Oriol Junqueras ha formalizado este lunes la renuncia a la presidencia de ERC, tal como anunció días después del batacazo electoral de los republicanos. Su intención, sin embargo, no es dejarlo definitivamente, sino volver a optar al mismo cargo en el congreso que los republicanos celebrarán el 30 de noviembre para replantear su futuro.
Hasta entonces, las funciones de la presidencia del partido correrán a cargo de la secretaria general, Marta Rovira, que precisamente dejará su puesto a partir del conclave republicano de otoño. Tanto Rovira como el president Pere Aragonès anunciaron su dimisión por los malos resultados del 12M.
Junqueras, sin embargo, considera que todavía tiene recorrido para liderar ERC. Lo que no está escrito es que los militantes también lo crean. Por eso, el exvicepresident de la Generalitat tiene previsto recorrer las agrupaciones de afiliados en los próximos meses con el objetivo de revalidar sus apoyos.
Tampoco está claro que vaya a recabar el respaldo de los cargos y cuadros medios del partido. La derrota electoral abrió la caja de los truenos en una ERC que durante los últimos 12 años no se había replanteado su liderazgo. Ahora mismo los republicanos están divididos entre los junqueristas, su fiel nucleo duro, y los renovadores, que sin embargo no cuentan con un perfil presidenciable alternativo.
Hasta el mes de noviembre, Junqueras quiere convencer a sus militantes de que aun puede ser útil para la recuperación del partido. Y cree que tiene derecho a intentarlo, puesto que en el ciclo entre 2017 y 2021 no pudo hacerlo por estar en la cárcel y desde entonces, ha seguido inhabilitado y sin opciones de ser candidato a la presidencia de la Generalitat.