por infringir la patente de la Thermomix
Lidl sale derrotado del juicio de la Thermomix. La sección especializada en asuntos de patentes de los juzgados mercantiles de Barcelona ha condenado al supermercado a retirar del mercado todos los robots de cocina Monsieur Cuisine Connect por infringir los derechos de patente de la Termomix.
El litigio se centraba en el presunto plagio de la Thermomix por parte de Lidl que alega Vorwerk, el grupo fabricante de la máquina. Por su parte, Lidl alegaba que su robot de cocina no infringía los derechos de Thermomix, y de hecho formuló una contrademanda para que el juez anulara la patente de Vorwerk por “falta de novedad” respecto a máquinas similares comercializadas antes que ésta, algo que descartan los magistrados.
El robot de cocina de Lidl tiene funciones similares a la Thermomix, y la mayor diferencia está en el precio: cuesta hasta casi tres veces menos. Y de dinero, además de cocina, también iba este pleito: Thermomix reclamaba al supermercado una indemnización equivalente al 10% de las ventas de Monsieur Cuisine, una cantidad total que no está calculada y que solo se establecerá una vez el Tribunal Supremo confirme la condena a Lidl.
En su sentencia, la sección de patentes de los juzgados mercantiles de Barcelona, integrada por los magistrados Yolanda Ríos, Alfonso Merino y Florencio Molina, concluye que el Monsieur Cuisine de Lidl “reproduce todas y cada una de las características” protegidas por la patente de la Thermomix. Para los jueces Lidl copió la función para pesar los alimentos mientras la propia máquina los cocina y la opción que impide añadir más alimentos mientras el vaso de agitación del robot está en funcionamiento, característica pensada para evitar accidentes.
Además de retirar de sus establecimientos el Monsieur Cuisine, el tribunal condena a Lidl a no importar más robots de cocina ni a almacenarlos. La cadena de supermercados, que puede recurrir la sentencia ante la Audiencia de Barcelona y después ante el Supremo, también deberá proceder a la “destrucción” de todos los documentos publicitarios de su robot de cocina, incluidos los anuncios en Internet.
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